miércoles, marzo 12, 2008

LA SONRISA CHINA

¿Cómo se construye un imperio? Sonriendo. Hay que sonreír siempre. Los españoles somos malencarados, maleducados, amargados… Y así nos fue con las colonias.
Ahora, para crear imperios no se lleva masacrar a la gente, ni explotarlos y cristianizarlos, ahora se lleva la sonrisa.

Hace unos días quedé con NAPALM para comer por ahí. Nos citamos tarde, él salía del curro a las 15.30. Lo único que encontramos abierto fue un chino en el que todavía quedaban clientes. Una cuarentona china con una sonrisa más afectada que la de ZP nos recibió.

- ¿Se puede comer? – pregunté.
- Sí, sí, comel. ¿Dos?
- Sí, dos – contesté.


Nos sentamos. Preocupado por la hora, volví a preguntar.

- ¿No cerráis ahora?
- No, no – contestó la china sonriendo.
- ¿Hasta que hora estáis?
- Celal a las doce.


Nos relajamos durante poco tiempo. Los platos y el vino pedidos aparecieron con agobiante rapidez. Sólo veinte minutos después, apareció la china con otra de sus falsas sonrisas.

- ¿Postle?
- Cómo que postre. Estamos comiendo, señora –dije.
- ¿Postle? ¿Café?


Me puse tenso. NAPALM intentó tranquilizarme oliendo lo que se avecinaba.

- Celal a las cuatro y media. Celal.
- Ya, pero… bueno, mire, usted ha dicho que… Déjelo.


Acabamos a toda hostia, nos tragamos la botella de vino como si fuese de agua y salimos a pagar. Cuando llegó la vuelta, descubrimos que estaba mal dada: faltaban 8 euracos. Buscamos a la china de la sonrisa, pero la hija de puta había desaparecido. En su lugar, un chino adolescente nos miraba detrás de la barra.

- Amigo, faltan 8 euros.

El chino no sabía ni papa de castellano, o lo disimulaba de puta madre. Su sonrisa patrañera parecía congelada en el tiempo.

- ¡Que faltan 8 euros!

El chino miró la cuenta. Nos miró, dilató su sonrisa, aunque parecía imposible, y dijo señalándonos la puerta:

- Sí. Adiós. Glacias. Salida pol ahí.
- No, “Adiós Gracias” no, que me des los 8 euros que faltan.
- Sí. Adiós. Glacias.


Al final, aceptando la estafa, la increíble tomadura de pelo, nos fuimos pensando que si le hubiese tocado otro cliente patrio o a nosotros en otro momento, ese chinito estaba en un apuro.

Pero hay que reconocerlo: así se construyen los imperios, así se crean las grandes potencias. Mala comida, mal servicio y una inmensa y falsa sonrisa de oreja a oreja.

Y es que ya lo dijo la Pantoja: “Dientes, dientes, que es lo que les jode”.

Y si queréis más risas, el post de FRID de hoy.

20 comentarios:

Awake at last dijo...

Casi consigues contagiarme la mala leche, buff...

Mks.

Anónimo dijo...

jajaja...es curioso Iván, pero yo el otro día tuve también una experiencia que me hizo meditar sobre algo de lo que hablas aquí: imperialismo y comida.

Se trataba de un kebab turco, allí se comía barato, pero comida buena, y además en buena cantidad. Si lo comparas con el Macdonald, necesariamente la cadena americama se tiene que ir a la mierda. Ya no tiene futuro.


Si la comida habla de imperialismo, efectivamente la comida árabe, turca etc...de estos estableciomientos de comida rápida, es infinitamente mejor que la de los macdonalds.

Si esto habla de una civilización, entonces la cultura americana es una bazofia, mientras que la forma de vida árabe, turca etc tiene que ser mejor, a pesar de toda la propaganda.

Anónimo dijo...

jajaja...es curioso Iván, pero yo el otro día tuve también una experiencia que me hizo meditar sobre algo de lo que hablas aquí: imperialismo y comida.

Se trataba de un kebab turco, allí se comía barato, pero comida buena, y además en buena cantidad. Si lo comparas con el Macdonald, necesariamente la cadena americama se tiene que ir a la mierda. Ya no tiene futuro.


Si la comida habla de imperialismo, efectivamente la comida árabe, turca etc...de estos estableciomientos de comida rápida, es infinitamente mejor que la de los macdonalds.

Si esto habla de una civilización, entonces la cultura americana es una bazofia, mientras que la forma de vida árabe, turca etc tiene que ser mejor, a pesar de toda la propaganda.

Unknown dijo...

Si desea quedarse mal atendido, cabreado y sin 8 euros de más, marque "cagüentó"

Si desea que un chino le entienda, llámele "fu-manchú", a lo mejor consigue que se enfade y todo.

Anónimo dijo...

Pero si es mi amiga Cindy Entes
En Bilbao tb hay un mariquita super bajito al que llamamos... Elena Nou

Por cierto me troncho con el nuevo anuncio de las galletas Principe.
Se llaman Principe Double
y dice la voz en off que son el Double de buenas... ¡Con la U nuestra!

IVAN REGUERA dijo...

jajajajaja no lo he visto, pordios lo quiero veeeeeeer....

Leo dijo...

Joer Iván. ¿Has pensado en hacerte socio del Atleti?. Porque lo que no te pase a tí, jomío...

Pd: ¿Has montado ya la lámpara?. Veo las piezas unidas unas con otras mediante esparadrapo, en plan cazurro :p

IVAN REGUERA dijo...

Leo: jajajjajaja. No, Bosco Palacios, que es un manitas, me la montó por fin.

Marta G.Brea dijo...

Pero si en los restaurantes chinos se come carne de perro!! Ni en mis peores pesadillas entraré en uno de ellos.

IVAN REGUERA dijo...

Marta: Perro, gato, conejo... ¿qué más da si la salsa agruidulce es buena? ¡Ña ña ña ñaaaa!

Marta G.Brea dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marta G.Brea dijo...

Iván, no hay ña que valga, por diooossss, carne de perro!! Te voy a enviar ahora mismo unas fotos tremebundas que te impedirán volver a un chino, si es que no te llegó con esta última y surrealista experiencia.

Y de paso, si quieres, también te envío unas en las que se ve cómo preparan ratas y las camuflan para que parezcan conejo.

Quizá no sepas que soy vegetariana de toda la vida, suponga que va con la persona, soy incapaz de comerme a un animal por muy muerto que esté, pero comerse a un perro para mí es como comerse a un miembro de tu familia. Abominable!!

Por cierto, me alegro de verte más lunares, eres un artista del autorretrato.

Bss

IVAN REGUERA dijo...

Yo adoro la carne de toda la vida y de todas las clase. Cuestión de gustos.

Marta G.Brea dijo...

Yo también adoro la carne, pero la carne viva, la que late, la que puedo sentir y besar, pero jamás comer!!

Marta G.Brea dijo...

Iván, perdona, no quiero dar la impresión de que soy una talibana, porque nada más lejos de la realidad. Respeto muchísimo que se coma carne, por supuesto, pero me cuesta entender que alguien se coma un perro, y los chinos se lo comen.

Awake at last dijo...

Marta, no exageres, en España no se sirve carne de perro ni en los restaurantes de los canódromos, por Diosss (y conste que me horroriza la idea de que se haga en China)

XD

Mks.

P.D.

Marta G.Brea dijo...

Awake, yo nunca he dicho tal cosa, por tanto no exagero nada, eso en España y en Europa sería inconcebible. Pero en China, que es donde me refería cuando dije que los chinos comen carne de perro, existen mataderos legales de perros, y tengo fotos espeluznantes que lo demuestran.

Alguien quizá se pregunte ¿y por qué me horrorizo con el hecho de que se coman perros y no con los cerdos, por ejemplo? Pues decir que me horrorizo igual, pero con los perros no puedo evitar sentir una familiaridad y emotividad que ni siento con muchas personas, por eso respeto pero no comparto que se coma otro tipo de carne.

Uufff... esto da para debatir largo y tendido, y no sé si es el lugar idóneo, con permiso de Iván.

Espero que no te parezca mal mi comentario. Si es que en el fondo creo que estamos de acuerdo!

Bsos

Awake at last dijo...

Es que yo sí sé de un restaurante MUY concurrido de esta zona donde LITERALMENTE daban (mucho tiempo atrás) gato por liebre, XD

Mks.

Anónimo dijo...

Vivimos en la ignorancia...¿alguien ha estado jugando con corderitos recién nacidos? ¿hay algo más adorable?...¿sabéis qué se hace con ellos, con casi todos ellos?...

Partiendo de ahí...¿que diferencia hay entre eso y comerse a los perros criados para ello?...No es que me guste la idea, sino que ambas cosas en el fondo son horripilantes...

aitor dijo...

Yo cumplo a rajatabla lo siguiente: si el chino tiene menos de un tercio del aforo ocupado, no entro. No has trincao ni un bocao del lollito y ya te vienen con la caja de brochas.
Tampoco me fio de la gente a la que veo correr por la oficina ni de los tios que llevan perilla (de las tias, sí)