miércoles, abril 27, 2005

Fruta podrida y prohibida


El alcalde de Valladolid, el de Ávila y tenientes de alcalde y concejales de otras ciudades gobernadas por el PP son católicos antes que políticos y no casan a maricones. El alcalde de Pontóns (Barcelona) considera que el homosexual es una “persona tarada”. Literal, oigan. Hasta Paco Vázquez, del PSOE, anuncia que votará en contra en el Senado.

Aunque están obligados a cumplir la ley y tienen que aplicarla aunque no les guste, se plantan por... Objeción de conciencia. Me parto. Así, como dice Onega, “un alcalde podría perseguir la venta de anticonceptivos porque también son contrarios a la doctrina papal”. Algo que por otra perte a la iglesia, que es la que más cizaña está metiendo, le encantaría.

Y la guinda: Ana Botella ha dicho que Zapatero "ha traicionado" al país por "complacer a un lobby (gay) poderoso" y que la ley es una "involución de las costumbres" en España. Amen. ¿Todavía se extrañan algunos que la corriesen a gorrazos en su visita de campaña a Chueca? Hay que tener caradura.

No olvidemos en este sentido su análisis para la historia de la ciencia natural: "El matrimonio entre homosexuales es tratar de la misma manera lo que es diferente. Si se suman dos manzanas, pues da dos manzanas. Y se suman una manzana y una pera nunca puede dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta".

Podré no ver bien algunas políticas de maquillaje de ZP y sé que todo político debe saber consensuar sus deciciones, pero yo no soy político y reconozco que esta movida me pone. Si Rajoy respalda y no censura a sus alcaldes "hombres-hombres", vamos a tardar en volver a ver al PP en el poder. Por gilipollas y por cavernícolas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mi me gusta que al PP y a la Iglesia le parezca fatal el matrimonio homo. A mi tampoco me gustan ellos, cada uno en su acera y todos contentos. Si no quieren llamarle matrimonio, pues para ellos la perra gorda; le llamaremos Matrimoniu, y asunto resuelto.
A mi la legalización me jode un poco. Antes iba de víctima y si no me casaba era xq no se me permitía. Ahora si no me caso, soy un perdedor neurótico más. Todos somos Bridget Jones ahora. Vaya mierda.