jueves, agosto 27, 2009

Les presento a Alberto Noguera

El feminismo: para seguir creciendo necesitamos más mano de obra barata y dócil, o nos veremos obligados a innovar y a inventar como la generación de nuestros padres, cosa que no tenemos ni idea de cómo hacer.

La inmigración: las mujeres no quieren los trabajos duros o humillantes, con el agravante de que ahora ya no hay proletariado. Necesitamos una clase obrera que no sepa que lo es, que acepte salarios más bajos y sobre todo que tenga una abundancia prácticamente infinita. Esa clase obrera está en el Tercer Mundo y la vamos a traer para acá utilizando el reclamo de nuestros servicios públicos. Para esconder las graves consecuencias que eso tendrá para nuestra clase obrera autóctona utilizaremos el antirracismo y el multiculturalismo.

La educación: no queremos un sistema educativo que profundice en saberes humanísticos ni lleve a un excesivo desarrollo mental. No queremos una clase obrera leyendo por las noches a Marx y montando la revolución cubana. La educación debe de centrarse en los más inadaptados, para que no caigan en la delincuencia. Por lo demás, nivel medio de superficial adiestramiento, preparados para "insertarse en el mercado laboral". Ya les diremos luego en lo que consistirá ese mercado laboral.

El hedonismo: si hemos jugado bien nuestras cartas y tenemos unos hombres acomplejados e inutilizados, unas mujeres con un sueldecito y un nivel de gasto del doble de ese sueldecito, una inmigración ignorante y pasmada ante los estímulos publicitarios y una educación que propicia el bajo desarrollo cerebral, la prosperidad de nuestros países estará garantizada, con paz social y un buen nivel de consumo. La Razón es nuestro enemigo, que nos aleja del placer inmediato y del centro comercial.

No, no es de Orwell, es de un buen bloguero llamado Alberto Noguera.

2 comentarios:

Leo dijo...

La primera afirmación me ha llegado a costar incluso alguna hostia, de mano de alguna de esas que se denominan "orgullosas de ser mujeres liberadas". Que en realidad son todo lo contrario: lo peor que le ha podido ocurrir a las mujeres en las últimas décadas es que se les hayan abierto las puertas del mercado laboral, mediante el engaño de que el trabajo iba a proporcionarles "más libertad". Creo que aquí no es necesario profundizar en los razonamientos sobre eso.

Por lo demás, totalmente de acuerdo.

francisco arroyo dijo...

Nihilismo arqueológico. Me gustaría saber quien es el sujeto que ha organizado todas esas trampas: que las mujeres trabajen, que los movimientos migratorios sean más frecuenes y numerosos, que la educación se haya hecho universal y que el sexto mandamiento haya sido enterrado bajo siete tetas. ¿Quién?. ¿Los ricos, la CEOE, El Pocero, la trilateral, Pedro J, los Kennedy, los chinos?. ¿Quién?.

En el siglo XIX las identidades colectivas se multiplicaron y aparecieron por doquier sujetos históricos a los que se les atribuía conciencia e intención, como si fuesen vulgares pecadores: las clases, las naciones, las élites, etc.

Las empresas y los estados, aunque unos y otros han cambiado bastante, siguen siendo instituciones que funcionan e influyen en nuestras vidas. Pero nada más falso que pensar que todas las empresas y todos los estados son un solo fulano con ganas de darnos azotes.

Si este señor concibe el antirracismo y la antixenofobia como valores instrumentales de la producción, me gustaría saber cuáles son los suyos. Creo que en lo único que coincido con él es en el valor de la pereza.