Fue Orson Welles quien dijo aquello de “lo peor es cuando has terminado un capítulo y la máquina de escribir no aplaude”. Podría ampliarla: lo peor es releer todos los capítulos escritos hasta el momento y querer tirar por la ventana la máquina de escribir.
Lo dejo. Me planto. Me rajo. Se veía venir. El borrador de mi novela no supera, ni de coña, su relectura y revisión. Es pretenciosa, atropellada, pobre, deslavazada y caótica. No salvo prácticamente nada. En resumidas cuentas: es mala.
Ya intuía lo que iba a pasar y lo fui adelantando en este pajero blog de mis entretelas. Todo aquel torrente de mala baba, de enfado, de soledad, de rabia, estaba escupido sobre el papel en un momento virulento para mí.
Ese tío ya no existe. El que ha releído esas páginas ya no es el que era, el que pimplaba demasiado por la noche y usaba su rotulador Pilot como una ametralladora, el que escribía por vergüenza, venganza, aislamiento, miedo, ambición, vanidad... ¡Qué coñazo de tío! ¡Qué intensidad, por dios!
Ayer, de regreso de mi productivo descanso en el norte, guardé el cuaderno en un cajón, bien escondido, enterrado. Ahí yace el primer intento novelístico de un bloguero y ex periodista pretencioso. Descanse en paz mi novelilla.
Llega la luz, se asoma el verano, entra aire en mi estudio, me veo mejor físicamente. Y lo dejo, como otras cosas que, sencillamente, son nocivas para mí. Tengo, como el puto ZP, “ansias infinitas de paz”, pero en este caso interior. Mi paz.
El mundo sigue siendo una locura colectiva que va a peor, y sigo con ganas de descender a ciertos infiernos íntimos, pero no de momento. No tengo huevos. Ni necesidad.
Y como se decía al final de La chaqueta metálica, "Este mundo es una puta mierda, si. Pero estoy vivo, y no tengo miedo".
Foto: Izaskun Granda.
Lo dejo. Me planto. Me rajo. Se veía venir. El borrador de mi novela no supera, ni de coña, su relectura y revisión. Es pretenciosa, atropellada, pobre, deslavazada y caótica. No salvo prácticamente nada. En resumidas cuentas: es mala.
Ya intuía lo que iba a pasar y lo fui adelantando en este pajero blog de mis entretelas. Todo aquel torrente de mala baba, de enfado, de soledad, de rabia, estaba escupido sobre el papel en un momento virulento para mí.
Ese tío ya no existe. El que ha releído esas páginas ya no es el que era, el que pimplaba demasiado por la noche y usaba su rotulador Pilot como una ametralladora, el que escribía por vergüenza, venganza, aislamiento, miedo, ambición, vanidad... ¡Qué coñazo de tío! ¡Qué intensidad, por dios!
Ayer, de regreso de mi productivo descanso en el norte, guardé el cuaderno en un cajón, bien escondido, enterrado. Ahí yace el primer intento novelístico de un bloguero y ex periodista pretencioso. Descanse en paz mi novelilla.
Llega la luz, se asoma el verano, entra aire en mi estudio, me veo mejor físicamente. Y lo dejo, como otras cosas que, sencillamente, son nocivas para mí. Tengo, como el puto ZP, “ansias infinitas de paz”, pero en este caso interior. Mi paz.
El mundo sigue siendo una locura colectiva que va a peor, y sigo con ganas de descender a ciertos infiernos íntimos, pero no de momento. No tengo huevos. Ni necesidad.
Y como se decía al final de La chaqueta metálica, "Este mundo es una puta mierda, si. Pero estoy vivo, y no tengo miedo".
Foto: Izaskun Granda.
10 comentarios:
Y yo me alegro de que no lo tengas.
Un abrazo.
P.D. Recomendación para adentrarte en este nuevo periodo con una mirada sorprendentemente sabia:
http://www.fnac.es/dsp/?servlet=extended.HomeExtendedServlet&prodID=378092
AWAKE: MIL GRACIAS. APUNTADA LA PELI.
Nada es permanente, Iván, excepto el cambio. Y eso es grandioso, porque evolucionamos y nos enriquecemos de haber vivido y seguir viviendo. Mientras duró la escritura de tu novela te abriste en canal, y es como si te limpiaras por dentro. Quizá en un futuro necesites comenzar otra. Ojalá, y que esta sí la podamos leer.
Recuerdo lo que decía mi admirado Paul Klee, "ser feliz significa poder percibirse a sí mismo sin temor". Espero que ya lo hayas conseguido, yo lo sigo intentando.
Bss
Por cierto, buenísimo retrato. Enhorabuena a los dos!!
Parece que ese momento de escritura te permitió tirar muchas cosas a la basura, desprenderte de mucha mierda, vamos que te ha venido como un buen lavado, o algo asi.
Un abrazo.
Nice shot Frid!
Marta y Gabacho: Ha sido un buen centrifugado interno, sí, no lo había pensado demasiado.
Y no sé quién dijo que se tiene que escribir con mucha caradura y revisar o tirar con mucho pudor.
A este paso te acabarás pareciendo a Michael Douglas en "Jóvenes Prodigiosos", siete años escribiendo una novela que luego acaba desperdigada por ahí (pero cuyo sacrificio resulta ser una "purga" para encontrar el camino de algo mucho mejor).
Efectivamente estoy con Gabacho: yo no diría que has perdido el tiempo, que no te ha servido de nada, si resulta que gracias al boli has soltado toda la rabia que tenías acumulada. No importa que el resultado sea malo (algo que, dicho sea de paso, deberíamos juzgar los lectores ;-) ).
Y de periodista pretencioso nada oiga: ya quisieran muchos periolistos de mierda ser la mitad de lo que es usted ;-).
Leo: Gracias, coño, da gusto leer esto por la mañana.
Nada es en vano Iván.
Besos.
Escribir es reescribir. O al menos eso nos lo decían del guión.
No soy el más indicado para animarte a seguir con el proyecto de novela, pero también te digo que a veces lo que te pide el cuerpo y te dice tu instinto vale más que llegar al final.
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