Hoy toca recomendación cultural, que ya bastante frivolizamos ayer en este blog de mis entretelas. La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando lleva tiempo exponiendo 'Fantasía y Movimiento', muestra que reúne 50 obras de Ulpiano Checa. Su escuela era el eclecticismo decimonónico europeo (eso decía el catálogo, no me miren mal) y destaca por sus chillones colorines y sus detallistas frescos de épocas llenas de épica, violencia y color como la Roma antigua.La verdad es que algunos pocos cuadros de Checa, mejor dibujante que pintor para mi gusto, son de un gusto al menos discutible y parecen perfectos para colgarlos en un burdel de mucho lujo. Por eso, imagino, no disfrutó en vida del reconocimiento que se le da hoy en Madrid. Checa era principalmente un gran artista de encargo que igual te pintaba la portada de una novela, un cartel publicitario o una caja de galletas.
Este pintor se adelantó al cómic y al story board cinematográfico desde París o desde su querido Colmenar de Oreja. De hecho, muchas producciones de época de Hollywood estudiaron su trabajo para poner en escena momentos históricos por él rememorados. Su fabuloso 'Carrera de carros romanos', por ejemplo, sirvió de inspiración nada menos que para la carrera de cuadrigas de Ben-Hur. Y el mayor acierto de la exposición es precisamente el trabajo de Alejandro G. Val Rovira, Director Artístico y de Montaje que ha logrado que las obras se disfruten de una forma cinematográfica. Y lo ha hecho decorando todas las paredes de negro y en una sala en la que sólo se iluminan las piezas de forma directa, como si de una pantalla de cine se tratase.
Lo mejor: dos extraordinarios oleos con coches de caballos blancos, una escena que le encantaba pintar a Checa. Uno representando un triste día de lluvia en París y otro, no menos tirste, la oscuridad de una noche con dos caballos sólo iluminados por el farol de su diligencia.
Aviso para el que esté interesado: la muestra termina este domingo.



En realidad estos jubilosos amigos son soldados y auxiliares de enfermería de la SS Helferinnen. La foto -de Kart Hocker, y perteneciente al álbum de fotos recibido por el Museo del Holocausto de Nueva York- está tomada en Auschwitz entre mayo y diciembre de 1944, año de mayor “producción” del lugar, el más pasmoso espacio de muerte de los tiempos modernos.










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