 En la dictadura, Franco asignaba a los directores de los periódicos. Hoy los asigna un banco o un consejero delegado. El poder varía, pero el terror es el mismo entre los que dirigen un periódico y los que curran en él. La concentración de los medios en muy pocas manos es un gran peligro. El poder de esas pocas manos en conglomerados que abarcan intereses partidistas, financieros, teles, radios, editoriales, periódicos y páginas web es una amenaza real, cercana.
En la dictadura, Franco asignaba a los directores de los periódicos. Hoy los asigna un banco o un consejero delegado. El poder varía, pero el terror es el mismo entre los que dirigen un periódico y los que curran en él. La concentración de los medios en muy pocas manos es un gran peligro. El poder de esas pocas manos en conglomerados que abarcan intereses partidistas, financieros, teles, radios, editoriales, periódicos y páginas web es una amenaza real, cercana.Mariola Cubells, periodista que es de lo poco que se salva de esos folletos raquíticos que son los gratuitos, recordaba en ADN, del Grupo Planeta, unas palabras de la periodista de PRISA Soledad Gallego Díez: “Los periodistas estamos acojonados y puede pasar que del miedo de morirnos (de hambre, matizo yo) nos suicidemos. Una cosa es el periodismo y otra cosa la comunicación. En el periodismo hay reglas, rutinas y los periodistas deberíamos seguirlas, defenderlas. Sin esas reglas la calidad democrática baja, sin periodismo las sociedades son peores”.
Cubells también hacía referencia a José Antonio Zarzalejos, ex director de ABC. Sobre su despido, Zarzalejos explicó que fue víctima de una encerrona y no pudo ni despedirse de la redacción. “Mi sucesor estaba al otro lado de la pared”, dijo dramáticamente, como si estuviese viviendo en un fotograma La vida de los otros.
 Aunque no ejerzo de periodista y soy sólo un bloguero, tendría que escuchar a todas las partes para saber cuánto de verdad hay en las palabras de Zarzalejos.
Aunque no ejerzo de periodista y soy sólo un bloguero, tendría que escuchar a todas las partes para saber cuánto de verdad hay en las palabras de Zarzalejos.
Mariola Cubells es una mujer que suele insistir en el tenebroso futuro que le espera a su profesión en sus libros y columnas. Y en este texto da sencillos ejemplos: en las ruedas de prensa no se pregunta lo que se debe preguntar porque el poder no desea preguntas incómodas. A veces hasta se anuncia, en un país que se vanagloria de ser democrático, que “no hay preguntas”. ¿Cómo que “no hay preguntas”?
Los currantes precarios, casi todos, están acojonados por perder el empleo y no quieren líos con el poder, que vete a saber tú que hilos mediáticos maneja ese poder. Y cuando el trabajo empieza a funcionar, cuando se empieza a gastar el dinero en el auténtico periodismo y no en sensacionalismo populachero, llega un ejecutivo con una cuenta de resultados y te echa a la puta calle para “renovar contendidos”. Hace tiempo Juan José Aparicio escribió en Otra Realidad:
Hace tiempo Juan José Aparicio escribió en Otra Realidad:
“Según Martín Ferrand, la facultad de periodismo no es más que un lugar en donde arreglarse un medio de subsistencia; se llega a ella sin pasión, sin cultura y sin vocación, por lo que de ella sólo salen licenciados técnicos sin una preparación ética, una palabra de la que ya ni se habla”.
“Esta completa falta de vocación les hace fácilmente manipulables para estas grandes macro empresas de la comunicación que buscan periodistas que se acomoden con facilidad a sus dictámenes ideológicos. Y, por consiguiente, todo aquél que intente tener una visión crítica e independiente es inmediatamente expulsado, o lo que es más habitual, no se le da la oportunidad ni siquiera de demostrarlo obstruyendo su acceso a la columna, al micrófono o a la cámara desde sus primeros intentos”.
La “era de la comunicación” está jubilando al periodismo de verdad. Y, como diría la propia Cubells, así vamos.
Escrito la noche del 29 de octubre de 2008.
 
 
 







 En otro orden de cosas, el presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, también en plena crisis, ha decidido equipar su nuevo cochazo oficial, un Audi-8 limusina, con un escritorio de madera, reposapiés, televisión, conexión para mp3 y bluetooth.
En otro orden de cosas, el presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, también en plena crisis, ha decidido equipar su nuevo cochazo oficial, un Audi-8 limusina, con un escritorio de madera, reposapiés, televisión, conexión para mp3 y bluetooth.
 Pocos saben que Jaime Claveles, además de un tipo preocupadísimo por la soledad del ciudadano consumido por la gran ciudad o por la falta de diálogo ante el problema del terrorismo, dio un sonoro braguetazo casándose con una de las herederas de la multimillonaria familia Marchito.
Pocos saben que Jaime Claveles, además de un tipo preocupadísimo por la soledad del ciudadano consumido por la gran ciudad o por la falta de diálogo ante el problema del terrorismo, dio un sonoro braguetazo casándose con una de las herederas de la multimillonaria familia Marchito.


 Pero no todo era tan divertido. Aunque el Hollywood en ebullición tan bien retratado por Schulberg era el Hollywood del valiente Chaplin, del sensible Thalberg, del iluminado Stroheim, del bueno de Capra o del sádico pero genial Browning, también era el del nazi Jannings o del capo Mayer, cuyo credo era “dar al público lo que ‘el público’ quería, hasta el mínimo denominador común: la mentalidad del espectador de doce años”. El mayoritario cine actual, vamos.
Pero no todo era tan divertido. Aunque el Hollywood en ebullición tan bien retratado por Schulberg era el Hollywood del valiente Chaplin, del sensible Thalberg, del iluminado Stroheim, del bueno de Capra o del sádico pero genial Browning, también era el del nazi Jannings o del capo Mayer, cuyo credo era “dar al público lo que ‘el público’ quería, hasta el mínimo denominador común: la mentalidad del espectador de doce años”. El mayoritario cine actual, vamos.
 Sammy, que empieza de guionista, se apodera de las ideas de otros, plagia, no tiene ningún talento y ninguna pasión por su oficio. Sólo quiere pasta, quiere ganar. O mejor correr, porque nunca hay premio suficiente. A diferencia de él, Al y Kit sí son escritores porque llegan a “conocer el gusto de escribir sobre el bloc de notas esa primera frase, que primero parece buenísima y luego es malísima, el enorme placer y el esfuerzo de crear algo en lo que uno cree”. A diferencia de ellos,
Sammy, que empieza de guionista, se apodera de las ideas de otros, plagia, no tiene ningún talento y ninguna pasión por su oficio. Sólo quiere pasta, quiere ganar. O mejor correr, porque nunca hay premio suficiente. A diferencia de él, Al y Kit sí son escritores porque llegan a “conocer el gusto de escribir sobre el bloc de notas esa primera frase, que primero parece buenísima y luego es malísima, el enorme placer y el esfuerzo de crear algo en lo que uno cree”. A diferencia de ellos, 

 Telemadrid y la Cope (amén) se han negado a incluir anuncios sobre la película. Seguramente será un truñete, pero ese no es el debate. Me gusta lo que ha dicho al respecto Valèrie Tasso, autora del libro autobiográfico que dio origen a la película: "Si la obra se hubiese titulado 'Diario de un asesino' seguramente no hubiese habido ningún problema. Me escandaliza que en 2008, en España, existan unos 'censores' así".
Telemadrid y la Cope (amén) se han negado a incluir anuncios sobre la película. Seguramente será un truñete, pero ese no es el debate. Me gusta lo que ha dicho al respecto Valèrie Tasso, autora del libro autobiográfico que dio origen a la película: "Si la obra se hubiese titulado 'Diario de un asesino' seguramente no hubiese habido ningún problema. Me escandaliza que en 2008, en España, existan unos 'censores' así". Felicidades a la productora por la publicidad conseguida.
Felicidades a la productora por la publicidad conseguida. 




 La respuesta de la Nothomb a aquel trabajo donde se asesinaba la dignidad, y no digamos la creatividad, era el deleite estético y el cachondeo ante todos los enfermos mentales que le rodeaban. Recuerdo haberme sentido así en mi etapa de teleoperador. Las miserias de la pirámide del poder, los trepas, las trampas, las envidias, las amenazas, los chantajes, el puteo generalizado, la deshumanización, la resignación.
La respuesta de la Nothomb a aquel trabajo donde se asesinaba la dignidad, y no digamos la creatividad, era el deleite estético y el cachondeo ante todos los enfermos mentales que le rodeaban. Recuerdo haberme sentido así en mi etapa de teleoperador. Las miserias de la pirámide del poder, los trepas, las trampas, las envidias, las amenazas, los chantajes, el puteo generalizado, la deshumanización, la resignación.



 Creí que no lo haría, pero esta mañana me ha llamado. Y me ha dicho que ningún problema para hablar de "aquello" y que a qué hora me viene bien hacer la entrevista. ¿Me decía la verdad? Lo he dudado. Tengo ese derecho. Y ante la duda…
Creí que no lo haría, pero esta mañana me ha llamado. Y me ha dicho que ningún problema para hablar de "aquello" y que a qué hora me viene bien hacer la entrevista. ¿Me decía la verdad? Lo he dudado. Tengo ese derecho. Y ante la duda…

 Por mediación de un amigo al que no cito porque no le he pedido permiso, hablé con una editorial de libros especializados en cine. Su amo y señor fue muy amable conmigo. Me dijo, antes que nada, que la cosa estaba muy pachucha, que el mercado estaba realmente jodido.
Por mediación de un amigo al que no cito porque no le he pedido permiso, hablé con una editorial de libros especializados en cine. Su amo y señor fue muy amable conmigo. Me dijo, antes que nada, que la cosa estaba muy pachucha, que el mercado estaba realmente jodido.

 Lo más surrealista del concierto llegó hacia el final, cuando Stipe, cómodo con los 20.000 entregados espectadores de Las Ventas, confesó que había pedido “asesoramiento” a alguien muy especial para que le dijese cómo era actuar en Las Ventas. Cuando todos ya pensábamos que iba a decir, no sé, Bowie, Jagger o Bono, va el menda y suelta: ¡Miguel Bosé! Y la peña se quedó bocas.
Lo más surrealista del concierto llegó hacia el final, cuando Stipe, cómodo con los 20.000 entregados espectadores de Las Ventas, confesó que había pedido “asesoramiento” a alguien muy especial para que le dijese cómo era actuar en Las Ventas. Cuando todos ya pensábamos que iba a decir, no sé, Bowie, Jagger o Bono, va el menda y suelta: ¡Miguel Bosé! Y la peña se quedó bocas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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