viernes, marzo 28, 2008

Guionistas de luto


Fotos de Fonsi

Hace ya demasiados años NAPALM me habló de un nuevo garito que se acababa de abrir en Santoña. En cuanto entramos en Al Alba, supimos que sería nuestro refugio nocturno durante años y que sus paredes albergarían muchas conversaciones muy auténticas.

Y así fue. Al Alba es un lugar cuidado, bien iluminado y decorado, una rara avis para un pueblo bastante necesitado -entonces y hoy- de locales con clase a la hora de servirte buenos combinados, de ofrecer una música de calidad y de arroparte con un ambiente realmente currado.
En aquel Al Alba, que no es el de hoy, llegamos a escuchar una cara B de Louis Armstrong entera a las dos de la mañana y asistimos a conciertazos de jazz en directo, como sin tal cosa, con el ambiente bien cargado del humo de los Ducados que entonces fumábamos como adolescentes salidos de una novela Hermann Hesse.


Pensábamos entonces que todo eso era… NORMAL. ¡Ilusos! Los tiempos cambian, se acabó el jazz y entró el ‘chunda-chunda’, o el ‘chusma-chusma’ a juzgar por lo que hoy se lleva, por los gustos de la gente.


Aun así, Al Alba sigue siendo un lugar de peregrinaje de madrugada cuando uno está en el pueblo hartándose a gintonics. Y Fonsi sigue siendo un personaje interesante, una rara avis entre los currelas que están detrás de una barra.


De hecho, Fonsi lleva tiempo aficionándose a la fotografía y el tío ha empezado ha realizar unas composiciones fotográficas muy interesantes -recuerdan bastante al trabajo de Chema Madoz- que expone en su propio bar o en el Palacio de Manzanedo, donde están sacadas estas fotos.



Desde este blog animo a Alfonso Martínez, Fosni para borrachuzos clientes como yo, a seguir con esta pasión.


No lo haces nada mal.

jueves, marzo 27, 2008

Mis fotos en Flickr


Me acabo de hacer una cuenta de fotos en Flickr que irá engordando poco a poco.
Que la disfruten ustedes.

El beso de la muerte

Primero lo de Rafael Azcona y ahora esto. Vaya semana.

Nos dejó ayer, a los 93 años. Detrás deja El beso de la muerte, Pánico en las calles, No Way Out, Los juicios de Nuremberg, Cheyenne Autumn, Madigan, Coma…

Pero, sobre todo, se le recordará por esto:



Adiós, inmenso Richard Widmark.

Aquellos días de agosto

En una  entrevista concedida a Clarín y al diario Público Tom Wolfe decía de Philip Roth que ya cansa con sus viejos enfermos en decadencia. Algo de razón tiene, pero es un gran escritor. El último Roth que ha llegado a mis manos (‘Elegía’) me ha causado una tremenda impresión, ha tocado una tecla que no era recomendable tocar en mi interior. El libro me enganchó por motivos íntimos: el protagonista es un publicista que se retira a su pueblo en la costa para pensar en el final y en lo que ha sido su vida. Cuando Roth habla en boca de su protagonista, aun joven, escribe: “¡Tengo treinta y cuatro años, preocúpate por la nada, se dijo a sí mismo, cuando tengas setenta y cinco!”.

Y llegan los setenta y cinco. Y llega la nada: “Sólo existían nuestros cuerpos, hechos para vivir y morir de acuerdo a unas condiciones decididas por los cuerpos que habían vivido y muerto antes que nosotros. (…) Cuando eres joven, el exterior del cuerpo es lo que cuenta, tu apariencia externa. Al envejecer lo importante es lo que tienes dentro, y a la gente deja de importarle tu aspecto”.

Lo mejor de ‘Elegía’ es la manera con la que Roth narra una historia con temas tan graves como la muerte, la enfermedad, el dolor insoportable o la vejez sin rozar en ningún momento la pedantería o lo insoportablemente espeso. Y su prosa es magnífica. Para expresar lo que él entiende por vejez (una auténtica masacre, no una batalla) maneja imágenes de una belleza y una poesía admirables. Un ejemplo:

“¿Cuánto tiempo tiene que pasar un hombre recordando lo mejor de la infancia? ¿Y disfrutando lo mejor de la vejez? ¿O quizá lo mejor de la vejez fuera sólo eso, el anhelo de lo mejor de la infancia, del brote tubular que era entonces su cuerpo y que surcaba las olas allá a lo lejos, donde empezaban a formarse, las cabalgaba con los brazos extendidos y las palmas unidas, como una punta de flecha, y el delgado resto de su cuerpo le seguía como el astil, y se dejaba llevar hasta que rompían, hasta que su caja torácica rozaba los pequeños y aguzados guijarros, las conchas melladas o pulverizadas en la orilla, y entonces se levantaba, volvía a dar media vuelta y se adentraba tambaleándose en el agua hasta que le llegaba a las rodillas y era lo bastante profunda como para zambullirse y nadar como un loco hacia las olas que se erguían, hasta el verde Atlántico que avanzaba inexorablemente a su encuentro como la realidad obstinada del futuro, y, si tenía suerte, llegaba a tiempo de atrapar la siguiente gran ola y la siguiente y las posteriores, hasta que la luz del sol poniente que brillaba en el agua le indicaba que era hora de marcharse”.

“Corría a casa descalzo y mojado y salado, recordando el poderío del inmenso mar que bullía en sus oídos y lamiéndose el antebrazo para saborear la piel recién bañada por el océano y horneada por el sol. Junto con el éxtasis de todo un día retozando en el mar, el sabor y el olor le embriagaban tanto que poco le faltaba para clavarse los dientes, arrancar un pedazo de sí mismo y saborear su existencia carnal”.

“Apoyándose en los talones, cruzaba con la mayor rapidez posible las aceras de hormigón todavía caldeadas por el sol, y cuando llegaba a la casa de huéspedes, la rodeaba para ir a la ducha al aire libre que había en la parte trasera, con húmedos tabiques de contrachapado, donde la arena mojada se desprendía de su bañador cuando se lo quitaba y lo ponía bajo el agua fría que caía sobre su cabeza. La fuerza uniforme del oleaje, la tortura de las aceras calientes, el impacto del agua helada de la ducha, la satisfacción de tener unos músculos nuevos y prietos, los miembros esbeltos y la piel bronceada, sin más marca que la cicatriz pálida dejada por la operación de hernia oculta allá abajo junto a la ingle… No había nada en aquellos días de agosto que no estuviera prodigiosamente claro. Y tampoco había nada en su perfección física que le diera motivo alguno para no darla por sentada”.

Aunque mi cuerpo no llegó nunca a la perfección física, he sentido esto casi literalmente. Y sólo este trocito de la obra de Roth es lo mejor que he leído en mucho, muchísimo tiempo.

miércoles, marzo 26, 2008

El Método Michelín

De esto...

A esto...


Hay un actor que está como un cencerro.

El debate está abierto en EL ÚLTIMO SUSPIRO DEL CINE, mi blog cinematográfico.

miércoles, marzo 19, 2008

Berria

Y con esta foto del mar tomada desde las arenas de mi querida playa de Berria -en Santoña, donde estaré mañana- me despido de todos vosotros hasta el lunes que viene. Sed felices.

Adiós al padre de HAL y el monolito

Duró más que su amigo Stanley, que nos dejó a los 70. Arthur C. Clarke llegó a los 90 y murió la pasada noche en su retiro, en Sri Lanka.

Su relato corto 'El centinela', publicado en 1951, interesó a un catador con buen paladar para los textos con posibilidades cinematográficas como Stanley Kubrick.
A mediados de los sesenta empezó a coger forma el proyecto más vanguardista jamás consumado por el más conservador de los estudios. La Metro ponía en marcha: 2001: Odisea en el espacio, una de las más grandes obras maestras que ha dado el cine.
Fue tal la libertad creativa de la que gozaron Clarke y Kubrick, que cuando un ejecutivo metomentodo pidió leer el guión que preparaban, Kubrick le envió a Nueva York un guión encuadernado en cuya portada se leía “2001”. El resto eran páginas en blanco.
La grandeza de aquel extraño guión radica en su abierto contenido, en su falta absoluta de condescendencia con el espectador fácil y masivo. 2001 es más una experiencia cinematográfica y filosófica que otra espectacular película de género.

Y esto no significa que 2001 -y su ya mítico monolito- sea incomprensible. Cierro este homenaje a Clarke con lo que en su día dijo, con su mala leche habitual, Pumares en su no menos mítico programa Polvo de Estrellas:

La música ha sonado de nuevo. Lo hizo al principio del film, con los planetas alineados. ¿En qué segundo momento suena? Cuando el mono ha descubierto el arma. Ha dado un paso en su fase evolutiva. ¿Por qué ha dado ese paso? ¿Cuándo lo ha dado? Pues cuando ha aparecido el monolito.

En un principio, Kubrick quería que ese monolito se animara con pantallas que explicaban cosas y daban conocimientos al mono, -eso sería Televisión Española explicándoles a quién hay que votar-. Pero al final decidieron que no, que era suficiente con la explicación que se daba.

Si llega a salir un rayo del monolito que le da a un mono en la cabeza, ¿verdad que todos ustedes lo hubieran entendido? Pero bueno, ¡¿es que no es suficiente que un mono se quede sin su sitio donde vivir, que no es capaz de defender lo que es suyo, llega el cacharrico ese y al día siguiente descubren cómo cazar?! ¡¿No es suficiente para saber lo que es el monolito?! ¡¿No son suficientes datos?!

Que en paz descanses y te encuentres con el niño de las estrellas, Arthur C. Clarke.

Os dejo con su último mensaje en vídeo, días antes de morir:


martes, marzo 18, 2008

MARÍA

Ayer disfrutamos en la ofi de la visita de María, la sobrina de Frid. María es un encanto de niña. Es lista, despierta y muy creativa, como me demuestra siempre que me pongo a dibujar con ella.

Y es que soy una reencarnación del flautista de Hamelin: cuando los mayores tienen cosas que hacer, nada mejor que llamar a Iván con sus rotus o plastilinas para que los niños estén tiesos delante de una mesa durante horas.

Me ocurrió hace bien poco. Estábamos preparando una pieza infantil en la productora. Todo el mundo se imagina el peligro que constituye tener a unos críos muy pequeños dando el coñazo en un plató reducido. Ya lo dijo Hitchcock: "Nunca ruedes con animales, ni con niños, ni con Charles Laughton". Pero, ¿para qué está el Iván? Para sentarles a todos en una mesa y a dibujar.

La gente me pregunta: ¿cómo lo haces? Ayer medité el asunto y puedo resumir la respuesta, con gran atrevimiento por mi parte, en cinco puntos:

1. No les trato como a retrasados mentales.
2. No les río cualquier gracia. Me quedo serio si el niño reclama así mi atención.
3. No les doy la tabarra. Escucho. Las clases que se las den en la guardería, papá o mamá.
4. Aunque principalmente juego, les enseño, pero de forma cómplice, sin imponer, como un colega de mayor estatura.
5. Ayuda aspirar en la vida a ser su tío o el amigo enrollado, y que los hijos los tengan otros.
Foto: Jaime Pineda.

lunes, marzo 17, 2008

Ahora no. Estoy con la novela.


Me gusta mucho leer a Félix Romeo en el suplemento cultural del ABC. Este fin de semana, Romeo titulaba su sección “Leer y escribir”, en la que confesaba: “No puedo dejar de comprar libros sobre la lectura y sobre la escritura”.

Enfermos lectores, crónicos consumistas de libros como Romeo suelen ayudarme a diferenciar el grano de la paja, pero digo “suelen” porque a veces me ha recomendado libros que son una auténtica bazofia y me he cagado en todos sus difuntos. Me ha pasado también con ese ego-trip llamado ‘Las noches blancas’, la misa negra televisiva de Sánchez Dragó.

Aun así, sigo leyendo a Romeo. El tema de esta semana estaba bien: las renuncias que se hacen por escribir y los peligros de la literatura, tanto para el que escribe, como para el que lee. Arranca Romeo citando al mexicano Guillermo Sampeiro: “A veces las personas que nos atraen o de las que estamos enamorados son como una especie de caucho que nos aísla de la chispa de la inspiración”.

Menudo dilema, amigos míos. Cuando decides seriamente escribir una novela en tus ratos libres, tardes lo que tardes, la vida puede ser un estorbo, aunque suene duro. Si además la novela bucea en tu interior, en tus experiencias íntimas, en tus miedos, dudas y rabias, necesitas un retiro y aislamiento casi monacal para salir adelante, para currar, para que esa “chispa de la inspiración” de la que habla Sampeiro se convierta en una hoguera que dure al menos unas horas.

A veces te encuentras atascado y te llaman. Y caes feliz en la tentación. Cierras tu cuaderno y te dejas querer, y quieres, y vives. Otras veces no tienes otro remedio que decir: “Ahora no. Estoy con la novela y no puedo dejarla, lo siento”. Entre una y otra opción, generalmente caigo en la primera. No soy un escritor disciplinado. Entre perderme en la novela y perderme en la vida, elijo la vida.

Pero, paradójicamente, es la vida la que enriquece mi trabajo. Aunque no imagines, vives. Y al vivir guardas materiales riquísimos. Si gozas, lo podrás usar, si sufres, lo usarás sin lugar a dudas. Cuando retomes tu trabajo de escritor, regresarás a esa vida para analizarla, desentrañarla, describirla.

Como bien apunta Romeo, Tom Spanbauer, padrino literario de Chuck Palahniuk (‘El club de la lucha’), dijo que “una de las principales propuestas de la escritura del riesgo es volver a los lugares de dolor, volver a la pena y empezar a escuchar el secreto. Hay un principio terapéutico en revivir el pasado. Cuando empiezas a investigar el dolor, a hurgar en la herida, comienzas a ver las cosas de otra manera. Cada persona encierra mucho arte”.

Pero… ¿Y si para tu novela no revives tanto el pasado, sino que vives el presente? ¿Será terapéutico o más bien destructivo?

viernes, marzo 14, 2008

Libros obligados

“Un libro es un regalo estupendo, porque muchas personas sólo leen para no tener que pensar”. (André Maurois)

Empecé a leer tarde. No fui niño de Los cinco, Los Hollister o el Barco de vapor. En el colegio me enseñaron a odiar la literatura de la mejor manera posible: obligándome a leer en casa bajo amenaza de suspenso. Mal. Por eso me pasé a los rotuladores y a los soldaditos tras copiar los resúmenes de aquellos libros obligados a mis compañeros.

Hoy, lector habitual, no suelo cuajar con la gente que “devora” libros, que lee “de todo”, los “grandes lectores”. Me diferencio de estos librívoros en que para mí leer no es un placer como lo pueda ser beber, fumar, comer o follar, sino un esfuerzo. Me explico: el libro exige concentración, dejar de hacer otras cosas más fáciles y ociosas, demanda tiempo y pide soledad.

No concibo la literatura como una diversión. No compro un libro y pienso “¡chupi, cómo me lo voy a pasar con estas 800 páginas sobre un niño mago!” o “¡canastos, un tocho sobre lo que esconde la Mona Lisa en su sonrisa, ideal para el metro!”. Para divertirme elijo otras cosas, no libros, por eso el mundo del best seller me deja absolutamente turulato.

Nunca me he leído un libro sólo para entretenerme, como no he buscado amigos sólo para que me entretengan. Y cuando alguien me dice “me ha entretenido mucho tu libro” me sube el ego, pero enseguida pregunto: ¿Y…?

Para mí, un ensayo tiene que ser ameno, debe poseer una buena tesis y buena información, y una novela debe tener personajes con los que logre cierta o total empatía y pensamientos que me parezcan reveladores. Debe tener peso, pero no en páginas, sino en ideas, debe tener detrás a un autor que se ha sacado las tripas con arrojo e inteligencia. Sólo entonces la novela se convierte en un camarada.

miércoles, marzo 12, 2008

LA SONRISA CHINA

¿Cómo se construye un imperio? Sonriendo. Hay que sonreír siempre. Los españoles somos malencarados, maleducados, amargados… Y así nos fue con las colonias.
Ahora, para crear imperios no se lleva masacrar a la gente, ni explotarlos y cristianizarlos, ahora se lleva la sonrisa.

Hace unos días quedé con NAPALM para comer por ahí. Nos citamos tarde, él salía del curro a las 15.30. Lo único que encontramos abierto fue un chino en el que todavía quedaban clientes. Una cuarentona china con una sonrisa más afectada que la de ZP nos recibió.

- ¿Se puede comer? – pregunté.
- Sí, sí, comel. ¿Dos?
- Sí, dos – contesté.


Nos sentamos. Preocupado por la hora, volví a preguntar.

- ¿No cerráis ahora?
- No, no – contestó la china sonriendo.
- ¿Hasta que hora estáis?
- Celal a las doce.


Nos relajamos durante poco tiempo. Los platos y el vino pedidos aparecieron con agobiante rapidez. Sólo veinte minutos después, apareció la china con otra de sus falsas sonrisas.

- ¿Postle?
- Cómo que postre. Estamos comiendo, señora –dije.
- ¿Postle? ¿Café?


Me puse tenso. NAPALM intentó tranquilizarme oliendo lo que se avecinaba.

- Celal a las cuatro y media. Celal.
- Ya, pero… bueno, mire, usted ha dicho que… Déjelo.


Acabamos a toda hostia, nos tragamos la botella de vino como si fuese de agua y salimos a pagar. Cuando llegó la vuelta, descubrimos que estaba mal dada: faltaban 8 euracos. Buscamos a la china de la sonrisa, pero la hija de puta había desaparecido. En su lugar, un chino adolescente nos miraba detrás de la barra.

- Amigo, faltan 8 euros.

El chino no sabía ni papa de castellano, o lo disimulaba de puta madre. Su sonrisa patrañera parecía congelada en el tiempo.

- ¡Que faltan 8 euros!

El chino miró la cuenta. Nos miró, dilató su sonrisa, aunque parecía imposible, y dijo señalándonos la puerta:

- Sí. Adiós. Glacias. Salida pol ahí.
- No, “Adiós Gracias” no, que me des los 8 euros que faltan.
- Sí. Adiós. Glacias.


Al final, aceptando la estafa, la increíble tomadura de pelo, nos fuimos pensando que si le hubiese tocado otro cliente patrio o a nosotros en otro momento, ese chinito estaba en un apuro.

Pero hay que reconocerlo: así se construyen los imperios, así se crean las grandes potencias. Mala comida, mal servicio y una inmensa y falsa sonrisa de oreja a oreja.

Y es que ya lo dijo la Pantoja: “Dientes, dientes, que es lo que les jode”.

Y si queréis más risas, el post de FRID de hoy.

martes, marzo 11, 2008

Amor y basura

Un escritor convertido en barrendero, la basura, sus tirados compañeros de trabajo, su amante y su mujer. Esos son los elementos y personajes principales de la magistral novela ‘Amor y basura’, escrita por Iván Klíma, autor checo que fue perseguido por el régimen comunista.

La novela, editada por Acantilado, inteligentemente construida y dialogada con sensibilidad y realismo, contiene durísimas reflexiones sobre el oficio del escritor -con muchas reminiscencias del atormentado Kafka-, sobre el dilema moral de la infidelidad, sobre la decadencia del hombre moderno y sobre la certeza de la derrota. Una novela dura, pero humana, despiadada y poco esperanzadora.

Una de las ideas que más me llamaron la atención durante la lectura de ‘Amor y basura’ es lo que Klíma llama la “inundación de formas inútiles” a la que se ha visto abocado este mundo cada día más colapsado, acabado, agotado. Dice así: “El mundo ya empieza a quejarse, se asfixia, inundado de formas, sepultado bajo montones de cosas, estrangulado por los pensamientos que fingen ser necesarios, útiles o hermosos”.

Nos sobran cosas, nos sobran ideas, pensamientos, productos culturales o del pensamiento, nos sobra entretenimiento, información, nos ahogamos en la verborrea, en la dictadura de los tenderos. Y cada uno de nosotros somos responsables de ello.

El día a día está rodeado de polleces. Polleces en la tele, en el metro, en el curro, en el periódico, en la red, en el bar… Klíma lo expresa menos chabacanamente: “El Apocalipsis puede presentar formas distintas. A primera vista, la menos dramática será aquella en la que el hombre perezca bajo una avalancha de cosas inútiles, de palabras despojadas de significado, de actividad excesiva”.

Nos hemos conformado, acojonados, aterrorizados, a nuestra “forma de VIDA” sin pensar en la forma más decente de VIVIR. Puede que ya no haya formas decentes de vivir. Y a callar. Presentimos, al menos yo, que se acerca una imparable locura colectiva.

“La humanidad recuerda más a un anciano que ha confundido su alma con su cuerpo y cree ingenuamente que puede alcanzar el paraíso aun en vida, que va a construirlo en la tierra. (…) En realidad no se acerca al paraíso, sino al Apocalipsis. La humanidad ha envejecido, pero no se ha hecho más sabia, o tal vez ha pasado ya por la edad de la sabiduría y ha entrado en la época de la demencia”.

Otras grandes novelas: LA COMEDIA HUMANA

jueves, marzo 06, 2008

Mis Margaritas

Diciembre de 2010, Margarita Pascual y Margarita Goiri, madre y abuela del escritor Iván Reguera, suben apresuradamente las escaleras de El corte inglés de Bilbao para hacerse con ejemplares de su exitosa primera novela, que ya ha sido traducida a cinco idiomas y vendida en toda Europa.

miércoles, marzo 05, 2008

RABIA

Por tener que soportar hasta que la palme a esa gente que dice “esa será tu opinión”. ¡¿Y de quién va a ser, mongol?!

Por ver que se me ha acabado el limón para el gintonic y tengo que ir hasta el chino de abajo a por él.

Por tener que estar al día en aparatos, sistemas y programas que me la sudan.

Por lo poco que aprovecho el día.

Por pensar en estar solo cuando estoy acompañado, y acompañado cuando estoy solo. Apocalypse Now: “Cuando estoy en la jungla pienso en mi casa, y cuando estoy en mi casa pienso en la jungla”.

Por no saber ser sincero del todo con la gente que me quiere.

Porque nunca entenderé de vinos, pero siempre fingiré lo contrario entre algunas amistades.

Por no viajar, por no moverme, por atrofiarme.

Por ser un cínico.


Por querer hacer de todo y no hacer nada.

Por ser amable con quien sólo se merece el desprecio.

Por prostituirme.

Foto: Mi HULK, comprado a un euro en el mercadillo de Santander.

martes, marzo 04, 2008

Mi voto inútil

Awake me ha pasado un link de lo más cabrón. Gracias a http://www.utilometro.com/ he podido comprobar que mi voto por correo a UPyD no servirá, según estos señores, para nada.
Ha sido muy sencillo: indicar en qué provincia voto (Vizcaya) y a quién (UPyD). La respuesta ha sido la siguiente:

En esta provincia es prácticamente imposible que tu partido obtenga ningún escaño. Necesitaría por lo menos 65,000 votos para obtener un diputado y esto está muy, muy lejos de sus expectativas electorales.

Por tanto, tu voto es prácticamente inútil. En esta provincia hay un par de escaños que no está nada claro si van a ser para el PSOE, el PP, PNV o IU y probablemente esto se va a decidir por un puñado de votos, es una de las provincias donde el resultado está más en el aire y cada voto va a ser decisivo. Por tanto puedes pensar en la posibilidad de votar a uno de estos partidos para ayudar a decidir estos escaños, lo que sería un voto bastante más útil.

Todos sabemos que el voto útil es una mierda y que lo ideal sería poder votar a la opción política que mejor representa tus intereses. Pero el sistema electoral español es muy defectuoso y no permite que las opciones minoritarias obtengan escaños en las provincias que no tienen muchos habitantes. En este caso, a pesar de que no nos guste, en muchas ocasiones es mejor ser práctico y pensar quién nos interesa más que gobierne los próximos 4 años. Ya que no puedes ayudar al partido con el que identificas, como mal menor puedes ayudar a que gobierne el partido que menos te disguste.

Demasiada dosis de pragmatismo para mí. ¿Qué mi voto no es útil? Me la suda. Aunque también el amigo Enrique Zubiaga me alertó sobre mi voto kamikaze, uno debe votar más con conciencia que con ciencia. Si cientos de miles de votos no se van a ver reflejados, van a volatilizarse por la energúmena y antidemocrática Ley D'Hont, algún día alguien deberá cambiar las cosas porque quién sabe si nos encabronamos de verdad. De lo contrario, con el llamado voto útil, jamás cambiarán. Votar al que menos te disguste, con la nariz tapada, me parece tristísimo.
¡ADEMÁS, UPyD ES EL ÚNICO PARTIDO QUE DENUNCIA CON BUENOS ARGUMENTOS LA ENFERMEDAD DEL VOTO ÚTIL!

Aun así, podéis pasaros por esta interesante web: http://www.utilometro.com/about.php

¿“Cara a cara”?: no, karaoke

No vi la primera entrega del pin-pong Zapatero-Rajoy, pero ayer decidí castigarme con la segunda entrega. Era como lo habían contado: un remedo de debate, una simulación. Y además demasiado largo para la escasa chicha del contenido: hubiera bastado con quince minutos, publicidad incluida. La sucesión de temas pactados, con su toma y daca sin diálogo alguno, enmarcaba con un grueso trazo negro los temas de los que realmente no se ha dicho nada o casi nada, otra vez. Paradójicamente, o no, son los temas que han presidido la pasada y estéril legislatura: el modelo territorial del Estado y la reforma de la Constitución, por ejemplo.

Nada de que extrañarse, pues nos tratan como a bobos sin criterio ni capacidad de juicio, alelados por problemillas locales, incapaces de comprender los retos de la globalización, de la renovación de fuentes de energía, del impulso de una economía productiva o de una reforma radical y urgente de la educación y de la justicia.
Y otros temas que preocupan a cientos de miles de personas en toda España que, sin embargo, son transparentes, mudas e invisibles para los cargohabientes.
¿Es útil votarles? ¿Para qué?

Carlos Martínez Gorriarán, candidato nº 1 al Congreso por Valencia por UPyD
Artículo relacionado: Telespañolito, por Bosco Palacios.

lunes, marzo 03, 2008

El baño

No me fío de la gente que no se baña. Y no me refiero a que sean unos cerdos, me refiero a la gente que no usa la bañera porque no le parece práctica frente a la rapidez y economía de la ducha. Hay gente que usa el cuarto de baño sólo para la higiene y no como un lugar de intimidad, relajación, armonía, desconexión.

Yo no entiendo una casa, sea como sea, mida lo que mida, sin bañera. No entro en un piso que no tenga bañera, aunque, en mi época de estudiante viví años sin ella. Hoy, en cambio, la idea de no tener una hermosa bañera en mi casa es un pensamiento insoportable.

La bañera, otra de las grandes herencias romanas, es lo más íntimo en la estancia más íntima de todo hogar, a veces la placenta que un día abandonamos y volvemos a recuperar. Puro recogimiento.

El baño no es cualquier cosa y debe estar acompañado de elementos que lo hagan siempre perfecto. Yo uso estos:

1. Espuma en abundancia.
2. Sales o aceites de baño (yo prefiero las sales).
3. Una mesita cerca de la bañera.
4. Un libro, prensa del día, un cuadernillo, un rotulador y un gintonic con muchos hielos sobre esa mesita.
5. Velas, muchas velas. El baño debe estar iluminado sólo con ellas.
6. Una barrita de incienso.
7. El móvil por si te llaman.
8. Una almohadilla para el cuello.
9. Música de fondo, preferiblemente jazz, clásica o bandas sonoras.
10. Una toallita para secarte las manos.

Mis mejores lecturas las he gozado a remojo y alguna de las mejores ideas me han surgido siempre en la bañera, que uso casi a diario sin preocuparme por la factura del agua. Ya ahorro en otras cosas no tan fundamentales como mi baño.

Ahora sólo me falta un detalle: que un carpintero me diseñe una mesita plegable para escribir en la bañera, algo parecido a lo que se puede ver en esta foto de Dalton Trumbo:

¿Alguien conoce a un ‘chapuzas’ serio y económico?