Hoy, por recomendación de mi amigo Carmona, me he acercado a la crítica de Boyero en El Mundo y hay que reconocer que me he descojonado. Dice Boyero sobre el festival de cine de Venecia y su triste oficio de comentar, por contrato, aburridas naderías fílmicas:
“El cine hablado en inglés puede ser peor o mejor, pero siempre justifica que puedas enrollarte con algo o con alguien de lo que merece la pena hablar (…) para a continuación retomar lo que verdaderamente les gusta a los festivales. O sea: los inestrenables coñazos asiáticos o el cine vanguardista y europeo de autor. Súmenle el añadido de algún pijo hollywoodiense, cuyas gracias sólo son entendidas y compartidas por los comentaristas sofisticadamente idiotas de toda la vida, esos fulanos que se supone diseccionan con sentido estético y ético el cine que merece la pena, pero con los que serías incapaz de compartir un café o un suspiro ni bajo amenaza de tortura, gente cultivada, inevitablemente fea y convenientemente progresista cuyos discursos me resultan tan grimosos como los estereotipos de las cosas que más me repelen en este mundo. ¿Le interesa a algún lector que no sea un cinéfilo tarado lo que ocurrió ayer en la Mostra? Como me pagan por ello, se lo cuento”.
Después, Boyero despotrica contra una película china. Tras describirla desapasionadamente, escribe: “No me pregunten el título”. Líneas más abajo, el crítico se despacha con “una cosa infame y social de un francés magrebí” y acaba dando la puntilla al director norteamericano Wes Anderson, al que llama “prestigioso imbécil”.
Al final de su crónica, en un ataque de honrada y peligrosa desesperación, se pregunta Boyero: “¿Cuántos días faltan para volver a casa? ¿De verdad estoy tan acabado como para tener que ganarme el sustento haciendo fatuos comentarios sobre la nada? La farsa que representan los festivales, ese simulacro tan publicitario que sigue llenando páginas absurdas en periódicos, en radios y televisiones. Pero luego me dan escalofríos, no quiero imaginarme poniendo ladrillos”.
Cuidado Boyero con estos arranques de orgullo y sinceridad, no vayas a acabar como tu odiado tocayo Pumares… ¡O colocando ladrillos!
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5 comentarios:
“gente cultivada, inevitablemente fea y convenientemente progresista cuyos discursos me resultan tan grimosos como los estereotipos de las cosas que más me repelen en este mundo”. Hoy, en las páginas de opinión de El País, artículo de David Trueba, el hermanísimo, defendiendo todo lo que atacas y repudias del cine español desde hace bastante tiempo. Demagogia en estado puro. Pasen y lean, señoras y señores.
Wallander: Qué caradura el Trueba. Joder, y QUÉ MALA es su última peli, Bienvenido a casa, pagada por todos...
De todos modos, a mí el comentario de Boyero me pega más con gente tipo JORDI COSTA, que casualmente también publica en EL PAÍS.
A mí Carlos Boyero me cae de puta madre. Ya sé que te genera sentimientos encontrados, pero, como tú mismo escribiste en tu anterior blog, lo que no se le puede negar es la ¿suerte/habilidad? para haberse dedicado toda la vida a hacer lo que le apasiona, escribir lo que le sale de las pelotas y conseguir que le paguen (supongo que muy bien) por ello. En cuanto a Carlos Pumares, fui compañero suyo en Antena 3 (yo era uno de los que, para su lógico cabreo, entraba a las horas en punto en su estudio a interrumpir su programa para dar los boletines, que a ver a quién coño le importaban las noticias a esas horas). Le tenía cariño, aunque debo reconocer que su fase friki-tertuliana en "Crónicas marcianas" me repateó.
Otis, haber vivido o sobrevivido a la GLORIOSA ANTENA 3 (así la llamaban todos en el libro que le hicimos Aparicio y yo al Pumares) te ha tenido que dar galones. ¡Eres un veterano de A3RADIO! ¡Dios miiiioooo, Polanco se agazapa en la juuuunglaaaa!
Y sí, a mí Pumares también me dio asco y pena en Crónicas.
Boyero, genio y figura. Como bien se comenta por ahí arriba, la habilidad de este hombre ha sido que, haciendo casi casi lo mismo que Pumares en su día (poner casi todo a parir sin cortarse un cacho), ha sabido salir "indenme". Al menos de momento, pues como bien dice él mismo, cualquier "traspies" podría hacer que diese con sus huesos en una obra...
Y me he descojonao cuando he leído el comentario referente a Wes Anderson, totalmente acertado desde luego. Como se entenren algunos colegas míos, gafapastas perdidos, van a poner el grito en el cielo. ¿The Life Acuatic?. Puarjs!!! :p.
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