domingo, julio 07, 2013

Estados de ánimo


Ir a la Cineteca del Matadero es toda una experiencia, mezcla de reunión pedante con unión ante la adversidad. En ese ambiente se palpa que el cine como lo conocimos se ha ido al carajo, pero también que no se va a dejar de hacer cine. Quién me iba a decir a mí, que fundé mi revistilla para cinéfilos y estudié con ilusión en la Escuela de cine, que vendrían tan mal dadas, que hasta la casta peliculera las pasaría putas.

Una de las películas que vi en el Matadero fue Los Ilusos, de Jonás Trueba, hijo de un miembro de la citada casta. La película no me disgustó a pesar de tener momentos ridículos y pedantorros, y no me desagradó porque de vuelta a casa pensé: este ocioso hijo de papá ha rodado lo que se le ha puesto de los cojones. Y encima ha logrado una peliculita honesta sobre la necesidad de hacer cine, sobre aburrirse (hay que tenerlos cuadrados) y sobre la amistad entre unos perdidos culturetillas.

También pensé que estamos asistiendo a la creación y proyección (donde les dejan) de estados de ánimo más que películas. De diarios personales, de anotaciones, de esbozos, de reflexiones libres y anárquicas, de ajustes de cuentas, más que de películas tradicionales.

Como ajuste de cuentas familiar es Carmina o Revienta, también proyectada en el Matadero. Una película ramplona, extraña, descojonante pero a la vez desagradable, privada pero a la vez tan española, sin un guión cerrado, dando rienda suelta a la improvisación de dos grandes actrices como la hermana y la mamá de Paco León, que rodó todo en menos de dos semanas y sin ninguna ayuda oficial. Claro que de pasta anda sobrado el amigo.

Las dos películas, y otras que están y que vendrán, son obras sin una tesis, sin una arquitectura de guión tradicional. Son estados de ánimo. Es cine hecho sin pensar demasiado o nada en el público, cine hecho por necesidad. Para ellos. Y este nuevo cine no sé si será realmente nuevo, pero sí que será tan extraño, idiota, valiente, raro, malo, único, patético, eterno y olvidable como un diario personal, una carta o un blog. Y entre todo ese cine inabarcable algún día saldrá también algo absolutamente genial. O eso deseo.

Como me recordaba David Yáñez Barroso, fue Chris Marker quien dijo que ya "poseemos los medios para una nueva forma de hacer cine íntima, solitaria. El proceso de hacer películas en comunión con uno mismo ahora no solo tiene que ser experimental”. Estas palabras tienen que ver con las películas como estados de ánimo.

El off cinema que se está gestando en España es un cine que tenemos que ver y hacer. Además de Los ilusos y de Carmina o revienta, vendrán otras mejores o peores y algunas acabarán fascinando a unos cuantos pocos ilusos que no queremos renunciar a sorprendernos. Escrito el 4 y 7 de julio de 2013.