Sigamos con Alex Faundez, de la revista Imágenes. Decía así en su última crónica: “Las encuestas previas al estreno de La sombra del poder demostraron que el público ya no tiene interés alguno en dramas adultos, algo obvio si se echa una mirada a la taquilla de este año, que muestra un asqueroso interés de las audiencias por comedias estúpidas y malas películas en general”.
“Los ejecutivos de Universal Pictures, conscientes de que los más de 60 millones de dólares que han invertido en La sombra del poder serán muy difíciles de recuperar, indicaron a ‘Los Angeles Times’ que cada vez será más complicado para un director o productor convencer a un estudio para que financie cine inteligente y adulto. Y la culpa no es de Hollywood, sino de su público. Que quede bien claro”.
Tiene razón Faundez, pero yo iría más allá: la culpa del fin del último gran Hollywood (años 70) fue de la industria, que quería más Tiburones y menos Toros salvajes, ¡pero al menos Tiburón era magistral! Hoy la industria sólo existe para ese público nada exigente. Es su niñera o es su dealer.
Nos quejamos de la falta de talentos y de la falta de talento de los que deben descubrir talentos, pero poco se habla del público. Poco se estudia la importancia que tiene para las decisiones empresariales esas legiones que abarrotan las salas para ver los blockbusters de turno, sus efectos digitales y esos personajes y tramas con la complejidad de un sacapuntas.
El insolvente cine español siempre ha ido a remolque del yanqui, con truños tipo REC o Los crímenes de Oxford. Acabamos de vivir dos nuevos ejemplos del nivel al que ha llegado nuestro público y su cine: Mentiras y gordas y Fuga de cerebros. Dos taquillazos. Dos películas de mierda.
Dicen los que saben de tendencias de mercado que hacia eso vamos, igual que los yanquis: hacia un cine más manso, más infantil. Creativamente indigente. ¿¡Todavía más?! Pero dicen mal, porque eso ya no será cine. Eso será otra cosa.
5 comentarios:
Ayer me di cuenta que el cine español tiene algo muy suyo, como un sello peculiar, viendo "GAL", película que regalaba El mundo: ¿puede ser más mala y ridícula una película, con esa tonta historia de amor entre los periodistas, los policias como sacados de "Torrente" etc etc...?
En realidad, empiezo a pensar que no es que sea incapacidad, es idiosincrasia.
Para que no todo sean penas.
Las cinco mejores películas españolas del siglo XXI.
Azuloscurocasinegro
La Caja 507
El Cielo Abierto
La Pelota Vasca
Mi Vida sin Mí, aunque sea producción canadiense
Manuel: desde luego es una película ridícula. Tenían todos los elementos para hacer una película interesantísima y optaron por un thriller.
Francisco Arroyo: joe, si que tienes memoria :) Yo no incluiría ninguna de las que mencionas y si "En la ciudad sin límites", tan buena que no parece ni española.
El caso es que, sin ser optimista, creo que estamos en un ciclo. Ahora caerá la calidad del cine, con honrosas excepciones, para volver a subir. Tocará padecerlo... o recurrir al dvd.
Interesante post éste. Ciertamente no se puede dejar a un lado la parte de responsabilidad en este desaguisado que le corresponde al público, maleducado (no hay más que meterse en una sala a ciertas horas) y mal educado para ver cine. Curiosamente es un tema que comentaba ayer con mi novia: ver cine no es lo mismo que ver TV, y hace falta una actitud (que no aptitud) diferente.
Manuel: GRAN reflexión, jajajajaja.
Francisco: ¿¿La Pelota Vasca?? Qué huevos tienes.
Azuloscurocasinegro, La Caja 507, y Mi Vida sin Mí sí me parecen grandes pelis.
Israel: Qué felicidad la tuya.
Leo: Hay por ahí una gentuza de espantar.
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