domingo, agosto 21, 2005

LUZ

Acabo de mandarle a Luis la enésima versión del guión en el que estamos trabajando juntos hace ya unos años. Luis es director de cine (con largometraje estrenado, no se vayan a creer) y ahora trabaja en Barcelona, en publicidad.

Nos conocimos en el Festival de cine de Las Palmas, él llevaba una peli y yo un libro. Hicimos migas enseguida. Allí conocimos a la fauna predecible en este tipo de eventos sociales: periodistas gorrones, chupópteros de la subvención, muchos realizadores mediocres e ignorantes mezclados con tipos de la talla de Paul Schrader, alcohólicos, farloperos y conocidos actores de televisión. Gracias a la mediación de uno de los que controlaban el cotarro, amigo común, nos relacionamos con jóvenes promesas de la pantalla. Escuchándoles, observándoles… pensamos y surgió una primera idea. ¿Quién podría, hoy, dar una lección de vida a este tipo de triunfadores?

Barajamos todo tipo de tratamientos, muchos horrendos o increíbles, pero al final nos decantamos por una isla, un ensayo teatral, unos electricistas, un viejo pintor y su chica, un niño salvaje, un extraño marchante de arte…
El peso de las hormigas, nombre algo pomposo, pedante si se quiere, pasó a llamarse LUZ, su título final.

Ahora, tras la nueva paliza de retocar, repasar, tachar, meditar, tras nuevas secuencias y diálogos (en donde, creo, siempre me he desenvuelto mejor) NO TENGO NI IDEA de lo que le puede parecer LUZ al resto de los mortales. ¿Una pedantería? ¿Una joya? ¿Una mierda absoluta? ¿Una peli entretenida, pasable a secas? ¿Una rareza improducible? Esto último casi seguro, pero tengo muchas esperanzas en que Luis, con ayuda, pueda levantar el proyecto, que es bonito y al menos distinto de lo que se rueda en este país.

Por lo menos sé que estoy aprendiendo. Estamos aprendido juntos. Luis me ha enseñado a pulir, a no conformarme, a hacer mil preguntas, a no ser discursivo, a pensar en imágenes, a sobrevolar el texto para verlo desde arriba, en pequeño. A ser más sincero y menos tópico. Crucemos los dedos.

Nota: Si alguien que lea esto está interesado en producir o coproducir LUZ, ya sabe dónde encontrarme.

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