lunes, junio 27, 2011

‘El hombre del traje gris’

Esta novela es la historia de un ser anodino, Tom Rath, un ex paracaidista de la Segunda Guerra Mundial que, tras vivir el horror, entra a trabajar en el mundo de la publicidad y las relaciones públicas. Tom es un tipo de familia bien en decadencia que acaba como un temeroso burgués. Tom, que tiene semejanzas con el Don Drapper de la serie Mad Men, entra a trabajar en publicidad, gremio que desprecia pero que acepta por el dinero y la seguridad que le reporta. “La única razón que me induce a querer dedicar mi vida a una empresa tan ridícula es que quiero comprarme una casa más cara y una marca de ginebra más buena”, dice. Él sólo es un hombre con traje de franela gris, un tipo que mientras en misa le decían aquello de ‘no matarás’ tuvo me asesinar a gente en la guerra y luego volver para ser un empleado leal, un marido decente y un padre protector. Primero te dedicas a matar a los hijos de otros y luego te dedicas a producir nuevos hijos. La pura demencia.

Y frente al logrado personaje de Tom está el de ella, no menos logrado. Una esposa que muchas veces no puede soportar su cinismo, su renuncia a un mundo que se parezca a algo decente. Ella está harta de la gente lista y sin un centavo y le pide a su marido que sea positivo, que se crea lo que está haciendo en su trabajo publicitario. Y lo peor es que la pobre lo dice en serio al descubrir en su marido al tipo de hombre que siempre había odiado, el hombre a vueltas de todo, el tipo que no se respeta ni respeta a los demás.

“No estoy dispuesto a sacrificar todo mi tiempo. Quiero ganar dinero, a nadie le gusta más el dinero que a mí. Pero no soy uno de esos tipos capaces de trabajar por la noche y los fines de semana durante el resto de su vida”. Quiere ser un hombre corriente. Cobrar y vivir. Punto.

Tom y Betsy son víctimas de una sociedad en la que el que se da por satisfecho tiene el desprecio de los demás. Son carne de los “agotados treinta”. La treintena suponía en los años 50, y supone hoy, procrear hijos, medrar en el trabajo y comprar más cosas. Siempre cosas. Supone, sobre todo para Betsy, que ya NADA sea divertido. Escrito el 26 de junio de 2011.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Resumen y extractos aparte, ¿el libro está bien? He estado a punto de comprarlo varias veces pero al final no me he animado. ¿Muy en la onda de "Vía revolucionaria" de Yates?
Otis

Anónimo dijo...

Buena pregunta. No es redonda. No es Yates, que es mucho más brutal, menos inocente, menos positivo. Y más brillante como escritor. Igual te decepcionaba, sobre todo en su último tercio.

-IVAN-

chano dijo...

"trabajar en publicidad por qué le da seguridad" Lo busco en la sección de humor, no?

Anónimo dijo...

Chano: Lee el libro y lo entenderás.

-IVAN-

cartobas dijo...

Muchos han incorporado ese color a sus vidas como una segunda piel: grises, opacos, indefinidos, indeterminados, insatisfechos. Desde los 50 ahora ¿qué ha cambiado en ese aspecto? Ah, los iPhone, iPad, iPod, iloquesea, distracciones y divertimentos. Un libro muy recomendable.