SMS, fotos y vídeos en el móvil, webcam, Mail, messenger, chat, foro, blog… andamos locos con todos estos anglicismos o tecnicismos algo absurdos. Llegó la gran revolución tecnológica a nuestras vidas, nada es imposible en la era de la comunicación. Pues sí que hay unas cuantas cosas imposibles: escribir o leer una carta como antes (a diferentes bolígrafos, con manchas de café y dibujos) o narrar cosas verdaderamente profundas y valientes en Internet, tener una relación cara a cara, ojos a ojos con muchas de las personas que enseguida bautizamos como los “amigos de Internet”. Comunicaciones sofisticadas -tengo mal las amígdalas y lo saben vía Messenger, foro, Chat, SMS o blog- frente a relaciones basura, que tan bien se suman a la comida basura, el trabajo basura, la tele basura, la literatura basura y, en general, la vida basura.
¿Saben lo que nos han marcado a fuego como a las vacas y no nos hemos empapado? El tiempo. Para una conversación auténtica, para una comida de verdad, para un carta sincera y trabajada, para una pintura, para un trabajo artesano y con mimo NO HAY TIEMPO, pero todos estos inventos y las relaciones que conllevan marcan el concepto tiempo: en X segundos te llega mi mensaje y lo lees de la misma, en Y segundos te hago una foto y está en un ordenador de Tasmania. En Z minutos tienes la lasaña lista para comer.
Me preguntaba alguien “vía” una de estas puñetas por qué no escribía relatos basados en mi vida diaria o en lo que me sugiere esa vida además de lo que lee en mi blog: curiosidades cercanas, mis dibujos y la actualidad. La primera respuesta es por pereza, la segunda por respeto (a ese duro y fino tipo de literatura) y la tercera porque no tengo huevos ni ganas de quedarme sin amigos. Tengo claro que si me atreviese a escribir sobre mi vida actual o pasada sería amable y amoroso con muchos, pero al mismo tiempo no tendría piedad con aspectos suyos que me llamasen la atención por su necedad. Y ojo: me refiero a TODO el que me rodea. Somos abogados y fiscales de los nuestros (y de nosotros mismos) y ser sólo abogados es mentirse o mentirles, pero así son las cosas.
Un ejemplo. Estoy leyendo Catedral, de mi adorado Raymond Carver. En uno de sus realistas relatos escribe:
“-¿Qué vas a hacer?- le pregunté.
Pero no me importaba. Si en aquel momento se hubiese muerto de una ataque al corazón, no me hubiese creado impresión alguna”.
¡Qué huevos! Imaginaos a alguien que se sienta retratado en ese relato y lea esto. ¡Pum! Le hubiera dado en plena línea de flotación. Imaginaos leer esto en un blog (que los hay, aunque contados). ¡Qué chute de verdad!
Asco de tiempo pegajoso. No me encuentro bien, estoy débil. Igual es anemia o algo. Voy a publicar esto en mi blog y me voy a tumbar.
sábado, junio 25, 2005
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6 comentarios:
jo tio Vania,
voy a dejar de publicar en mi bloga, porque yo hablar, ya sabes, por los codos.
Cuidate padrino,
la locabellota
Muy interesante reflexión, Iván.
Yo soy de los que piensan que ahora mismo vivimos, en general, peor que hace 20 años: tecnológicamente estamos mejor, qué duda cabe. Pero esa tecnología, que en teoría debería servir para facilitarnos las cosas (y en cierto modo las facilita), no solo ha servido para acabar esclavizándonos, si no que ahora el mundo se ha vuelto, por decirlo de alguna forma, más frío, más impersonal y, en general, más individualista y hasta irreal, "más Matrix". No se si me explico.
Lo cierto es que todo esto parece objeto de una gigantesca conspiranoia del poder contra el grueso de la sociedad: vivimos rodeados de un montón de tecnología "inútil" que parece diseñada a posta para abstraernos de la cruda realidad de nuestros verdaderos problemas: hoy todo el mundo puede acceder a un móvil con cámara, un PC con Internet, un televisor grande que te cagas.... pero el lo básico, en lo realmente importante para vivir, todo parece mucho más difícil: el acceso a la vivienda, a la cesta de la compra, a un trabajo digno, que es lo que realmente importa para hacer de tu vida algo honrroso, es hoy mucho más difícil que en 1985, sin ir más lejos. Mi hermana se pudo comprar un piso con su sueldo de currita en una cadena de montaje en 1983. Y entró fija, directamente. A ver quién coño hace hoy eso, cuando muchas parejas no llegan a fion de mes ni siquiera trabajando los dos. Eso sí: el video CD y el móvil wapo que no falten porque arrasamos la calle si nos los quitan.... ;)
Un desastre, vamos.
Nota: a mi movil no le funciona el botón del nueve. Lo compré hace dos años. Y NO PIENSO CAMBIARLO HASTA QUE EXPLOTE.
Quiero volver a las cartas.
je,je,je..ojo, no me caigáis ahora en lo de presumir de "falta de tecnología". Tan absurdo es lo primero como lo segundo. Ni móviles que bailen el cha-cha-chá, ni hacer la mayonesa con mortero.
Con lo del tiempo...touché. Hasta Raymond Carver estaría de acuerdo. Esto es un ajco y un ajco rápido, además.
Sin tu permiso, te hago vecino de mis mundos. Es un coñazo tener que andar buscando tu enlace para poder leerte todos los días. Si no estás de acuerdo tú mándame un email que yo no te haré ni caso.
Pero tú hazlo, hazlo...
O escríbele una carta. Con pluma de ave, por supuesto :p
Coincido en parte con esta última opinión: tan malo es el exceso como el defecto. Pero si te das cuenta, vimvimos más cerca del exceso que del defecto. Y es precisamente ese exceso el que nos ha llevado a la situación actual, puesto que ha tenido como efecto secundario esa elevación del ritmo de vida, a veces tan cardiaco: como ahora se pueden hacer más cosas en menos tiempo gracias al progreso tecnológico, en muchos casos cada segundo parece cobrar un valor que no debería tener. No se si me explico....
Quede claro que yo no soy como Gandhi, que odiaba la tecnología: solo pienso que se está aplicando mal, puesto que, lo que debería servir para mejorar la vida del hombre y aumentar su independencia y libertad, solo está sirviendo para hacerle más esclavo todavía de las clases gobernantes y de la propia tecnología, que es lo que más interesa a esta gente en última instancia.
La tecnología punta, aplicada y vendida tal y como se está haciendo en la actualidad (no se incide en su utilidad para dotar al hombre de más tiempo libre y libertad en sí, si no en el hecho de "compra y presume ante los demás para ganar estatus social"), es control, y el control es poder. Así lo veo yo....
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