viernes, noviembre 21, 2008

Estados Unidos de Amnesia

Gore Vidal es una figura intelectual norteamericana clave. Su novela ‘Myra Breckinridge’ me parece fabulosa, moderna, descarada, un hito en la literatura de su país. Admiro también ‘La ciudad y el pilar de sal’, donde trataba con valentía, y en su época, la bisexualidad. ‘Myron’, la secuela de ‘Myra’, la abandoné. Casi me sucede lo mismo con sus memorias, ‘Navegación a la vista’, pero al fin y al cabo, pensé, estaba buceando en un gran personaje del siglo XX, así que llegué hasta el final.

La primera vez que vi la imagen de Vidal fue en un documental llamado ‘El celuloide oculto’, sobre la homosexualidad oculta en grandes clásicos del cine. En uno de ellos intervino como guionista. En la machota Ben-Hur, la relación entre Messala y Judá era más que una amistad hetero. Más que “una de romanos”. Recuerdo que Vidal contaba que el director William Wyler le había aconsejado a Stephen Boyd (Messala) que mirara a Charlton Heston como si fuese su ex amante. El viril Heston, por supuesto, no supo nada de esto en todo el rodaje, lo que dio lugar a no pocas coñas marineras.

Hace poco llegaron a España las memorias (imagino que definitivas, por su avanzada edad) de Vidal, en las que muestra sin tapujos su relación con su amante de toda la vida: “En 2003 murió el que fue mi “compañero” (el término políticamente correcto) durante cincuenta y tres años, Howard Auster”.

Es complicado definir a Gore Vidal porque nunca supo quedarse quieto, nunca se conformó con una imagen, un rol, una especialidad. Él se define como “novelista-ensayista-panfletista”. Bonita definición, me encanta. Fue escritor, guionista, analista periodístico, bufón, actor, terror de enemigos como el mentiroso compulsivo Truman Capote o el divo Tennessee Williams y, eminentemente, un hombre político.

Cuando escribe sobre Kennedy, por ejemplo, parece que lo hace, con cinismo, sobre la ‘Era Obama’ que ahora nos toca vivir: “A los ciudadanos se nos había estado diciendo que buscábamos -todos- una nueva generación de líderes jóvenes y vigorosos nacidos en el siglo XX y, obedientes, fingimos hacerlo”. ¿Les suena?


En su último libro, Vidal, que se presentó para senador por los demócratas y ha estado ligado desde la infancia a la alta política yanqui, no deja pasar la oportunidad de repasar lo corrupto que ha demostrado ser el sistema norteamericano. Tras recordar que en 2000 las elecciones fueron robadas y que en Virginia, en 2004, también hubo un tongo fundamental para el segundo mandato de Bush, resume así la siniestra era del presidente saliente:

“Una ventisca de mentiras oficiales sobre Armas de Destrucción Masiva. Una confabulación entre Saddam y Bin Laden, dos enemigos bien conocidos. La destrucción por parte de Rumsfeld de Irak y Afganistán (donde ahora estamos nosotros haciendo el imbécil, matizo), dos países que no nos han hecho el menor daño, ni podrían hacerlo. Al mismo tiempo, mientras nuestras ciudades se resentían del enorme gasto que eso suponía para nosotros (y hoy lo pagamos todos, matizo otra vez), se entregaron contratos para la compañía del vicepresidente, Halliburton, para reconstruir esas mismas ciudades que demolió su colega del Departamento de Defensa”.

Puede que el octogenario Vidal viva para ver lo que hará ahora Obama, pero no tengo claro que la ‘Era Obama’ se beneficie de una voz como la de Vidal. Hoy en la tele americana toca la ordinariez de Jay Leno, no la ironía de Johnny Carson. Sobre este último, Vidal imagina en sus memorias que aun vive y que se vuelven a encontrar, como antaño, en un plató:

Carson: Tengo entendido que has traído las últimas noticias sobre las elecciones en Irak, Gore. Sin duda han sido un verdadero triunfo para la libertad y la democracia, ¿no te parece?
Vidal: Bueno, en realidad son del New York Times del tres de septiembre de 1967.
Carson: Un año incierto para la libertad, ¿verdad?
Vidal (lee en alto): “Estados Unidos alentado por la votación en Vietnam. Las cifras oficiales señalan una participación de un 83% a pesar del terror del Vietcong”.
Carson: ¿Cuál es el término que empleas continuamente para referirte a nuestro país?
Vidal: Los Estados Unidos de Amnesia.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Estados Unidos de Amnesia, gran respuesta. No he leído nada de Gore Vidal, pero parece bastante descontento con republicanos y demócratas a la vez, lo que implica que USA tiene personalidades que aquí en España, bueno, en fin, que es para reírse.
Respecto a su relación con Truman Capote, se demuestra cierta altura intelectual y que al autor de "A sangre fría" le iba más el arte que la política.

lys dijo...

HOLA!!He entrado por causalidad. Voy a leer un poquito.

Saludos, nos vemos!!

Anónimo dijo...

Y actor de cine, porque el tío tenía percha para ello: pasaría por galán si se lo hubiera propuesto. Yo le recuerdo como director de la elitista academia de astronautas en Gattaca, una película que pasó desapercibida, pero que era bastante entretenida. Y escribió Hollywood, una buena novela que narra el nacimiento del cine, esa cosa cada vez menos apetecible.
Uno va siendo tan mayor –que no viejo-, que ya no se acuerda de lo que ha leído, y veo en la Wiki, que consulto sobre todo para no meter la pata por fallos de memoria, que aparte de la novela que te he dicho, leí de él Juliano el apóstata, magnífica, Lincoln y Creación y te digo el orden según me han gustado de más a menos.
Estás acertado –en mi opinión- en sugerir que los que ponen a Obama como la panacea universal se van a llevar una decepción de órdago, y eso que Bush se lo ha puesto fácil en el sentido de que peor es casi imposible hacerlo.

Awake at last dijo...

OFF-TOPIC

Te leo, xiquet, pero estoy bajo mínimos, :-)

Besos.

IVAN REGUERA dijo...

Awake: ¿Estás mala? Si es así cuídate, pordios.

Wallander: He buscado 'Hollywood', pero está descatalogada. Y pinta bien.

Lo de Obama es un de coña. De momento el 'CHANGE' es meter en su gabinete o como asesores a un 80% de gente de Clinton, su parienta incluida.

Lys: Saludos. Y que disfrutes.

Dani: Toda comoparaciópn es deprimente.