
viernes, septiembre 30, 2011
miércoles, septiembre 28, 2011
Pa negre el futuro de España en los Oscar

Pan negro tiene todo lo que odio del cine español: la mirada de un niño ante los horrores horrorosos de la guerra civil española, memoria histórica por un tubo, malos de una pieza, oscuridad, paredes grasientas y desconchadas, sucias batas de trabajo, vencidos vencidísimos y vencedores que se regodean en su maldad. También desnudos gratuitos y un profesor (Eduard Fernández) que habla de lo que es ser un vencido y lo que es ser un vencedor a los niños mientras se mete un lingotazo de una petaca que guarda en su escritorio. A lo John Ford pero en Cataluña y en barato, en maniqueo.
Y nada funciona, y todo está visto y archivisto. Y cansa. Agota. Leo que no tiene muchas posibilidades de ser nominada y que este año los favoritos para el Oscar a la mejor películas extranjera son films dirigidos por unos mendas apellidados Farhadi, Kaurismaki y Labaki. Bostezo nada más leer estos apellidos. Casi tanto como al leer Villaronga.
lunes, septiembre 26, 2011
Cine de género con denominación de origen

Y no es redonda, aunque quizás lo podría haber sido. Su idea (el mayor hijo de puta, el menos indicado, puede salvar el mundo) es brillante pero su trama es compleja, quizás excesivamente compleja. La caja 507 tenía también una trama enmarañada, pero el trabajo actoral era más rico (Resines estaba enorme) y en esta ocasión te da la sensación de que hay demasiada información, de que hay trama y texto que quizás hubiera podido ser eliminado logrando una peli más elíptica, más corta, con mucha más acción y sobre todo centrada en el interesante personaje que tan bien defiende José Coronado. Sí, el señor de los anuncios de yogur que cada vez que se pone a las órdenes de Urbizu da gusto verle y escucharle.
Al ver No habrá paz para los malvados quieres más Santos Trinidad y menos conexiones criminales. Te quedas con ganas de más “Coronado el sucio” y desconectas de los contubernios del narcotráfico y el terrorismo. Pero aun así sabes que estás viendo una película con poso y sabia, seguramente la mejor película española del año, si no de los últimos años, una película que volverás a ver tranquilamente otra vez, cualquier noche en la que te apetezca un buen thriller nacional sin complejos, tan bien escrito, interpretado y dirigido como un thriller americano.
Porque si hay algo que le joda a Urbizu es que una casa de putas a las afueras de Madrid nos dé, como espectadores, más pereza que una casa de putas a las afueras de Boston. Y comparto ese cabreo. Los americanos, que son unos light y unos flojos, nos llevan la delantera en el género y no es comprensible cuando vivimos en uno de los países más corruptos y más rodeados de podredumbre criminal, narcotráfico, trata de blancas y problemas de terrorismo del mundo. Y qué quieren que les diga, prefiero ver un bar de mala muerte de Madrid que un bar de mala muerte de Wisconsin. Porque lo conozco, porque es mi mundo y está en mi ciudad y porque creo que ese territorio tiene unas posibilidades cinematográficas acojonantes. Y esos pocos que lo han sabido reflejar (junto a Urbizu lo han logrado gente como José Luis Garci o Eloy de la Iglesia) tienen todo mi respeto.
Señores productores: hagan caso a Urbizu y apuesten por el género negro español. Tenemos miles de páginas de sucesos, novelistas, guionistas, actores, directores y técnicos sobradamente preparados para hacerlo. Y no lo haremos ni mejor ni peor que los yanquis, lo haremos simplemente a nuestra manera, como tan bien sabe hacer Urbizu. Apuesten por un prota que balbucee el castellano, se vaya de putas y beba Havana Siete Cola. Muchos se lo vamos a agradecer. Escrito el domingo 26 de septiembre de 2011.
miércoles, septiembre 21, 2011
Y al mismo tiempo colaboráis
Anonadado ante la mezcla de cáncer, “mi película” y “cuatro premios importantes”, me pregunto quién es. Y rastreo y leo más: “Amigos, ya hemos recibido cerca de 2.000 llamadas a nuestro número de teléfono. Además, mi proyecto de largometraje se ha asociado a La Asociación Española Contra el Cáncer. De cada llamada que recibamos, una parte de lo que se obtenga irá a ellos. Llamad. Nos ayudáis con la película y al mismo tiempo colaboráis a luchar contra el cáncer. Además, PREMIOS A GANAR para vosotros (espero, me digo al leer esto, que el redactor no sea el guionista). Esperamos vuestras llamadas. Gracias amigos”.
Sigo leyendo y veo que el tipo se desespera: “Gracias Amigos, ya he conseguido 100 llamadas a mi número... Por favor, seguid llamando, necesito más para levantar esta peli... (aquí ya la ayuda al cáncer desaparece). Llamad, seguid llamando, no os olvidéis de mí... (así de lastimoso). Llamad y escuchad el mensaje de 30 segundos... Gracias, amigos... amigos de mis amigos y amigos de los amigos de mis amigos”.
Uh, vaya lío, los amigos de mis amigas son mis amigos, que cantaba Objetivo Birmania. He conocido muchos proyectos independientes, pero como este pocos. No sabía yo que alguien pudiese financiarse usando a enfermos de cáncer mientras regala coches y viajes a USA. Amigos cineastas, no vale todo. Por cierto, Pilar Bardem se apuntó.
martes, septiembre 20, 2011
Grandes diálogos: Entre copas

Maya: Ahmm, creo que empecé a interesarme a través de mi ex marido. Tenía una especie de bodega enorme sólo para fardar.
Miles: Ya.
Maya: Pero luego descubrí que yo tenia un paladar bastante fino, y cuanto más bebía, más me gustaba lo que me hacia evocar.
Miles: ¿Como qué?
Maya: Como lo farsante que era él.
Miles: Jajaja. Vaya…
Maya: No, verás, me gusta pensar en la vida del vino…
Miles: Sí.
Maya: En que es una cosa viva. Me gusta pensar en qué pasaba el año en que crecían las uvas, en cómo brillaba el sol, o si llovía. Me gusta pensar en toda la gente que cuidó y recogió las uvas. Y si es un vino añejo, en cuántos de ellos ya deben de estar muertos. Me gusta ver como un vino sigue evolucionando. Por ejemplo, si abro una botella de vino hoy, ¿sabrá distinto a como sabría si la hubiese abierto cualquier otro día? Porque un vino embotellado en realidad está vivo y evoluciona y adquiere complejidad constantemente, hasta alcanzar su punto álgido, como el tuyo del 61.
Y entonces empieza su constante e inevitable declive… y además tiene un sabor que te cagas.
(Del guión de Alexander Payne y Jim Taylor basado en la novela de Rex Pickett)
jueves, septiembre 15, 2011
Tampoco me importó
Primero señalaron a los controladores, pero como yo no era controlador, no me importó. Después señalaron a los funcionarios, pero como yo no era funcionario, tampoco me importó. Luego señalaron a los profesores, pero como yo no era profesor tampoco me importó. Más tarde señalaron a los farmacéuticos, pero como yo no era farmacéutico, tampoco me importó. Después siguieron con los autónomos, pero como yo no era autónomo, tampoco me importó. Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde. (Homenaje a Bertolt Brecht)
miércoles, septiembre 14, 2011
Dormir

- Quieres decir que tendrías que matarlo.
- Dormirlo. Preferimos usar esa palabra.
Mientras ella prepara dos jeringuillas de potente antibiótico, miro a mi debilitado gato y retomo la conversación.
- Me parece curioso vuestro lenguaje.
- ¿Cómo lenguaje?
- Sí, lo de “dormir”. Lo dice mucha gente y es un poco infantil, para qué nos vamos a engañar. No va a dormir, va a morir.
- Bueno, no, lo dormimos.
- No mujer, dormir es anestesiar. Te despiertas y sales vivo de eso.
- Sí, pero de ahí a usar la palabra "matar"…
- Quitar la vida.
- Dormir, mejor.
- Sacrificar.
- Dormir. Y ahora, por favor, coge al gato que tengo que inyectarle.
lunes, septiembre 12, 2011
Varices

He trabajado con Guillermo Toledo. Lo conocí currando en una película de Colombo. Pleno agosto. Un calor abrasador en un asfixiante plató, en el jodido “Torrejón de Ardor”. Se rodaba una secuencia musical con muchos figurantes, todos ellos de aspecto andaluz o gitano. Palmeros y cantantes.
El rodaje se alarga. Los retrasos impacientan a los pobres figurantes, que en el exterior del estudio se deshidratan por el brutal calor. Mientras escucho indicaciones por el walkie, una mujer de unos setenta años se me acerca. “Joven, ¿no tendrá una silla para mí? Me están matando las varices”. “Claro, señora”. Cierro el walkie y entro en el plató. Agarro una silla de plástico vacía, perteneciente al equipo, y se la doy. “Muchas gracias, chiquillo”. Un asistente de dirección, mi superior, se acerca a mí con el rostro desencajado y las manos temblorosas.
- Ivan… esa silla no es para figuración.
- Tiene varices.
- Como si tiene juanetes, Ivan. Esa silla pertenece al principal crew.
- ¿Crew?
- Equipo, Ivan, equipo. El equipo principal.
- Estaba vacía.
- Pero igual la necesitan, tiene que estar ahí. Para ellos.
- Tiene varices.
- ¿Te estás quedando conmigo?
- Mira, esa silla es para esa señora. No se va a levantar de ahí hasta que le llamen.
El tipo, un fulanito que se creía Patton por tener dos walkies con cartucheras, se fue dando aspavientos, atacado de los nervios, histérico. Esa tarde la secuencia se rodó sin problemas, la gitana con varices cantó como nunca y a mí me cayó un desagradable rapapolvo que me hizo aprender una lección: el mundo del cine es un mundo absurdo, clasista, injusto, duro, un mundillo de castas, de ridículas elites y de gente tirando a chunga. También aprendí a buscarme otro trabajo. Escrito el domingo 11 de septiembre de 2011.
viernes, septiembre 09, 2011
Carta de Richard Gage, de Arquitectos e Ingenieros por la verdad sobre el 11-S

Estimados compañeros de la construcción profesional: Durante los últimos años, se han presentado cuantiosas pruebas científicas que ponen en evidencia que la teoría oficial ofrecida por las autoridades federales estadounidenses no explican adecuadamente los colapsos de las tres torres. Los Arquitectos e Ingenieros Por La Verdad Sobre el 11-S exigimos una nueva investigación, debidamente financiada, con todo el poder judicial para citar los testimonios de altos cargos, tanto del Gobierno como de empresas y corporaciones.
Entre las Pruebas más destacadas: Más de cien funcionarios de rescate han declarado, bajo juramento, haber escuchado y visto explosiones, dentro de los edificios y en sus sótanos, previas a y durante los derrumbamientos de ambas Torres Gemelas y del WTC7. Estos testimonios fueron grabados y fue necesario un pleito por parte de la FOIA y el periódico New York Times para poder obligar la desclasificación de este documento audiovisual. También son numerosos los testimonios de destellos de luz de descargas explosivas. Todos los videos del evento revelan que los tres edificios se demolieron de manera explosiva y simétrica. En el caso del WTC7, de 47 plantas, su destrucción fue exactamente la misma que la de cualquier demolición controlada de la historia.
El edificio WTC7. Lo que más perjudica la versión oficial:
• El colapso simétrico, a la velocidad de caída libre, en 6,5 segundos, de un edificio de 47 pisos. No impactado por ningún avión, se derrumbó impecablemente, en un montón compacto, exhibiendo así todas las características clásicas de una demolición controlada, una ejecución perfecta.
• El "colapso" repentino y espontáneo.
• Los numerosos testimonios de explosiones en la planta baja un segundo antes del inicio del colapso.
• El colapso simétrico, por el camino de mayor resistencia, a través de los pisos inferiores, a casi la velocidad de caída libre. Es decir: las columnas no ofrecieron resistencia y tuvieron que haber sido "eliminadas".
• Toneladas de metal fundido en los sótanos encontradas por los trabajadores de demolición.
• La huella química del agente incendiario “Thermite” (de alta tecnología incendiaria) que se encontraba en todas las muestras de los restos y polvo.
Se puede revisar todas las pruebas y demás datos en AE911Truth.org. Por favor, observe atentamente las pruebas y considere firmar nuestra petición. Es crucial que lleguemos a ser mil los arquitectos e ingenieros que exigimos una nueva investigación antes de que sea demasiado tarde.
miércoles, septiembre 07, 2011
Y ahora a por los maestros

Hablar así de un maestro en España es conocer muy poco lo que es un docente y menos lo que es tu país. Me llamó la atención uno de los tertulianos, una periodista y escritora, Mari Pau Domínguez, que explicaba que estaba desesperada porque a ver qué era eso de tener dos meses de vacaciones. Y enseguida se propuso dar lástima a la audiencia: “Aquí tengo a mi hijita, dando vueltas por la redacción porque yo trabajo y no sé qué hacer con ella hasta que empiece el cole”.
Mari Pau, que supongo será mujer leída y se ha atrevido a escribir cosas como 'La ex siempre llama dos veces' o 'Ahora o nunca: cuando se pone en marcha el reloj biológico', debería saber diferenciar entre cuidar y educar. Que una no sepa qué hacer con su retoño no es culpa de un profesor, de un educador, de un maestro. En el cole se educa, no se cuida niños. El cole no es un aparcamiento de niños por horas, es donde supuestamente los van a preparar para entender el mundo o defenderse en él. Pero de eso en la tertulia no se habló. Y los oyentes dieron la razón a Mari Pau, que qué va a ser esto, que dos meses de vacaciones a la bartola, y que a ver quién va a cuidar de nuestros vástagos mientras trabajamos.
Que una sociedad moralmente desquiciada ponga en el punto de mira a los maestros dice mucho de las “reformas” y “cambios de mentalidad” que pretenden implantarnos. Qué ciegos estamos. Y la que nos viene. Escrito el miércoles 7 de septiembre.
lunes, septiembre 05, 2011
Una lectora nada común

En ‘Una lectora nada común’, novela corta tan amena como brillante, la reina Isabel II busca un paje para que le organice los libros de palacio recurriendo a lo que ahora llaman recursos humanos, algo que ella siempre ha llamado personal o servidumbre. Y ese paje es el detonante de una revolución: la reina se pone a leer. A leer en serio y mucho. A disfrutar con los libros como con nada en su larga vida. Y descubre que la reina, con todas sus joyas, títulos y reverencias no es nadie frente al poder de la literatura. A los libros, se dice la reina, no les importa quién los lee o si alguien los lee. Todos los lectores son iguales, ella incluida.
Y la reina descubre, tarde pero a tiempo, que leemos para saber cómo es la gente, no cómo es el mundo, del que ella ya sabe mucho. Pero de la gente, de sus mentes, de sus almas… de eso no tiene ni idea.
Entonces se dice: soy la reina, puedo conocer a todos esos intelectuales que escriben los libros, al menos a los que están vivos. Así que su alteza los reúne en palacio, pero ellos no le hacen ni caso y además descubre que no son nada divertidos. Que un autor interesante no tiene por qué ser una persona interesante. Y decide conformarse con el placer de conocer a un autor, pero no en persona, sino en obra. A la reina le sobra con el placer de saber que ese escritor tiene escritos más libros. ¡Qué delicia! ¡Cuántas horas de placer por delante!
Pero en la corte empieza a preocupar la compulsiva lectura real. Y llegan las discusiones:
- ¿Qué le importa al público lo que yo estoy leyendo? La reina lee. Es lo único que debe saber. Me imagino la reacción general: ¿Y qué?
- Leer es retraerse. No estar disponible. Sería más fácil de asimilar si fuera una actividad menos… egoísta.
- ¿Egoísta?
- Quizás debería decir solipsista. Tendríamos que asociar sus lecturas con una finalidad más amplia la alfabetización del país entero, o mejorar el nivel de lo que leen los jóvenes.
- No, leo por placer. No es un deber público.
Y un día, sola y cansada del protocolo, la reina se repite en voz alta: “No tengo voz”. Muerta, se dice a sí misma, sólo existiría en el recuerdo de la gente. Leer no cambia esa realidad… pero escribir quizás sí. Y entonces escribe en su diario: “No pones la vida en los libros. La encuentras en ellos”.
No se pierdan esta pequeña y exquisita novela. Escrito el sábado 3 de septimbre de 2011.
jueves, septiembre 01, 2011
El ladrón

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