jueves, enero 03, 2008

GENTE SANTA y PATITOS FEOS

Empecemos por Ricardo Corrochano, más conocido como Clot en este blog. Ricardo trabaja a mi derecha, en la misma mesa. Tiene cara castellana, perfil de torero. Le viene de sangre: su abuelo fue el reconocido diestro Alfredo Corrochano. Aunque por sus cejas parece tener también algún parentesco con Groucho, hay que reconocer que por encima de las gafas refuerzan una mirada que a veces te está diciendo “te entiendo” y otras “a mí no me la cuelas, gandul”. Y es que Corrochano es unas veces mi ángel guardián y otras el exterminador. Siempre que me paso de apático en un guión me lo recuerda, aunque me lo repita 10.000 veces para mi desesperación. Cuando una mañana de resaca escuchas por tu oreja derecha “Ivantxu”, es que Corrochano te va a pedir un encarguito. Gajes del oficio. Y a teclear.
Me gusta tomar los vinos con Corrochano y lo único que no le perdono es que me dé la matraca poniendo a todo trapo a Los secretos.

¿Qué decir de Izaskun Granda, más conocida como Frid en este blog? Gracias a Izaskun entré a trabajar como guionista publicitario en SANTA IDEA y gracias a ella tengo un privilegio del que muy pocos españolitos gozan: trabajar con amigos.
Izaskun, lectora compulsiva y de gran conversación, es el oráculo de la oficina: todo el mundo le pregunta de todo. Ricardo: ¿Haakon VII de dónde era rey? Izas: De Noruega. Era también príncipe de Dinamarca. Iván: ¡Izas, el escáner este no va! Izas: ¡La madre que te parió! Granda es grande, como muchas veces he dicho y diré. Y tiene el defectillo de los grandes: a veces tiene una mala leche que no hay quien la aguante a la tía. Pero en esos casos hay que pillarle el truco. El mío es decirle a todo que sí, como hacía en el cole con mis profes. Aunque me temo que ya me ha calado y la próxima me va a arrear con su teclado en la frente.

Aquí tenemos al jefe, Jon Pittaluga (derecha) y a Federico Ramos (izquierda). A saber qué creativa idea le está contando Federico -tipo estupendo, indispensable argentino chupa-mate en toda agencia publicitaria que se precie- a Jon, un hombre incansable que respeta su oficio como pocos. Además, se la juega con una empresa como esta y con piratas como yo en la tripulación.
De figura quijotesca, delgado y culo inquieto, Jon empieza a imponerse en el negocio como capitán de “creatas” con sus gafas de pasta, chaqueta informal y zapatillas deportivas, perfil que funciona entre nuestros queridos, estimados, amados clientes. Yo, claro, prefiero al Jon que de vez en cuando comparte un cubata conmigo.

A Verónica Pastrana, aquí con su sobri, no solo le unen a Jon las gafas de pasta y la delgadez. Novios desde hace muchos años, son tal para cual. Es decir: que no pueden parara quietos, que son dos guindillas, que a veces se dispersan más que un ejército vencido y que no sé de dónde sacan las pilas para ser como son. Vero es actriz y también guionista, trabajo que desempeña con pasión adolescente, como cuando viene a contarte una idea para un corto, un largo o un formato de televisión que se le acaba de ocurrir. Su energía es ideal, necesaria para perder de vista por unas horas el piloto automático del guionista funcionario.

Ana Pastrana es su hermana. Lleva el trabajo ingrato de las cuentas de la empresa y es la que nos tiene que recordar machaconamente que le mandemos la lista de trabajos realizados y las facturas. A mí me trata como a su hermano pequeño y se ríe mucho conmigo. Eso sí, igual que Izaskun, como le pilles en un día torcido prepárate para que el cielo caiga sobre ti. Ana a buenas es genial, pero a malas, discutiendo, es para echarse a temblar o para decirle a todo que sí, como hacía en el cole con mis profes.

Miguel Calderón, el gallego impasible. Allá en la Escuela de Cine, cuando Miguel firmó el primer y último guión que produje, creí que tenía un problema de comunicación y de sociabilidad. En esta empresa lo certifiqué. Aun así, aunque a veces parezca un muñeco de caucho diseñado para alguno de nuestros rodajes, Miguel es un tío con un humor negro cojonudo y una capacidad de trabajo que es para quitarse el sombrero. Sé, aunque no lo haya comprobado, que entre guión y guión de encargo, guarda celosamente, y en su intimidad, una novela extraña de cojones.

Jaime Pineda entró silencioso, humilde, modestito, en plan becario, buen chico. Y poco a poco, cuando acabó de limarse las garras, asomó el magnífico cabroncete, irónico y mordaz, que hay en ese cuerpo largo y esas pintas de judío, aunque él es católico y a mucha honra. El Pineda ha sido un gran fichaje por parte de los de arriba. Tengo mucha suerte de tenerlo al lado. Él a la derecha, Frid a la izquierda, un marcaje de Champions.
Sabe descojonarse como pocos de la actualidad, es de los mejores para sacar punta a nuestro extraño oficio, en el que se desenvuelve muy bien, y se puede conversar con él de cualquier tema. Y encima se encarga del pedido de Nespresso...

Lo de Antonio Azuaga es otro caso extraño. Nuestro futuro montador y demostrado brillante decorador, es un alma dual. Tiene sensibilidad de artista, es un buen fotógrafo, pero el cabrón habla como Makinavaja, como si te fuese a mangar la cartera mientras te habla de la fotografía estereoscópica.


Luis Ruiz produce con Carmona, del que hablaré más abajo. Luis es otro gran fichaje. Y es un tipo raro para este oficio: culto, sensible, elegante y que cocina como Dios. Doy fe de ello.


Y aunque no son todos los que están (no hay fotos de gente como Lorena, Karras o Joan porque no los conozco bien), acabo con el citado José Carmona, gran amigo y productor aún sin úlcera en PRODUCCIONES PATITO FEO. Carmona es un cachondo, un hedonista que se conoce un buen puñado de restaurantes madrileños y bares con clase. A mí me gusta provocarlo y a él le gusta mi agitadora conversación mientras nos inflamos a vino o buenos placeres culinarios y recordamos los grandes clásicos del cine en el que Carmona se solidificó, como un mosquito, en el ámbar de la Metro Goldwing Mayer. Tengo pocos amigos que demuestran estar de verdad cuando te hacen falta. Él es uno de esos pocos.

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Cejismundo, de los Cejados Unidos, concejal, ¡y a mucha honra! Lo has clavao, cabrón, lo has clavao. Muchas risas.

IVAN REGUERA dijo...

Clot: Es que a cejas no te gana nadie en esta oficina, chico. Me alegra que esta faceta cabroncilla mía te haya entretenido. Y como me vuelvas a poner Los secretos estos días, te quito el saludo.

Anónimo dijo...

Eeeeeeeeh, un respeto a los fans de Los secretos; somos pocos pero ruidosos. Jajaja.

Feliz 2008 bisiesto.

Otis Driftwood dijo...

No te quejes. En mi oficina, el amigo Clot batió el récord mundial de reproducción de "Buenavista Club Social". Cada vez que sonaban los tres primeros acordes, me entraban ganas de que Bush bombardeara simultáneamente Cuba y Miami.

Marta G.Brea dijo...

Excelente IDEA, Iván, la de esta entrada, y estupendas fotos. ¡Qué suerte trabajar tan a gusto! Y lo digo también por experiencia. Pero, ¿quién te describe a ti? A ver si Frid se anima.

BSS

Unknown dijo...

Joe, está muy bien.

Los mencionados que no han escrito o no van a escribir porque no han leído tu texto ¿cómo se lo tomarían? :)

Escribir esto ya supone una gran confianza sobre quien escribes, y gracias a aquella firma de libros, pude conocer a unos cuantos de la lista.

Yo de momento sólo puedo nombrarme como único compañero de cargas laborales y obviamente no me defino. A ver si un día trabajamos juntos.

Un abrazo

Anónimo dijo...

¿Cómo es posible?... si yo escribo así de los otros compañeros de actividad, se declara la guerra...odio, venganza y represalia...¿hay ambientes donde es posible esto?...

fridwulfa dijo...

Jejejeje. Lo que pasa es que a Iván se lo perdonamos todo, o más bien se lo toleramos todo, como a los niños traviesos esos a los que querrías estrangular de vez en cuando, pero que en el fondo adoras. Es complicado enfadarse con él, si te irrita mucho, le pegas un par de gritos y listo.

Marta, no seas mala, no seas maaalaaaa.

Bellota dijo...

Hey, Vania,

el gallego y el clot son súper guapos! Pero me quedo con Frid, of course, que además me trae moscatel hasta Alaska, y eso es la pera limonera!!!

¿Y quién escribe mejor?

Abrazote

Anónimo dijo...

Un saludo a toda la Troupe!

Anónimo dijo...

Tranquilo, Iván, que sería peor si en lugar de los Secretos pinchasen a Camela, cosa que yo he tenido que sufrir. Por cierto, uno de mis buenos colegas del curro es primo de la cantante, hay que joerse.

Es envidieble trabajar a gusto y con buena gente. Como bien dices, es algo extraño en los tiempos que corren. Yo también me puedo sentir afortunado, aunque con los años te desvinculas más de ese tipo de relaciones, entre laborales y de colegueo, y tiendes a ir más a tu bola, sobre todo si curras en una empresa grande. Yo mismo he estado en otros sitios donde las relaciones de amistad entre compañeros eran más fuertes, acabando en matrimonio en algún caso (y con buen resultado, además, cosa muy muy rara).

Por lo demás un curioso retrato de la fauna de tu oficina. Y no sé por qué, pero no me ha extrañado nada que tu jefe sea un gafapasta... Espero que al menos no sea talifán de Bjork y de Lars von Trier.

¿Que por qué?. Pues por ESTO:
http://www.lashorasperdidas.com/index.php/2005/07/06/lo-gafapasta-en-el-cine/

;-)

Anónimo dijo...

Corrijo, que el enlace no cabe completo:

http://www.lashorasperdidas.com/index.php/
2005/07/06/lo-gafapasta-en-el-cine/

:p

Anónimo dijo...

¿será uno un gafapasta?..tengo que reconocer que algunos de esos directores me han interesado (algunos sigo sin verlos, y por tanto mi interés intacto), pero no todos...¿el gafapasta cómo valora a kaurismaki?...

Anónimo dijo...

MANUEL G: Todos los buenos aficionados al cine somos, en realidad, un poco gafapastas. Aunque bien es cierto que , yo al menos, no soporto el cine iraní (un verdadero y sobrevalorado tostón) o a Lars von Trier (que se lo tiene muy creído, el hombre).

A mí el artículo me parece genial, y cada vez que lo leo no puedo evitar partirme la caja de risa, sobre todo con lo del "Tentaciones" que sale al final. En fin.

Anónimo dijo...

Desde luego... a mi no me gusta casi nada de Von Triers (excepto "rompiendo las olas", que sí)...ni sofia coppola, y a los demás no los conozco apenas, aunque me llamen la atención.

¿La esencia del gafapasta puede ser cierto sentimiento de elitismo un poco despreciativo hacia lo común?

Anónimo dijo...

Sólo cuando uno cree que es depositario de una cosa excelente, y sólo uno es capaz de apreciarlo, frente a todos los demás, que no son capaces por tener una cultura demasiado común, es cuando el sentimiento gafapasta surge.

También debe ser algo muy solitario, porque no me imagino a los gafapastas formando clubs de fans y esas cosas, ..¿o si?

Anónimo dijo...

MANUEL G: Te garantizo que sí: los gafapastas son legión, y como los marcianos de Men in Black, están entre nosotros más o menos visibles.

El gafapastismo es una moda como en otro tiempo lo fue el llevar los pantalones sujetos con imperdibles y decir que eras punk, aunque en realidad votases a Tacher. El problema de estas gente es que se cree en posesión de la verdad absoluta, mientras que los demás son chusma que "no entiende de tendencias" (vamos, que son gilipollas). Y la realidad es que los gilipollas, mayormente, son ellos: En un artículo que escribí para la página web de un amigo, comenté la anécdota auténtica de un tío al que le faltó poco para quemarme a lo bonzo, por haberme comprado la Edición Espacial de Abyss; poco después me lo encontré en el tren leyendo el Que!. Pues eso ;-)

Anónimo dijo...

Aquí el artículo de marras:

www.computer-age.net/archives/2007/02/17/kids/

Ni mucho menos es como los que escibre Iván, pero menos es nada ;-).

Anónimo dijo...

De momento, una cosa...¿no has pensado que lo de la lectura en árabe de la guía telefónica está pensado para que alguien se encandalice?...¿no estarás picando con darle tanta importancia?.

Es arte vacío, es decir funciona cuando alguien se come la olla por el sinsentido de aquello...veáse por ejemplo aquella exposición de una habichuela en el suelo de una enorme sala vacía. Creo que fue en el Reina Sofía.

Por lo menos alguien se va de allí preguntándose...¿qué debe ser el arte?..¿qué es el arte?. "esto no puede serlo". Mientras que con obras "como Dios manda", todo el mundo sale de allí satisfecho sin haber hecho funcionar ni una sóla neurona.

No digo que sea maravilloso... pero...

Anónimo dijo...

¿No será el problema del gafapasta que termina creyéndose que esas obras tienen un sentido transcendente cuando en principio es todo lo contrario?..

El gafapasta acaba satisfecho de la trascendentalidad como obra de arte de “la habichuela en la sala” cuando en realidad sólo era un medio para preguntarse otras cosas?.

Enfocan las cosas así, y no lo están entendiendo en absoluto...lo están sobreentendiendo y dándole valores trascendentes..

Por otro lado están quienes se escandalizan, y en esos verdaderamente es en quienes está funcionando este arte “vacío”, porque ellos se están preguntando cosas por lo menos, y al final, desde el momento en que lo tomas en serio, estás empezando a digerirlo y acostumbrarte a vivir con ello.

Pero a lo mejor el enfoque más coherente, quizás el del artista que hace la obra, es darse cuenta que ese arte vacío no tiene valor en si mismo, sino simplemente en su contexto, en un momento determinado y para un público determinado, hecho simplemente para provocar y para que la gente se extrañe y piense...”¿es esto arte?...¿qué es arte?”...

El público requerido quizás es aquel que va a decir...”menuda mierda”..”¿esto es arte?”...mientras el gafapasta que dice “¡qué deleite! ¡qué maravilla!”...esto es quizás un subproducto de la propia capacidad de perpetuación de la estupidez humana, que termina surgiendo por otro lado y generando valores transcendentes hasta sobre lo que está hecho supuestamente como una kk con el objetivo de intentar hacer salir a la gente de la otra estupidez que impera en otras artes satisfechas de si mismas.

O sea, el gafapasta supera todas las espectativas de estupidez que espera encontrar cualquier artista provocador, porque lo es mucho más que el típico consumidor satisfecho de las artes tradicionales. El gafapasta, en vez de rechazarlo (cómo está pensado), lo que hace es maravillarse, sobrepasando todo cálculo de estupidez.

Pero claro, está el problema, no ya de los gafapastas, sino de los propios artistas que mixtifican estos estilos y se creen ellos mismos que poner una habichuela es algo trascendente. Todo este mundo es pues, una gran carrera a ver quien es más estúpido.

Awake at last dijo...

:-D

¿Pero no habíais hecho ya una mudanza?

Mks.

fridwulfa dijo...

Pobre Charlie, se compra unas gafas de montura grande para no ir perdiéndolas por todas partes y mira la que se monta...
En fin...

Awake, chiqueta, nuestras mudanzas son, visto lo visto, o express (como la anterior y por causas de fuerza mayor) o el parto de la burra. Medio equipo está ya en la nueva ofi, disfrutando de la paz que da una calle poco transitada y regodeándose en el placer de la calefacción central bien instalada.
El otro medio (es decir, los escritores, claro) estamos en la vieja todavía, soportando atascos, pitidos, cretinos que cogen el coche para ir a Sol a comprar un paquete de tabaco, empujones por las rebajas y un pelete insufrible que nos tiene a unos trabajando abrazados al calentador y a otros currando con anorak.
Siempre ha habido clases, supongo. :P

Anónimo dijo...

¡Qué decir de semejante declaración de afecto, Reguerachu! ¡Es un placer aguantarte!