martes, febrero 09, 2010

Rollo underground

Igor bebe más rápido que yo. No le veía hacía meses. Con él monté, hace siglos, una editorial independiente que publicó, entre otras cosas, una pequeña revista de cine. Pequeña, no modesta. Éramos de todo menos modestos. Queríamos una experiencia underground, ¡plantar cara a la Fotogrima, a la Cineantojo, a toda aquella basura de revistas comerciales, vendidas, rancias! ¡También a las coñazo, como la Digerido Por! Se lo juro, yo hablaba y escribía así. Todavía hoy me quedan tics de aquel individuo.

En mi último reencuentro con Igor no hubo barra que se librase de aquella nostalgia, recuerdos, un anecdotario de partirse la caja de la risa. Nos descojonamos hoy, claro, entonces escocía. Igor se llevaba la peor parte porque yo no soy capaz de gestionar ni un club de ajedrez. Nos lo curramos y disfrutamos, eso es innegable. Fuimos escritores, fotógrafos, dibujantes, editores, correctores, comerciales, relaciones públicas… Demasié. Tuvimos una inmensa cara dura, una irresponsabilidad que hoy me sonroja.

Calculamos mal. Sin padrinos, chicos de provincias, nos pilló el terremoto de la edición digital. Les escribo esto desde un blog personal, con eso lo digo todo. Creímos entonces en el rollo underground y que habría público. Y no. Que habría patrocinadores. Y no. Que habría buenos escritores a patadas. Y no. Que habría cine del que hablar, recomendar, apoyar. Y no.

Creímos en un proyecto fuera del circuito sobornado, el que hoy lo domina TODO. Ya vuelven los tics, ¿ven? Hoy, cuando le releo a mi gato estos artículos antes de darme un baño, recupero al viejo Bukowski, que también tenía gato y se bañaba y escribió lo siguiente sobre las revistas underground en las que participó: “Ahora las pequeñas y las grandes están a la misma altura: publican bazofia y su principal objetivo es la publicidad y el poder del grupo y el dinero, sea cual se la menara de obtenerlo”.

Puede que nosotros hubiésemos acabado oliendo a mierda, pero no fue así. No creo que sucediese. Por eso escribo como perdedor. Las cagadas profesionales y humanas fueron considerables, pero hicimos algo digno. Lo de underground se lo dejo a los gafapastas babosos y a los catedráticos de mirada perdida y cintura fofa. Y a Bukowski le dejo el remate de este relato de veterano de guerra: “Yo soy el underground, solo. Y no sé que hacer. Así que escribo esto y me emborracho otra vez”. Me voy a bañar.

Post relacionado: UNA VEZ.

Foto: ejemplar de la revista Opus Cero.
Escrito el domingo 7 de febrero de 2010.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Aun se encuentran ejemplares por ahi:

http://www.todocoleccion.net/opus-cero-n-4~x15348444

En Iberlibro me imagino que tambien podría pillarse alguno.

IVAN REGUERA dijo...

Dice 'REVISTA DE CINE UN TANTO INDEPENDIENTE'. ¿Un tanto? Pues qué cosa más rara.

Anónimo dijo...

Jajajaja.....!por lo menos te lo reconocen!

Anónimo dijo...

no es que beba más, es cuestión de sed...
i.

Anónimo dijo...

el viernes volvió a demostrarlo. Suntorbellino.

k.

IVAN REGUERA dijo...

I: Claro, serían los cascagüeses.

K: Va a acabar siendo el puto Torrente.