lunes, julio 07, 2008

Y LOS HAY


Esto que ven arriba es algo que le sirven a un desgraciado en un restaurante fetén hoy en día. Dice el crítico gastronómico al respecto: “De impacto las sardinas que elabora Ricardo Sanz en Kabuki Wellington: lomos de sardinas con pan con tomate, aceite, soja y aceite de la primera presión de la anchoa en salazón”. Guau. Yo sirvo esto en un asador de Santoña, de los de toda la puta vida, y me tiran a la marisma de la misma. Para que este insulto exista, hace falta un memo para pagarlo y tragárselo. Y los hay.



Esto que ven es una caña de pescar diseñada por un sinvergüenza que se hace llamar “diseñador de complementos”. La ha creado un tan Karl Lagerfeld para una empresa llamada Chanel. El complemento es la caña… de pescar. No sé si el sedal irá a parte, si también los diseñará, al igual que la cesta, los anzuelos o los gusanos para la carnaza, marca de los viveros Lagerfield. Para que este ultraje exista, hace falta un rematado idiota con pasta para pagarlo. Y los hay.



Y esto que ven es una rata. Sí, una rata embutida en una correa para pasearla por Central Park. Si no teníamos suficiente con los hijos de puta que llevan a su perro o gato a peluquerías de lujo o que los visten con ropitas de marca que ya quisiera un crío del arrabal, nos llega ahora la correa de lujo para tu rata favorita. Para que esta obscena locura exista, hace falta un subnormal para pagarlo y pasear a su roedor con una correa tan cool. Y los hay.

El otro día lo comentaba almorzando con Clot y Otis: el fin de todo, el Apocalipsis final, no llegará con un crack financiero o con un meteorito. Ya hemos llegado al Apocalipsis. O como me dijo Rafa Fernández, "no 'nos vamos' a la mierda. Ya nos hemos ido… y no nos hemos dado cuenta". Para que esto ocurra, hace falta gente como esta. “Creadores” y compradores. Y los hay. A patadas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que a ti te pasa es que no eres TARGET, Ivantxu.

Otis Driftwood dijo...

La publicidad consiste cada vez más en dar respuestas a preguntas previamente inexistentes. Nadie se plantea, de buenas a primeras, si necesita una caña de pescar diseñada por el cantamañanas ese o una correa para la rata. Se le crea la "necesidad". O eso o, como hablamos en el apocalíptico almuerzo, vivimos un progreso que precisa de la novedad permanente para combatir el aburrimiento generalizado. Una vez más, Sábato: "Lo progresista, en estos tiempos, es ser reaccionario".

Leo dijo...

Pues igual que ocurre con los móviles "hightech", llenos de gilipolleces que nadie utiliza, a excepción de los cconsabidos "geeks" pajilleros: nos los han metido directamente a capón; nos han hecho creer que son "imprescincibles para vivir" (juas!); y la gente, ímbecil del culo como siempre, se lo ha tragado.

Lo de esta chsma "cool" es de traca, pero como bien dice Iván la culpa no la tienen ellos, si no los imbéciles que les hacen caso. Y cada vez son más. Recuerdo en estos casos las sabias palabras de uno de los personajes de "Días extraños" de Katherine Bigelow: "El fin del mundo ya está aquí porque ya está todo hecho". Pues eso.

¡Muerte a las "tendencias"!. ¡Muerte al Iphone!. ¿Que vivan la tortilla de patatas y el perolo de fabes, coño! xDDDD.

Anónimo dijo...

Me imagino que al igual que canallas y canallones, hay horteras y horterones, timadores y timadorones,...

Anónimo dijo...

Ehhhh, a ver que descismos des los geeksss, payo que llamo a mis primos.

Yo pal curro tengo un palm pc, me ahorra pasos por la oficina, y termino antes de trabajar, eso sí, para mi vida personal, tengo otro móvil, con otro número, un nokia, a pelo, pa llamar y to eso.

Sobre el lomo de sardinas, es que vamos a ver, ni tanto ni tan calvo, para mi esta nueva cocina no deja de ser una cocina de degustación(cara de cojones claro), son manjares exquisitos, eso sí, no están hechos para llenar el estómago, que para eso ya tengo yo mi bar en Bravo Murillo, con mis raciones de toda la vida, mis buenos platos para cenar y esos camareros que no agobian.

Saludetes.

Anónimo dijo...

Tiempos extraños y difíciles. La gente está desorientada. Hay quien llega a ponerse nombre de página web.