
Para empezar, no sé que tiene de malo el alacrán, propongo un Grupo de Estudios sobre a Condición da Alacrán para denunciar la actitud reaccionaria y estereotipada a este bello animal. Para saber qué carajo es un Alecrín he tenido que ir al diccionario:
1. m. Escualo del mar de las Antillas, de unos cuatro metros de longitud, de cabeza obtusa, con dobles filas de dientes, carnicero y muy voraz.
2. m. Árbol verbenáceo, de América Meridional, cuya madera es semejante a la caoba, pero más pesada y de color más hermoso.
Dicen las histéricas del akelarre a Condición da Muller que los entretenidos textos de Reverte hacen "apología de la violencia contra las mujeres", contienen proclamas "machistas" y "está haciendo del antifeminismo su mejor bandera" con actitudes como la "ridiculización" de la lucha contra el lenguaje machista, la publicidad sexista o las leyes de igualdad. ¡Con dos ovarios!
Soy asiduo a los artículos de Reverte y en él no leo otra cosa que puro sentido común mezclado con la mala leche que produce ver y escuchar a feministas trasnochadas, a ministras “frailas” y a dañinas políticas o intelectualoides de cuota.
Pero de qué nos vamos a extrañar en un mundo orwelliano donde se aplica legalmente el macabro término “Discriminación Positiva” o donde hay catetas que se escandalizan porque, por razones puramente lingüísticas, el neutro y el masculino representan mayoritariamente a las profesiones del hombre. ¡Y la mujer! Perdón.
2. m. Árbol verbenáceo, de América Meridional, cuya madera es semejante a la caoba, pero más pesada y de color más hermoso.
Dicen las histéricas del akelarre a Condición da Muller que los entretenidos textos de Reverte hacen "apología de la violencia contra las mujeres", contienen proclamas "machistas" y "está haciendo del antifeminismo su mejor bandera" con actitudes como la "ridiculización" de la lucha contra el lenguaje machista, la publicidad sexista o las leyes de igualdad. ¡Con dos ovarios!
Soy asiduo a los artículos de Reverte y en él no leo otra cosa que puro sentido común mezclado con la mala leche que produce ver y escuchar a feministas trasnochadas, a ministras “frailas” y a dañinas políticas o intelectualoides de cuota.
Pero de qué nos vamos a extrañar en un mundo orwelliano donde se aplica legalmente el macabro término “Discriminación Positiva” o donde hay catetas que se escandalizan porque, por razones puramente lingüísticas, el neutro y el masculino representan mayoritariamente a las profesiones del hombre. ¡Y la mujer! Perdón.
Feliz puente a los que lo tengan, como yo.