Esta fotografía no la conocía. La he descubierto por casualidad en la red. No sólo es una buena instantánea, sino que tiene un poder simbólico innegable. Ingmar Bergman, en Hollywood, toca las mandíbulas del tiburón de mentira que se usó en aquel clásico de un jovenzuelo que iba a revolucionar la meca del cine. Tras el estreno de Tiburón a Hollywood no lo reconoció ni la madre que lo parió.
¿Qué pensaría Bergman al ver aquel trasto de goma y contrachapado? La foto puede parecer el símbolo de un nuevo cine que se come al viejo, el cine de masas devorando al cine de autor. Pero a mí me parece que el amigo Ingmar está pensando: “¿Y con esto tenéis que hacer películas?”
¿Qué pensaría Bergman al ver aquel trasto de goma y contrachapado? La foto puede parecer el símbolo de un nuevo cine que se come al viejo, el cine de masas devorando al cine de autor. Pero a mí me parece que el amigo Ingmar está pensando: “¿Y con esto tenéis que hacer películas?”
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7 comentarios:
Pues sinceramente no sé qué pensar de esto. Me refiero a que "los viejos" siempre han visto con reticencias los avances técnicos de casi cualquier tipo. Es posible que Bergman estuviese pensando que aquel tiburón de pega era una mierda, pero lo cierto es que, al menos en ese caso, la película quedó redonda. Como digo siempre, el problema de los avances tecnológicos no son los avances en sí mismos, si no su mala utilización.
Y la foto es muy simbólica, desde luego.
Sí, qué buena foto, es verdad que resulta incluso demasiado metafórica.
Y el tiburón le contesta:
-Sí, conmigo, pero al menos yo luego les dejo vivir tranquilos.
Especies: ¿a qué te refieres con eso de que los deja tranquilos?
Dr. Panoplias
Dr. Panoplias, me imaginaba que no quedaba muy claro de qué estaba hablando. Bueno, quiero decir que el tiburón le dice "Sí, conmigo es con lo que hacen las pelis, pero como yo soy de cartón-piedra luego, cuando se acaba el día de rodaje, no doy más quebraderos de cabeza a a los cienastas. Sin embargo de lo que tú usas para tus pelis (la incomunicación, el horror cósmico, la culpabilidad) ¡no hay modo de librarse! y te persiguen siempre. Como cuando el padrastro le dice a Alexander, al aparecérsele, "NUNCA te librarás de mí".
Quería decir "cineastas", claro, y no "cienastas", pero ha resultado un error inquietante.
Quizás por esa razón "Fanny y Alexander" es una de las grandes obras maestras del cine y "Tiburón" no pasa de ser una gran película de Spielberg ;)
Hombre, claro, doctor Panoplias. Reciba mis saludos.
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