
Pan negro tiene todo lo que odio del cine español: la mirada de un niño ante los horrores horrorosos de la guerra civil española, memoria histórica por un tubo, malos de una pieza, oscuridad, paredes grasientas y desconchadas, sucias batas de trabajo, vencidos vencidísimos y vencedores que se regodean en su maldad. También desnudos gratuitos y un profesor (Eduard Fernández) que habla de lo que es ser un vencido y lo que es ser un vencedor a los niños mientras se mete un lingotazo de una petaca que guarda en su escritorio. A lo John Ford pero en Cataluña y en barato, en maniqueo.
Y nada funciona, y todo está visto y archivisto. Y cansa. Agota. Leo que no tiene muchas posibilidades de ser nominada y que este año los favoritos para el Oscar a la mejor películas extranjera son films dirigidos por unos mendas apellidados Farhadi, Kaurismaki y Labaki. Bostezo nada más leer estos apellidos. Casi tanto como al leer Villaronga.
Da pena que sea todo tan político, ¿eh? Ya no sólo porque el cine español reciba un premio o no, sino porque se intenta deformar el canon de las personas de a pie, haciéndoles creer que Pa Negre (en este caso) es una estupenda película.
ResponderEliminarA mi me pasó lo mismo. La empecé a ver sabiendo que no me iba a gustar, y a los veinte minutos la quité dándome la razón como a los tontos. País.
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