miércoles, marzo 30, 2011

Alex lo ha vuelto a hacer. Mal.

Balada triste de trompeta, producción de alto presupuesto para la “industria” española, tuvo críticas entusiastas, se llevó los premios de mejor guión y mejor dirección en el Festival de Venecia y fue la obra más nominada en la pasada edición de los premios Goya. Esta grotesca realidad lo dice todo de la “industria”, de la crítica, del festival italiano y de los premios patrios. Acabo de verla. Bueno, no la he visto entera. La he sacado del DVD antes del final. No podía más. Mi gato con un rotulador Carioca en la boca escribe un guión mejor que el de esta putamierda. Esto no es una película. Pueden ustedes llamarla como les dé la gana, pero esto cine no es. Porque resulta que ahora cine va a ser cualquier cosa y no, miren. Respeto mucho a la gente que hace cine y Alex de la Iglesia no lo hace, no da una, no sabe. Hace pastiches indigestos, recreaciones de época falsísimas, dirige como el culo a actores resultones y escribe… ¡Dios santo, cómo escribe y lo que escribe! Esta vez sin su aliado Jorge Guerricaechevarría, De La Iglesia se ha sacado de la manga una historia ridícula de payasos asesinos y cacerías de fascistas tuertos que cuesta creer que pase por el filtro de un productor que sepa leer o por unos críticos que sepan ver cine. Veo que no. Que ya ni eso. Puede uno pensar, al ver esta bazofia llena de de violencia gratuita, que De la Iglesia está mal de la cabeza, pero no es así. Está bien del bolo, lo que sucede es que sigue siendo un provocador barato, un alborotador de pacotilla, un petulante disfrazado de freak amable. Un farsante, vamos. Un listo que se la ha colado a festivales, críticos y algunos espectadores con el film más ridículo y más lamentable que yo recuerdo en muchísimo tiempo. Porque hay pelis malas que saben que son malas y que van a lo que van, pero esta es mala con mensaje. Y esas son imperdonables. De la Iglesia va para los cincuenta y se ha pasado la vida haciendo la misma mandanga: ametrallar a clientes de un bar (Mirindas asesinas), ametrallar a pijos y modelos (Acción Mutante), ametrallar a los reyes magos (El día de la bestia), policías que ametrallan a vaqueros (800 balas), cómicos y payasos que ametrallan a inocentes o se ametrallan entre ellos (Muertos de risa y Balada triste de trompeta)… siempre la misma peli, siempre la misma chorrada. En VEINTE años. Bueno, al menos la peli la he visto gratis. Escrito la noche del martes 29 de marzo de 2011.

martes, marzo 29, 2011

Como venga la derecha…

Escrito por Gregorio Gordo (Coordinador General de IU Madrid): Los socialistas vaticinan sobre los peligros que pueden contraer las ciudadanas y ciudadanos españoles como venga la derecha. Y no tengo por menos que reconocer, que esa exhortación a la posible vuelta de la derecha me ha hecho reflexionar. Me he puesto a pensar sobre esa hipotésis, y me decía a mi mismo que a ver si va a venir Mariano ahora e iba a ser capaz de bajar el sueldo a las empleadas y empleados públicos y a los pensionistas. O lo mismo coge y quita la ayuda de los 426 euros a las paradas y parados sin prestación. Pues anda que si le da por hacer una Reforma Laboral que debilite a los sindicatos de clase. Es que incluso Mariano puede querer subir el IVA para penalizar a la mayoría social trabajadora. Capaz también podría ser de eliminar el Impuesto de Patrimonio. ¿Y si tambien baja el tipo máximo del IRPF a las rentas mas altas del 45 al 43%?. Es que ese hombre tan parado puede incluso que quiera reformar las pensiones para abrir el mercado a los planes privados de pensiones. Y ya puestos quien nos dice que no pretenda privatizar AENA, Loterias, o las Cajas. No, si es para preocuparse, imaginaros que Rajoy fuera partidario también de ampliar el periodo de vigencia de las centrales nucleares, o de compensar con el dinero de todas y todos los beneficios previstos por las constructoras adjudicatarias de las autopistas de peaje. Porque claro, lo que es seguro es que el PP no modificará la Ley Hipotecaria para que cuando alguien es desahuciado agote la deuda con el banco a la entrega de las llaves. Y ya que vamos a contar, con lo que le gusta a la derecha las guerras preventivas, que no fuese capaz Mariano de meternos en una “guerra humanitaria” en algún país de esos que tienen petróleo.

domingo, marzo 27, 2011

Rascarse los sobacos

En esta vida hay dos tipos de personas. No las malas y buenas, no. Los dos tipos son los que tienen que currar y los que no. Bukowski escribió algo parecido: “Un hombre sólo tiene dos opciones: trabajar o convertirse en un vagabundo”. Bukowski no incluyó en la categoría de hombre a los hijos de papa que no la hincan. Hizo bien. He vuelto a Bukowski gracias la reedición que Anagrama ha hecho del ensayo-entrevista ‘Lo que más me gusta es rascarme los sobacos’, de Fernanda Pivano. Y vuelve otra vez a la carga contra el trabajo, disciplina en la que fue todo un experto: “No hay ninguna razón para amar la vida para alguien que trabaja ocho horas al día porque es un derrotado. Duermes ocho horas, trabajas ocho, vas de un lado a otro con todas las tonterías que tienes que hacer. Puedes vivir de veras sólo hora y media al día. ¿Cómo es posible amar la vida si sólo se vive una hora y media por día? Casi todos los hombres están entrampados en el trabajo, así que están jodidos. Y los hombres llegan a amar su trabajo porque no tiene nada más, en realidad están orgullosos de hacer esas cosas”. A Bukowski no le interesaban los sueños, ni los valores puros, ni las novelas ejemplares, ni los héroes, ni la acción, ni la fe en el hombre y su obra. En un momento de la entrevista le dice a Pivano: “Que Hemingway se quede con sus guerras y su valor. Yo tengo otras cosas que me suceden a mí y a todos los que están a mi alrededor. Millones de hombres y mujeres que enloquecen y son asesinados centímetro a centímetro cada día”. Y aquí, claro, entra el bebercio, perfecto aliado de la rabia contra el currelo alienante: “Estaba horrorizado de la vida. De todo lo que un hombre tenía que hacer sólo para comer, dormir y poder vestirse. Mientras bebías, el mundo seguía ahí fuera, pero por el momento no te tenía agarrado por la garganta”. En la entrevista Bukowski se define como “un alcohólico que ha decidido hacerse escritor para poder quedarse en la cama todos los días hasta las doce del mediodía”. Es una consistente razón. Pero aunque Bukowski era un descreído y un despegado, en el libro de Pivano tiene algo que decir a los que pretenden dedicarse a escribir. Primero: saber esperar, y muchos años, hasta ser un hombre maduro para decir algo original, hasta dejar de estar vacío. Y segundo: “Los escritores que conocía y que eran famosos me parecía que no valían absolutamente nada. Así que comencé a escribir intentando decir las cosas de la manera que me parecía debían decirse”. Escrito el domingo 27 de marzo de 2011.

viernes, marzo 25, 2011

Desde el infierno

Carta enviada por Jack el Destripador al investigador George Lusk recibida el 18 de octubre de 1888:

Desde el infierno. Señor Lusk. Señor le envío la mitad de un riñón que tomé de una mujer y que he conservado para usted, la otra parte la freí y me la comí, estaba muy buena. Puedo enviarle el cuchillo ensangrentado con que se extrajo, si se espera usted un poco.

Firmado: Atrápeme cuando pueda, señor Lusk.

miércoles, marzo 23, 2011

¡Cuando acabe!

Miguel Ángel era un profesional a sueldo del papa Julio II. Tardó ocho años en pintar el techo de la Capilla Sixtina. Cada vez que el papa oficiaba misa en la Capilla, al salir le preguntaba: “¿Cuándo terminarás?” Y Miguel Ángel siempre respondía lo mismo: “¡Cuando acabe!”. No sé si la anécdota es cierta, pero en la peli de Charlton Heston quedaba bien. En este caso, Miguel Ángel es un raro espécimen. No trabajó, como el resto de los mortales, a cambio de tiempo. La mayoría entregamos nuestro tiempo para realizar una labor que generalmente no haríamos si no necesitásemos canjear ese tiempo por dinero para después canjear ese dinero por un alquiler, la comida, el alcohol, el tabaco y el ocio. Luego una minoría de mortales dedicamos parte de del resto del tiempo que nos queda tras el trabajo para escribir, rodar, pintar, componer… lo que sea, da lo mismo. Y en ese proceso, el material más preciado no es el talento, el esfuerzo o la inspiración. Eso lo dejo para los profesionales. Es el tiempo. Tiempo para pensar, garabatear, escribir y volver a escribir sobre lo escrito. Hace unos días, Dustin Hoffman hablaba del tiempo en una entrevista en la que dijo lo siguiente: “Si le dices a alguien en Hollywood que has pasado dos o tres años escribiendo un guión piensan que estás loco. Un libro puede ocuparte diez años, pero si un guión te leva algo más de cuatro o cinco meses los productores creen que estás acabado”. La libertad creativa no la da el dinero. El dinero lo da una profesión y es sólo un sustento. Nada que ver con contar con todo el tiempo que sea necesario para pulir y acabar. “¡Cuando acabe!”. Hace poco un director de cine me comentaba que TENÍA QUE ACABAR el documental en el que estaba inmerso porque le habían fijado fecha de emisión en una tele y su productor -que dependía de no sé que plazos para no sé que subvención- estaba de los nervios. Atacado. Y él sabía, como me confesó, que el documental iba a quedar huérfano de testimonios e imágenes fundamentales que necesitaban mucho más tiempo. Él no podía o no sabía gritar al productor “¡Cuando acabe!”. Como mi amigo el director, aquellos autores que dependen de fechas, plazos y calendarios son unos privilegiados pero a la vez están en desventaja con respecto a los que no tienen esa presión. Por eso algunos anteponen la perfección a la profesión. Escrito el sábado 19 y el lunes 21 de marzo de 2011.

sábado, marzo 19, 2011

Hay motivo 2

Estimado cineastas Joaquín Oristrell, David Trueba, Gracia Querejeta, Icíar Bollaín, Chus Gutiérrez, Víctor Manuel, Pedro Olea, Pilar Bardem, Víctor García León, José Luis Cuerda, Imanol Uribe, Fernando Colomo, Juan Diego Botto, José Luis García Sánchez, Gran Wyoming, Manuel Gómez Pereira, Julio Médem, Manuel Rivas, Vicente Aranda y Mariano Barroso (entre otros):

Me dirijo a ustedes para formular como pregunta lo que en su oficio fue una contundente afirmación sin aristas hace años: ¿Hay motivo? En 2004 estrenaron ustedes 32 cortos contra la política del gobierno del PP. Criticaron entonces al gobierno de Aznar para favorecer un cambio de gobierno ante las inminentes elecciones generales, tan inminentes como que “estrenaron” (sólo juntaron 496 espectadores y una recaudación de 2.831,40 euros) semanas antes de los comicios y del vergonzoso 11-M.

Se movieron ustedes para que su denuncia filmada se proyectase en universidades y se emitiese en canales locales de televisión como Localia, del grupo PRISA, hoy cerrado por ruinoso. Antes, en los Goya de 2003, muchos de ustedes lucieron las chapas del ‘No a la guerra’ y aplaudieron un acto académico e industrial convertido en algo politizado y muy chabacano. Los temas que trató Hay motivo fueron, entre otros, la subida del precio de la vivienda, la gestión del Prestige, el pusilánime apoyo de Aznar a la invasión de Irak o la asquerosa manipulación televisiva de Urdaci.
Causas nobles y acertadas, pero que hoy se convierten en argucias sectarias cuando no muestran ustedes chapas ni motivos contra el Zapatero del “Conmigo de presidente no habrá recortes sociales”, el que aseguró que los desempleados que reciben formación no son parados, el de la "senda de creación de empleo moderada", el trilero que dijo que el endeudamiento de las familias se está reduciendo, el desvergonzado que repite como un loro afónico que nadie anticipo la crisis, el que ha mandando más tropas a la GUERRA de Afganistán, el que ha consentido los vuelos de la CIA, el del enterramiento del caso Couso, el que olvida la masacre del Sahara, el que llegó al poder con el 'No a la guerra' de Irak y va a salir de él con el 'Sí a la guerra' en Libia, una guerra declarada por intereses petrolíferos.

Y retroceden día a día los derechos sociales e individuales, pero… no hay motivo. Ustedes están desaparecidos. ¿Para convocar elecciones anticipadas en España no hay motivo, amigos cineastas? Escrito el sábado 19 de marzo de 2011.

jueves, marzo 17, 2011

INDIEWOOD

Steven Soderbergh ha dicho que deja el cine. Que se aburre, que está cansado. Que deja paso a otros. Su apellido está unido a otros de su generación: Sayles, Lee, Lynch, Demme, Van Sant, Wang, Waters, los Coen, Hartley, Linklater, Haynes, Araki, LaBute, O. Russell, Rodriguez, DiCillo, Anderson, Aronofsky, Jordan, Boyle y Tarantino. De todos estos apellidos, a la mayoría de los mortales sólo les suena uno, el último. Algo que me recuerda a unas palabras de Billy Wilder: “Ya no se conoce a ningún director, o a muy pocos. El cine ya no es el terreno en el que se expresa el director. Bastan dos o tres dedos para contar a los directores famosos”. Todos los directores antes citados, Soderbergh incluido, forman parte del libro que dedicó Peter Biskind al llamado cine independiente: ‘Sexo, mentiras y Hollywood’. En él escribe: “La convergencia entre películas de estudio y filme independiente dio lugar a una crisis de identidad entre los indies. Claro, se habían vuelto más viables, pero ¿seguían siendo independientes? Se acuñó el término “Indiewood” para describir esta nueva realidad.” Tras la derrota del Nuevo Hollywood en los ochenta, una nueva generación de cineastas empezó a ser tomada en serio en el mercado gracias al éxito de Sexo, mentiras y cintas de vídeo, de Soderbergh, en Cannes. Y también gracias a la importancia de un nuevo festival llamado Sundance y a una temida compañía llamada Miramax, entonces de los hermanitos Weinstein, “esos ordinarios bárbaros de Buffalo” que representan lo mejor y lo peor del cine norteamericano, capaces de acogotar al cineasta con el que trabajan y a la vez exportar admirablemente films como Pulp Fiction o Chicago. En el fondo, Harvey (responsable del exitazo de El discurso del rey) y Bob Weinstein no se diferencian tanto de otros también despiadados productores como David O. Selznick, Harry Cohn o Jack Warner. Hace veinte años, Miramax estrenó la modesta producción en blanco y negro En la cama con Madonna recaudando 15 millones de dólares. En total, en el 91 la empresa estrenó 40 películas, el doble que un gran estudio. No es de extrañar, claro, que el gigante Disney atacase con toda su artillería para comprar Miramax. La idea era ayudar a Miramax a hacerse con el movimiento independiente y aniquilar a los demás. La estrategia de Disney fue inteligente: en vez de crecer verticalmente (cine, discos, cable…), preferían comprar contenidos para que los demás competidores (Murdoch, Malone, Viacom y Time Warner) tuvieran que tratar con ellos para llenar de contenidos todas sus costosas ventanas. La jugada les salió redonda tanto a los Weinstein (Miramax) como a Michael Eisner (Disney) y dejó noqueados a los competidores “independientes”: Sony Classics, October, Fine Line y Goldwyn. Y entrecomillo lo de independientes porque en realidad a estas se les unieron Gramercy, Fox Searchlight o Paramount Classics, todas dependientes (descaradas tapaderas) de los grandes estudios. La astuta estrategia, aun vigente, fue la siguiente: hago productos de estudio, pero me creo paralelamente una empresa satélite para producir cine de “arte y ensayo”, “de premios” o “de festival” y así domino todo el mercado. Los productores gordos, los amos, podían competir en premios independientes y en los Oscar. Parecía que por fin algo estaba cambiando, pero como el Nuevo Hollywood cayó por pura megalomanía, Indiewood pereció por algo más mundano: un cambio de régimen. Al valiente ejecutivo Hill Mechanic (El club de la lucha y Bulworth) lo barrió Rupert Murdoch y Lorenzo di Bonaventura (Tres reyes) fue fulminado por alguien de Warner “por hacer películas demasiado oscuras”. Y Wilder acabó teniendo razón: los directores actuales se patean festivales y reciben premios, pero agonizan pronto, no dejan huella. Así lo comentaba Hilario J. Rodríguez en el ABC: “Cada año surge alguien capaz de sacar el séptimo arte de su estado comatoso e impulsarlo hacia el futuro. Hace apenas tres años se reivindicaba a Apitchatpong Weerasethakul, y el público español sigue sin saber quién es. ¿Y Takeshi Miike, Béla Tarr, Gaspar Noé, Thomas Vinterberg o Christopher Nolan? ¿Son sólo nombres o directores de carne y hueso, en los que hemos de confiar como antes se confiaba en John Ford, Roberto Rossellini o Yasujiro Ozu? Desde hace un par de décadas, la historia del cine arranca en La guerra de las galaxias y vive una continua celebración de cada instante como si no hubiese pasado o futuro”. Reescrito el 17 de marzo de 2011. Fotos: Soderberg y Harvey Weinstein.

GRANDES PENSADORES

“Mirad, mi abuelo fue fusilado por Franco. Cuando cumplí 15 años murió el dictador y tres años después, a los 18, ya teníamos una Constitución. No sabéis cómo se puede disfrutar de la democracia. En mi caso hasta he llegado a ser presidente del Gobierno.” (Zapatero)

martes, marzo 15, 2011

Amiguetes

Hace años trabajé para Santiago Segura en uno de sus Torrentes. De alguna manera, pequeña y residual, soy responsable de la fama de su franquicia. Mea culpa. No duré mucho en el puesto, su entonces socio no me tragaba. Aquel amiguete, el mayor cabronazo que he conocido en mi vida laboral, era el poli malo de Amiguetes Entertainment, la empresa de Segura. Mientras Santiago te mostraba respeto y amabilidad, su socio se encargaba de propagar el pánico entre sus contratados. Y tan amiguetes.

Lo hice por dinero, supongo que igual que Santiago sus malas películas. En este sentido, no tengo nada que reprochar a un tipo cuyo mayor objetivo es hacer caja como propagador del espectáculo más bajo, un producto que no se diferencia en nada al de José Luis Moreno o Mercedes Milá. Allá cada uno con la manera de ganarse la vida, que diría Vito Corleone. Y Segura se la ha ganado bien con su holding de empresas.

Otro tema es el atroz entreguismo de los medios de comunicación a este hombre. A pesar de las inútiles críticas negativas (Segura, absurdamente, lleva muy mal las críticas adversas) el público ha vuelto a encumbrarle. El pasado fin de semana el último Torrente arrasó en taquilla y todo gracias a los medios de comunicación. ¿Qué tenemos un magazine populista? Llamaos al amiguete. ¿Qué tenemos que cerrar un informativo amarillista? Llamaos al amiguete.

Y junto a todo este despliegue de insustancialidad televisiva, el cinismo. El cinismo generalizado. Frase hecha uno: “Torrente no engaña a nadie”. Y con eso, que en realidad no significa nada, nos quedamos tan panchos. Y los mismos que dicen que “no engaña a nadie” critican luego espacios como Gran Hermano o Sálvame, que tampoco engaña a nadie y donde el amiguete se dejó entrevistar con el gremblin Belén Esteban.

Frase hecha dos: “Segura es un tío muy listo”. Claro que es listo. Hay muchos amiguetes listos como él. Los llaman freaks. Valen para todo sarao y se parecen hasta físicamente, son los feos gorditos amantes de lo cutre que desfilan con sus camisetas negras por festivales, eventos, programas y productoras. Y lo más importante y lo que los hace favoritos: no tienen ideología. Jamás les escucharás una declaración incómoda o sincera. Valiente. Los amiguetes de las camisetas negras no se mojan jamás. Ellos sólo buscan “entretenernos” con basura y hacer caja.

En privado Segura es un tío tranquilo y asentado -con pareja y una niña- y en público un “viva la vida”. En privado es un empresario calculador y ambicioso y en público un simpático freak que llena programas a los correveidiles de la tele que viven, como él, de un público asilvestrado. En privado se descojona de sus figurantes famosos y en público les ríe las gracias. En privado es un tío culto con perfecta conciencia de la mierda que hace y en público justifica su subproducto pedorrero.

Un día yo, que sigo siendo muy puta, participé en todo esto. Mea culpa. Escrito la noche del 14 de marzo de 2011.

jueves, marzo 10, 2011

Harold

Jack Bradley sacó esta foto al pequeño Harold Whittles, sordomudo de nacimiento. El instante capta el momento justo en el que Harold escuchó su propia voz por primera vez gracias a un audífono. Una de las fotos más fabulosas que he visto nunca.

miércoles, marzo 09, 2011

La exquisita mismidad

“Ahora, después de que en medio de la plaza se infiltrara una tienda de Disney, Times Square se diferencia muy poco de un parque de atracciones. (…) El nuevo Time Warner Centre de Nueva York es un ejemplo horrendo de esta tendencia, de esta transformación de las ciudades en centros comerciales de las afueras. (…) Si uno tiene mentalidad de centro comercial, entonces uno favorece lo idéntico en detrimento de lo diferente. Allá donde uno vaya, los centros comerciales son básicamente iguales. Esté uno en la religión que esté, las comunidades valladas son básicamente las mismas. Ese pasaje urbano en particular se pierde a favor de una tienda Disney generalizada. Ese bosque concreto, ese ecosistema único, deja de existir para esos proyectos comunitarios que se desarrollan por todo el país. En ambos ejemplos, se pierde la experiencia inmediata de lo que está más vivo en este mundo, la exquisita mismidad”. (Eric C. Wilson)

La enfermedad mortal del cine tiene un síntoma incuestionable: la muerte física del cine, de las grandes salas de toda la vida. La desaparición del cine como un acto colectivo desarrollado en un templo para el cine, no en un templo para la compra, en un centro comercial. Así lo explica David Thomson en su libro ‘La verdadera historia de Hollywood’: antes en las salas de cine estábamos “obligados a tener una experiencia compartida. Esto es absolutamente fundamental para la belleza y el arte de lo que llamamos cine”. El desarrollo tecnológico que han multiplicado el ocio privado, las descargas en red, la piratería, el carísimo precio de la entrada y sobre todo la mediocridad general de las películas han acabado con la experiencia de ir al cine. Ya no merece la pena perder tiempo y dinero para ir al cine.

Paco Umbral escribió que“el tiempo se transmuta en geografía, y lo que perdemos en tiempo lo ganamos en espacio”. Woody Allen resumió la liturgia compartida del cine en otra de sus grandes frases: “Cuando entré por primera vez en el Radio City Music Hall creí entrar en el cielo” (Días de radio). Es una pena que ya no se hagan películas como las de antes… y tampoco cines como los de antes. Texto reeditado. Marzo de 2011.

lunes, marzo 07, 2011

De fiscalías y asociaciones

La Fiscalía de Barcelona ha presentado una denuncia contra el director del Festival de Cine de Sitges, Ángel Sala, por exhibir (una sola vez, en un pase para adultos y de madrugada) A serbian film. La fiscalía acusa a Sala de un delito de exhibición de pornografía infantil porque en la peli, DE FICCIÓN, muestran la violación de un bebé recién nacido (un muñeco). Adivinen quién está detrás de la denuncia. Sí, una asociación “de defensa del menor” que ya consiguió prohibir proyectar la película en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián.

Lo he escrito y lo repito: seguimos viviendo bajo el control de los ofendidos (las asociaciones), que han sustituido en el poder a esos grupos religiosos que bastante daño hicieron a la ficción durante décadas. En España y en otros países cada poco tiempo alguna asociación se queja ante la “ofensa” de un film porque contiene sexo o violencia. Ante estos ataques nos enfrentamos a algo gravísimo: los cineastas se lo piensan antes de arriesgarse a ofender a sexos, razas, religiones o ideologías. Por eso las películas cada vez son más amables, dóciles y mansas.

Seguimos lanzando cortinas de humo contra la ficción (de buen o pésimo gusto, ese es otro debate) pero nada hacemos contra lo que a muchos nos ofende y vemos de juzgado de guardia: el teletimo, la telebasura, la política basura, el trabajo basura, el consumo basura, la estafa legalizada o la imparable propagación de valores repugnantes. Eso que las fiscalías y las asociaciones no tocan por razones que desconozco pero sospecho. Seguimos perdiendo el tiempo con la pobre ficción cuando no tenemos ni puta idea de comprender, confrontar o corregir la realidad.

Y el que pagará todo esto es el cine, los cineastas, los espectadores y la libertad. Pauline Kael hizo en los setenta un diagnóstico sobre el cine que todavía sigue vivo: “Estamos presenciando la llegada de un nuevo puritanismo cultural, la gente quiere cosas inofensivas, encantadoras o se conforma con la sobriedad impostada.”

viernes, marzo 04, 2011

La deuvedeteca pública

¿Cómo se llamaría el lugar donde se prestan y devuelven películas? ¿Filmoteca pública? ¿Deuvedeteca pública? ¿Videoclub público? Y escribo “llamaría” porque no existe. Sí, se pueden alquilar películas en algunas bibliotecas, mediatecas o centros culturales pero no existen, que yo sepa, centros públicos dedicados exclusivamente al almacenamiento, archivo, clasificación y préstamo gratuito de películas.

Habría que inventar la deuvedeteca pública. A falta de imaginación y de consejo de un lingüista me conformo ahora con este nombre. Habría que ofrecer al ciudadano un lugar donde descubrir o recuperar gratuitamente el cine mudo, las vanguardias de los veinte, a los grandes clásicos que conformaron el lenguaje del cine, a los que en los sesenta lo transformaron, al cine de festivales o a nuestro cine.

¡Y lo fácil que sería! En España se editan unos 6.000 libros al año, un volumen que pocas bibliotecas pueden asumir. Pero se producen como mucho, y ya son demasiadas, 150 películas. La deuvedeteca podría hacerse con todas ellas, además de otras muchas extranjeras. Y debería, además, hacerse con ellas GRATIS. Porque la gran mayoría de las películas producidas en España están subvencionadas por todos nosotros. Es decir: por los que disfrutaríamos de la peliteca pública. Estoy hablando de un intercambio de películas legal: hemos ayudado a financiar tu peli y ahora nos la vamos a ver gratis en la peliteca pública del barrio. ¿No sería justo y genial?

Igual que es accesible y gratuita la obra de Quevedo o Reverte, también debería ser accesible y gratuita la obra de Buñuel o de Almodóvar. Y con más razón: Los españoles no financiamos a Quevedo pero sí a Almodóvar. Pero, ay amigos, en un país donde se recauda por derechos de autor hasta en los colegios y donde la ministra de cultura es uno de los miembros más activos del lobby peliculero esto nunca será posible. Escrito el domingo 20 de enero de 2011.

jueves, marzo 03, 2011

GRANDES PENSADORES

Zapatero y la crisis:
“Estamos en la Champions League de la economía”.
“España tiene el mejor sistema financiero de la comunidad internacional”.
“Somos la 8ª potencia mundial, la envidia de Europa y pronto superaremos a Francia como ya hemos hecho con Italia”.
“Lo de que hay crisis es opinable”.
“La crisis es una falacia, puro catastrofismo”.
“España está a punto de salir de la crisis, si no lo ha hecho ya”.
“La próxima legislatura lograremos el pleno empleo en España. No lo quiero con carácter coyuntural, lo quiero definitivo”.
“No son parados, son personas que se han apuntado al paro”.

Y recuerda: NO LES VOTES.

miércoles, marzo 02, 2011

Yo no os quiero dejar en paz

No necesito explicarles que las cosas están mal, todo el mundo sabe que las cosas están mal. Es la crisis. Mucha gente está en el paro, o teme perder su empleo. El dólar no vale cinco centavos, los bancos van a la quiebra, los tenderos guardan un arma bajo el mostrador. Los gamberros campan a sus anchas por la calle y nadie sabe qué hacer, es imparable. Sabemos que el aire es irrespirable y que nuestra comida es basura. Nos sentamos a ver la televisión mientras el presentador nos dice que se han cometido 15 homicidios y 63 crímenes, como si fuese algo normal.

Sabemos que las cosas están mal, peor que mal. ¡El mundo está loco! La locura es tal que no queremos salir a la calle nunca más. Nos quedamos en casa y poco a poco nuestro mundo se va haciendo más pequeño. Y lo único que podemos decir es: "Por favor, dejadme en paz en mi salón. Si tengo mi tostadora, mi televisión y mi radio no diré nada, pero dejadme en paz".

Pero yo no os quiero dejar en paz. ¡Yo quiero que os enfadéis! No quiero que os manifestéis ni que escribáis a vuestro congresista, porque no sabría qué decirle. No sé qué hacer con la crisis, o la inflación, o los rusos, o la inseguridad en las calles. ¡Sólo sé que lo primero que debéis hacer es enfureceros! Tenéis que decir: "¡SOY UN SER HUMANO, MALDITA SEA, MI VIDA ES VALIOSA!".

Así que quiero que os levantéis ahora. Levantaos ahora de vuestras sillas. Quiero que os levantéis ya mismo, vayáis a la ventana, la abráis, saquéis la cabeza y gritéis: "ESTOY MÁS QUE HARTO Y NO PIENSO SEGUIR SOPORTÁNDOLO". Levantaos ya, id a la ventana, abridla, sacad la cabeza y gritad: "ESTOY MÁS QUE HARTO Y NO PIENSO SEGUIR SOPORTÁNDOLO". Ya pensaremos qué hacer con la crisis, la inflación o el problema del petróleo. Pero lo primero es levantarse, abrir la ventana, sacar la cabeza y gritar: "ESTOY MÁS QUE HARTO Y NO PIENSO SEGUIR SOPORTÁNDOLO". "ESTOY MÁS QUE HARTO Y NO PIENSO SEGUIR SOPORTÁNDOLO".

(Escrito hace 35 años por Paddy Chayefsky para la película Network)

martes, marzo 01, 2011

Referencias, homenajes

Nighthawks (pintura de Edward Hopper, 1942)
Pennies From Heaven (película de Herbert Ross, 1981)