
Hablemos del voto SECRETO, que se hace en la oscuridad, a escondidas y de tapadillo. Y es socialmente respetado. Tras los resultados de las últimas elecciones, me ha llamado mucho la atención la gente cercana que se ha aproximado para decirme: “Enhorabuena por lo que ha logrado UPyD. Yo no les he votado porque Rosa Díez no me gusta, pero felicidades”. Y entonces uno se queda mirando a esa persona cercana y piensa: “Me va a decir a quién ha votado y por qué”. Y no, no te lo dice. Se lo calla.
Hay personas mucho más virulentas. “Rosa Díez es una zorra babeante y resentida, una trepa, una arribista, una aprovechada, una fascista reaccionaria que se compra bolsos de marca, patea a inmigrantes, no se depila y le huele el aliento”. Y entonces uno se vuelve a quedar mirando a esa persona cercana y piensa: “Me va a decir a quién ha votado y por qué”. Y tampoco.
Es evidente que nos falta formación democrática. Cuando uno apuesta, con cierta convicción y unos cuantos argumentos, por una opción política busca que alguien le rebata desde posibilidades políticas argumentadas y tangibles, no desde la NADA, desde la ambigüedad calculada del voto SECRETO. Si alguien, en su argumentación, tiene miedo de decir a quién ha votado (o por qué no ha votado a nadie) es que en este país nos falta todavía mucha, pero que mucha pedagogía democrática. Escrito la noche del 22 de noviembre de 2011.
Uy, qué raro.
ResponderEliminarHoy estoy totalmente de acuerdo contigo.
Lo hablaba con unos amigos estos días...¿Cuándo se empezará a formar a los niños (de manera amigable y entretenida, claro) en el sistema democrático, político, su funcionamiento, su historia?
Salud!