miércoles, diciembre 31, 2008
martes, diciembre 30, 2008
La mejor película de 2008
lunes, diciembre 29, 2008
Con la iglesia seguimos topando
Aunque en estos casos me quedo con el gran surrealista, Buñuel, que lanzaba obispos por la ventana en La edad de oro o quemó la corona de espinas en Viridiana. En aquella grandiosa obra maestra que el Vaticano quiso cepillarse con la complicidad de sus contactos franquistas, Don Luis convirtió una navaja en crucifijo, un buen símbolo para recordar lo que algunos obispos guardan debajo de las sotanas, aparte de lo impuro. También debajo de la tramoya de Colón guardaron oscuras intenciones políticas. Con la iglesia seguimos topando. Qué cruz…
Dicen beatonas, curitas y cardenales que matrimonio sólo hay uno, que familia sólo hay una. Y se agarran a lo que dice la RAE, que muchos toman como sin fuesen las tablas de la ley de San Dios. En definitiva: que los maricas o las bolleras se casen si quieren, pero que a esa cosa asquerosa no la llamen matrimonio, que es la unidad de hombre-hombre con mujer-mujer. Estoy de acuerdo con ellos, la palabra matrimonio es espantosa. Lo llamaremos feldespato. Mola más. “Víctor y David, unidos en feldespato”… ¡Jesús, dónde va a parar!
Quiero confesar algo, padre. Cuando leo en algún diario católico las declaraciones de esas familias de Colón, les deseo algo muy concreto: que alguna de sus hijas le salga tortillera o que alguno de sus hijos le salga homo, cosa no muy descabellada, habida cuenta de que los armarios se están quedando más vacíos que los burdeles en tiempo de crisis. Verás que remanso de verdad, amor y paz iban a vivir en casa, me digo para mis ateos adentros.
El pasado fin de semana, una de estas familias comentaba, en el ABC, que “en la familia se encuentra el apoyo y la comunión. Hay que manifestar a la gente la Verdad y anunciar a Jesucristo”. Bonito, ¿no? Paz, amor, apoyo, verdad… Cojonudo. Poco más tarde, la retrofamily suelta que entre los problemas más grandes de esta “institución” se encuentra “la falta de respeto hacia la vida, el echo de considerar matrimonio a ‘cosas’ que nada tiene que ver con él, el divorcio exprés”… “Estas formas de ver la vida traen cosas como la eutanasia”.
No falla. Resulta que detrás de tanta serenidad, amor, verdad, y Jesusito de mi vida se esconde lo que se esconde, como en las sotanas: las vergüenzas.
Escrito el 28 de diciembre de 2008.
martes, diciembre 23, 2008
Feliz Navidad
Que sean ustedes muy felices, o fínjan lo mejor que puedan.
Feliz navidad a todos los que siguen este blog con sorprendente fidelidad. Nos vemos en uno días.
lunes, diciembre 22, 2008
Adiós a Robert Mulligan
Aunque se ganó la vida rodando peliculitas olvidables diseñadas para estrellas como Tony Curtis, Rock Hudson, Steve McQueen o Natalie Wood, su primer gran film fue Matar a un ruiseñor, su única nominación al Oscar.
Recuerdo otros films que me impactaron de Mulligan: Up the Down Staircase, con la genial Sandy Dennis, la preciosa Verano del 42 y la magnífica El otro, no confundir con esa chorradita tramposa de Amenábar llamada Los otros.
Mulligan también entró en la historia del cine al formar parte de aquella mítica foto-homenaje a Luis Buñuel, donde compartió plano con el genio de Calanda, George Cukor, Alfred Hitchcock, William Wyler, Billy Wilder, George Stevens, Rouben Mamoulian y Robert Wise. ¡Casi ná!
Mulligan está en la fila del fondo. Es el primero desde la izquierda.
Nota: Seguro que hoy no es un buen día para mi amigo Israel Nava.
viernes, diciembre 19, 2008
El triunfo de la forma
Hilario también fue el autor del epílogo de mi libro sobre Apocalypse Now, es autor de muchos libros de cine y colabora asiduamente en ABC, en la sección de cine de su suplemento cultural de los sábados. Hace unos días le escribí para pedirle apoyo para la edición de mi nuevo (y muy posiblemente último) libro de cine. Me contestó que poco podría hacer porque sus contactos ya se habían enfriado y porque esto del cine “lo dejaba”. “Otro que lo deja”, me dije. Y uno de los interesantes. Por algo será.
Repasando la revista Imágenes de noviembre, donde Hilario también colabora, llegué a un texto en el que dice lo siguiente a propósito de un estreno que le tocaba comentar:
“Las formas le han ganado el pulso al contenido. Es mejor parecer bueno que ser bueno. (…) Me pregunto qué ha conseguido ponernos en situaciones así. ¿Internet? ¿Los festivales de cine? ¿Nuestra prepotencia? No sé. Tampoco me importa demasiado. Hace tiempo me hubiese preocupado que ya nadie se interesase por las dudas espirituales o por las posibilidades de conseguir un estilo trascendental sin la necesidad de ser sublime, ahora creo que me da igual”.
Ya somos dos, Hilario.
Escrito el sábado 22 de noviembre de 2008.
jueves, diciembre 18, 2008
¿QUÉ ES DE LO MÍO?
Yo no fui porque no sé que hace ahí un guionista publicitario y porque tenía una resaca de cojones. Según cuentan las crónicas blogueras de los allí reunidos, se habló de una carta a Zapatero en la que los guionistas expresarán su mala uva por haber sido apartados de la nueva Ley de cine. En ella, dicen, se olvidan de los autores de las historias. Esa cosa tan prescindible.
Lean lo que opino sobre el tema en MI BLOG DE CINE.
miércoles, diciembre 17, 2008
Sinvergüenzas
martes, diciembre 16, 2008
EL GRAN TIPO
Y, hace unas noches, ahí estaba el frenético y maravilloso actor Jimmy Cagney, esperándome en El gran tipo. El film no tiene desperdicio porque no sólo está filmado con brío y un ritmo endiablado por un tal John G. Blystone en 1936, sino que cuenta con un guión -de Henry McCarty, Henry Johnson y Harry Ruskin- curiosísimo, un valeroso cuento moral en el que el héroe honrado que defiende la ley, Cagney, no usa una puñetera pistola en los 75 minutitos que dura el metraje.
Atención a la sinopsis de la trama: “Red es un antiguo boxeador que ahora trabaja en el Departamento de pesos y medidas de Estados Unidos, el organismo encargado de evitar fraudes en el consumo. Una banda criminal protege a todos los comerciantes en sus trampas cotidianas y se muestra implacable contra toda aquel que se cruza en su camino”.
Hay que tenerlos cuadrados para hacer una peli basándose en esta idea (inspirada en artículos de Saturday Evening Post). Y el caso es que el film sale muy bien parado. Hace años que no contemplaba algo tan raro como ver al héroe descubriendo una pieza de plomo escondida en las entrañas de un pollo para que pese más y dándole dos galletazos a un carnicero corrompido. Red hace lo mismo con un encargado de gasolinera, con camioneros y con peces gordos podridos hasta el tuétano.
Lo grandioso de Un gran tipo es que sus villanos no son esos potentados mafiosos a los que el propio Cagney tan bien encarnó, sino hombres corrientes y molientes que adoptan la corrupción y el timo, el robo a pequeña escala, como algo inocente, normal y aceptado o debidamente disimulado por su sociedad.
Y al seguir gozando del film te das cuenta de lo insólito de la apuesta. La película, en apariencia puro cine de evasión, carne de programa doble, entra de lleno en temas como, por ejemplo, la inmoralidad del consumo irresponsable. Cuando la novia de Cagney se compra un caro y llamativo sombrero en tiempos de crisis, él la recrimina con estas palabras: “En España ha estallado una guerra civil y tú te compras… eso”. Como respuesta, ella se niega a ser invitada al Ritz por él, que acaba de ser ascendido, y le obliga a comer juntos en un comedor social. Chica lista.
Dos de las escenas más memorables del film se desarrollan en un sofá. Los dos tortolitos hablan de su amor y de su futuro y, de repente, un encargado les pregunta si el sofá les gusta. El plano se abre. Están en el escaparate de un centro comercial. ¡En un film de 1936!
Al final, el bien triunfa -recordemos que El gran tipo es carne de programa doble-, pero lo hace con arrojo: Cagney, con la complicidad de un íntegro jefe de policía, le pega un memorable palizón a uno de los peces gordos responsables de la corrupción en la ciudad. Tras esta tunda, el héroe le regala un anillo a su chica, que le pregunta, con sospechas, cómo se ha permitido ese lujo. ¿Habrá caído Cagney en la tentación del dinero fácil? Su respuesta es memorable: “Lo he comprado a plazos”. Es decir: soy un don nadie más, y a mucha honra.
Aconsejo ver El gran tipo porque es un film que nos recuerda que una sociedad plagada de Cachulis y Roldanes en miniatura es una sociedad podrida. Cuando una comunidad se instala en el trapicheo o el robo, cuando los hombres se dan palmaditas por haber chorizado, aunque sea a pequeña escala, cuando vemos normal pedir de más por nuestros servicios para trincar algo extra, hace falta un gran tipo como Red. Para que nos de dos galletas bien dadas y nos ponga firmes.
Escrito el sábado 29 de noviembre de 2008.
lunes, diciembre 15, 2008
Sentimientos de izquierdas, razón de derechas
Hoy Botín tiene una de sus obras en casa, Aznar le compró una para la Moncloa y muchos lo envidian porque pintó el piso parisino que tenía Marilyn Monroe, de la que pasa mil pueblos y a la que este finde definía en el ABC como “una acelga hervida: blanca y floja”.
En la misma entrevista, da gusto leer cómo un artista habla de su país: “España está en un estado delicado tras diagnosticarle los nacionalismos, que sufren un rebrote con el gran poder de las autonomías. España está intranquila. No sabemos bien qué España queremos. Los nacionalismos ni han sido buenos en la historia, ni trajeron nunca bien al pueblo”.
Da gusto ver que no sólo existe Boadella en el aterrador silencio intelectual frente a los nacionalistas, eso que los bobolabas progres llaman “realidades nacionales” o "el corazón del pluralismo".
A continuación, y para rematar la breve entrevista, Ripollés se define políticamente: “Yo era un contestatario, pero moderado, de sentimientos de izquierdas y razón de derechas. Por eso cuando los rojillos de ahora dicen que la derecha es la de otros tiempos me sublevo porque eso es engañar como nos han mentido con la economía, o ¿cómo es posible que la caja estuviera llena, que fuéramos fuertes, que no pasara nada y ahora la caja esté vacía y somos lo que peor lo estamos pasando? Nos rodean los pillos”.
Suscribo al 100% todas sus palabras.
Escrito el domingo 14 de diciembre de 2008.
viernes, diciembre 12, 2008
La pasión de Rosa Díez
Lo que dijo fue sencillo. Que hay cauces legales para expulsar a ANV de los ayuntamientos, pero que dependen de que el Gobierno tenga la voluntad de hacerlo. Que no hubo tanto escrúpulo ni consideraciones tácticas cuando se intervino en el Ayuntamiento de Marbella aplicando el artículo 61 de la Ley de Bases de Régimen Local. Que fue el propio Gobierno, en aquel tiempo del proceso en que el fiscal general decía que la sola idea de ilegalizar ANV constituía un «Guantánamo electoral», el que consintió ese asalto por parte de las marcas vinculadas a ETA de las instituciones y sus dineros que ahora es urgente atajar a pesar de que 'Zetapé' siga prefiriendo atender lo que le conviene antes que lo que es necesario y justo. Y lo que le conviene ahora es garantizar las posibilidades electorales en las elecciones vascas aunque sea a costa de mantener el frente político contra el terrorismo en un nivel de presión inferior que el del policial.
jueves, diciembre 11, 2008
Yes We Can (fin de la crónica neoyorquina)
Todo fue de perlas al principio. Mi hermano y yo nos sentimos comodísimos con la acogedora pareja. Y digo al principio porque Luis, de físico gaucho pero de mentalidad y alma yanqui, decidió darnos una clase de lo que, al parecer, significa ser norteamericano.
Cómodos, como digo, Natxo y yo nos soltamos y le confesamos que la ciudad era magnífica, pero la mentalidad y el ritmo de vida del neoyorquino se nos antojaba, a primera vista, demasiado estresante y ambiciosa para dos españolitos sin demasiadas querencias materiales. Había cosas yanquis que no nos molaban nada, como eso de la sanidad privada por huevos, los telepredicadores, el ritmo frenético donde no veías descansar de verdad a nadie, los empleados sin contrato que dependen de su esfuerzo en lograr grandes propinas, los altos precios…
Luis, sentado cómodamente en un caro sofá, con voz casi inaudible y ritmo lánguido, nos explicó que Nueva York estaba diseñada para captar, acoger a gente de un talento… especial. Si tenías un talento, nos dijo, la cuidad te atendería. Y puso un ejemplo, mientras su mujer lo escuchaba sentada en un taburete de su cocina americana. Seguramente, era una matraca que ya había oído en otras ocasiones.
“Si tú eres un buen peluquero de señoras, puedes montar, por ejemplo, tu cadena de peluquerías en Manhattan”. Luis no nos descubrió que te podrías montar tu peluquería, no, dijo “tu cadena de peluquerías”. Mi hermano y yo nos miramos. Los dos le respondimos con un “Está claro” y “Total”, mientras pensábamos para nuestros mediterráneos adentros que de qué cojones estaba hablando el menda.
Tras un flemático sorbo de café, Luis prosiguió. “Aquí el ritmo es otro. No nos podemos permitir el lujo de pararnos a tomar un vino o un café porque hay mucho que hacer para pagar esta casa y mi casa en España. Pero este es el país ideal para ganar dinero. A diferencia de Europa, en Estados Unidos crear una corporación es tan fácil como hacer un trámite de 15 minutos en internet y luego ir al banco. En una hora tienes registrada legalmente una corporación”.
Mientras disfrutábamos del queso que nos había servido Laurence, no dábamos crédito. Corporaciones decía… ¿Y por qué los norteamericanos se definen llamándonos a los demás holgazanes de mierda? ¿Nos estaba diciendo que todos los miles de sirvientes negros y latinos que están puteados en la city no tienen un “talento”?
Natxo, zorro, pasó a hablar de la importancia que se le da a la familia en España, algo que se percibe muy discretamente en el ambiente yanqui. Luis nos respondió con otro ejemplo: “Mis hijas son nadadoras y compiten por todo el mundo”. De ahí las medallas del busto. Cuando le preguntamos por ellas, Luis respondió que una, con 21, ya tenía su piso y se ganaba la vida y que otra tenía 13 y estaba a dos horas de la ciudad en un colegio de lujo donde “habían estudiado los Kennedy”. U-A-U.
“Está claro” y “Total” es lo único que nos salió por la boca, aunque lo que pensábamos era otra cosa. En resumen: Friend, ganas en un día lo que yo en un mes y no te permites el lujo de tener a tu hija de 13 años en casuca porque la has metido en un internado. Wonderfull. Nos queríamos ir, y a pesar de discrepar le agradecimos su atención, pero no hizo falta un gesto maleducado. Luis, agente inmobiliario, había quedado para una cita. Estábamos a sábado.
Horas después, en la Zona Cero, un negro se nos acercó para vendernos postales. En ellas se veía a uno de los dos aviones estallando contra una de las dos torres. Una postal turística llameante. Se lo juro por Armani. Poco más tarde, descubrimos un escaparate de ropa de lujo. En él se podía leer: “Yes We Can” (ver foto). De todo, absolutamente de todo hacen dinero los yanquis. No hay evento o lugar que no tenga “la tienda de” ese evento o lugar. Todo lo mezclan con el money.
Y el nuevo producto rey se llama Obama. Lo vimos en la tele, en camisetas, en libros, en postales navideñas, en chapas, en pegatas, en tazas… El presi descafeinado ha logrado categoría icónica de Che Guevara. “Yes we can”… ¿QUÉ?
Pero no acabemos con un final amargo, amigos. Nueva York es la de Dios, hay que visitarla, disfrutarla. Y como bien me recordó NAPALM, mis queridos músicos de The Band confesaron que la primera impresión que tuvieron de la cuidad fue de rechazo… hasta que la conocieron mejor. Ya habrá momento para ello. Otro año. Otra década. Otra vida.
miércoles, diciembre 10, 2008
Gente que no tiene vergüenza
Minutos después, repasando la prensa digital antes de darle al bocata, he llegado a El Confidencial y he descubierto una noticia acompañada de un video que me sonaba muy, muy familiar. Era el mismo que había visto por la mañana. Decía el periódico de Jesús Cacho al respecto:
“Hay gente que no tiene vergüenza. Mientras el resto de los mortales trabajamos de sol a sol aterrados por la crisis, estos dos tipos se dedican a recorrer mundo, vivir a tope y, de paso, editar sus vídeos en Youtube.com cachondeándose de los currantes. Pero todo lo bueno acaba. Veremos quién ríe el último”.
Pablo, que diseñó las portadas de dos de mis libros y es la voz en off en el vídeo, era un director de arte bien considerado en la agencia publicitaria Vitrubio Leo-Burnett. Pedrito, el que sale en imágenes, era un apreciado jefe de obra. Los dos curraban como cabrones en sus respectivas especialidades. Un día, y con un buen dinerito ahorrado, decidieron despedirse, abandonar sus pisos alquilados, dejarlo todo y recorrer mundo. Y hasta hoy, amigos.
Este es el vídeo de la polémica, juzguen ustedes: