
Nunca dejará de sorprenderme la importancia que se le da hoy a un crítico. Es absurdo. Tampoco dejará de alucinarme lo mal que asumen la libertad de expresión de otros tipos que dicen ser superprogresistas, megademocráticos y requetemodernos. El divo, desbocado, ha escrito estas perlas en un blog:
“Carlos Boyero resume así, en plan primicia, su crónica sobre el pase de prensa de mi película y la posterior rueda de prensa: “No soy masoquista, no quiero ver otra vez Los abrazos rotos. A mí me importa un comino si Boyero es o no masoquista, si tiene un testículo o cuatro, o la marca de crema hidratante que utiliza. Ya que le pagan para que informe de las películas que compiten en el festival, el hecho de no ser masoquista no debería eximirle de esta obligación”.
Más adelante, le explica a El País cómo debería trabajar:
“Boyero tiene todo el derecho a escribir su opinión, pero debería publicarse en otro apartado del periódico. Es una impostura llamarle y pagarle como si fuera una crítica, porque no lo es”.
Y por fin llega la paranoia, el delirio, con la intolerable conspiración de los críticos parásitos:
“Es curioso que Borja Hermoso (El País) sólo haya permanecido en Cannes los cuatro días que han coincidido con mi estancia allí. En cualquier caso, su función parece haber sido la de apoyar a su amigo Carlos Boyero en esta operación de acoso y derribo parásito en la que llevan empeñados tantos años. Pero dada la connivencia de ambos sujetos la dirección de El País carga con toda la responsabilidad, del mismo modo que los obispos son responsables de lo que Federico Jiménez Losantos escupe en la COPE”.
To-ma cas-ta-ña. La respuesta del diario no se ha hecho esperar: "Hemos leído con tristeza los ataques descarnados de Pedro Almodóvar. Aparte de las referencias de mal gusto y otras salidas injustificadas de tono, (…) se atreve a poner en duda a quién debe enviar nuestro periódico al festival de Cannes. (…) Olvida Almodóvar mencionar la cantidad de páginas que se han dedicado antes del estreno a su película. Desde El País Semanal y las páginas de Cultura, la información y los despliegues que se le han dedicado no le han debido parecer suficientes”.
Señores de El País: ahora que no son independientes sino globales, dejen de hablar definitivamente del divo. Y que haga promoción en su blog, como cualquier mortal. No caerá esa breva, ¿eh?
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Posdata: Gracias Leo.