
He conocido a señores de más de sesenta años que han vivido toda su vida de la obra de su conocido padre. A gente que no la han hincado en su vida y que han vivido de puta madre a costa de ser "hijo de". Gente que a cuento de los "bienes intangibles" de papá viven de los derechos de autor de un muerto. Y creo que no es ético permitirlo. Es legal, por supuesto, pero de moral discutible.
Hace días leí en el blog Ponzonha algo que a cualquier experto en derechos de autor le pondría los pelos de punta pero que a mí me gustó: “Mi abuelo abrió una tienda de calzados en 1969. La trabajó, la levantó, le dio un nombre y llegado el momento, se la dejó en herencia a un hijo. Mi tío se benefició del trabajo de mi abuelo, es indudable, pero sigue teniendo que madrugar todos los días para ganarse la vida. Un autor trabaja para crear obras y cobra por ello, pero, ¿es legítimo que sus herederos sigan cobrando durante 70 años contados a partir de la muerte del autor? Es decir: ¿Por qué mi tío tiene que madrugar y los herederos de Cela, de Saramago o de Asimov reciben un ingreso mensual sólo por llevar su apellido?”. Escrito la noche del lunes 31 de enero de 2011.
1 comentario:
La zapatería no tiene valor sin la acción humana. Sin embargo, una obra de cualquier tipo sigue teniéndolo igual o incluso más a lo largo del tiempo. Difícil cuestión, sí...
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