Julio Anguita pertenece a esa raza de políticos retirados que ya no mandan, desplazados por la nadería o la rapacería de los actuales “servidores públicos”. En su interesente blog he leído lo siguiente sobre los nuevos recortes y sobre la que se avecina:
El Gobierno español ha dejado a la Constitución de 1978 hecha unos zorros en materia de Derechos Fundamentales. Se insta a profundas y urgentes reformas laborales. Los gobernantes declaran ante sus pueblos que se debe ganar la confianza de los mercados. Los poderes públicos hacen bueno aquella expresión de Tietmeyer cuando fue presidente del Bundesbank: “Los políticos deben acatar las decisiones de los mercados”. ¿Dónde está la Democracia?
Los economistas del sistema, de la mano de los políticos y medios de comunicación, lanzan a los cuatro vientos que los mercados han decidido el sacrificio de trabajadores y jubilados para que la «Economía del pueblo» se salve. Palabra de Dios. Este poder fáctico, erigido en religión que exige sacrificios constantes para saciar su inextinguible apetito, no hace otra cosa que seguir los mandatos de una ley inexorable y esencial a su naturaleza: la ganancia permanente, la depredación continuada, la concentración de recursos hasta el paroxismo.
Si los mercados son los que marcan la política, la Democracia no existe. ¿Por qué no se presentan los mercados a las elecciones?
Puedes leer AQUÍ el blog de Julio Anguita.
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