
El cierre de Megaupload es un asunto industrial y económico, no ideológico. Es una guerra comercial: si me robas una vez o dos espero, pero si me robas un millón de veces te destrozo. Este cierre, nada sorprendente, es un golpe sobre la mesa de una industria con poder y cansada de la sangría en su sector. Sólo en Estados Unidos (cuya industria del cine produce más de DOS CON DOS MILLONES DE EMPLEOS) la falsificación y la piratería han costado a su economía miles de millones de dólares. Por eso la industria ha atacado con toda su artillería. Lo hizo hasta contra el presidente Obama cuando mostró dudas legales ante la SOPA, disparatada ley que ha quedado, afortunadamente, en la nevera.
Esto de las descargas va en serio. Sólo hay que recordar el cable de la embajada norteamericana en España en el que se amenazaba sin rodeos al gobierno español. Se fraguó una hoja de ruta y una ley con el apellido de la Ministra de Cultura, antes Presidenta de la Academia DE CINE. Casualidad. En diciembre los americanos mandaron una carta al nuevo gobierno pidiendo que se aprobara de una vez la Ley Sinde bajo la amenaza de castigos comerciales. Y el nuevo ministro Wert anunció el continuismo y las buenas relaciones, que de eso se trata. ¿O es que no recordamos el dinero que se gastó el gobierno socialista, ese que apoya TANTO al cine español, en emitir películas de Hollywood en su televisión? TVE, sólo en un año, despilfarró en las majors de Hollywood NOVENTA MILLONES DE EUROS.
Discutir con los furibundos del “todo gratis” es una pérdida de tiempo, pero sí creo que el resto deberíamos llegar a cierto equilibro en el tema de las descargas. ¿Cuál sería el equilibrio? Es difícil de saber. Yo, que me bajo sobre todo series que jamás veré emitidas en España, creo que no es justo que a muchos autores se les pisotee sus derechos y que a muchos productores se les pisotee los productos por los que han apostado, luchado y gastado mucha pasta. El acceso justo a la cultura es un concepto maravilloso y muy hippie, pero debe haber justicia para todos: para los usuarios y para los autores y productores. No todo el mundo es Sony, Fox o Alejandro Sanz, hay cientos de miles de pequeños y medianos productores y autores que comen, como cualquiera de nosotros. Y Sony, Fox o Alejandro Sanz tienen derecho a defender sus productos como lo puede hacer un productor de fresas o de baldosas, faltaría más.
Con la operación contra Megaupload no ha ganado nadie. Ni los que lo usaban ni la industria, que pronto verá como de este Megaupload nacen siete nuevos. Tampoco ganamos nada con la demagogia. Para un autor o un productor igual de malo es el industrial que se aprovecha de él como el internauta que se pasa sus derechos y su trabajo por el forro. Señores productores: hagan productos mejores, más accesibles, más variados, más modernos y más asumibles por los sueldos de los ciudadanos. Señores usuarios: intercambiar productos culturales es legítimo, pero el “todo gratis” no, lo disfracen como lo disfracen. Escrito las noches del martes 17 y jueves 19 y el domingo 22 de enero de 2012.