Con ese aire de señorito de derechas dado al palique de cafetín que tiene, en el fondo José Luis Garci es un broncas. Ya la montó cuando le acusaron de “comprar” votos académicos al presentar ese truño llamado El abuelo, luego se desapuntó de la Academia de cine, poniéndola a bajar de un burro, luego llegó el despilfarro de su amiga Espe con esa cosa llamada Sangre de mayo… Y sólo cito algunas.
La nueva del broncas viene respaldada otra vez por la señora Aguirre, cuya sectaria televisión, Telemadrid, emite desde hace unas semanas un programita presentado por Garci, un espacio calcado a su recordado 'Qué grande es el cine', de La 2. 'Cine en blanco y negro' tiene una audiencia del 2.4% y 15.000 selectos espectadores.
Tras despilfarrar 15 millones de euros de los contribuyentes en el último fiasco de Garci, Aguirre ha denunciado que el Instituto de la Cinematografía denegó los permisos a Garci para doblar al inglés Sangre de mayo, y llevarla así a festivales internacionales. La poco administrativa explicación de Aguirre es que José Luis ha sido olvidado “por no haber sido de los de la ceja y porque no aplaude a ZP”. Eso es verdad… le aplaude a usted y a los suyos.
Estaríamos ante un nuevo escándalo si no fuese porque esto es más descojonante que dramático. Es como de coña. Aguirre, que encargó en persona a Garci la realización de Dos de mayo (“ayuda directa” se llama en la jerga del trinque a esto), tiene la santa caradura de acusar de amiguismo al Instituto de la Cinematografía cuando ella ha sido la madrina del despilfarro de un dinero público que podría haber costeado otros muchos proyectos menos aparatosos.
Aguirre, con un par, ha hablado de “sectarismo lamentable” y dijo que el resultado de Sangre de mayo, un fiasco en taquilla y un fiasco cinematográfico, “resulta artísticamente muy satisfactorio”. Ay, que me da.
Garci, con otro par, y tras recibir la millonada, ha exigido al ICAA el coste del tiraje de una copia (¡UNA!) en inglés de su film para pasearlo por festivales y países, entre ellos Bolivia, Chicago, La Habana, Australia o Marrakech. El ICAA, que dará a Sangre de mayo las ayudas a la amortización que le correspondan, ha pensado que tras recibir 15 kilos, bien se puede costear Garci la dichosa copia. Y ha pensado bien.
Dicen que Garci, el broncas, llamó (en el cine españolo casi todo se resuelve con llamadas) a Fernando Lara, director general del ICAA. No le cogió el teléfono. Y no me extraña.
Escrito la noche del jueves 19 de marzo de 2009.
viernes, marzo 20, 2009
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8 comentarios:
A Garci no le he escuchado nunca ningún comentario politico, ni le he visto detrás de una pancarta en una manifestación, ni tampoco en la sede de un partido político celebrando una victoria electoral.....
Juan Antonio: Yo le vi en una famosísima boda, en El Escorial.
De todas maneras, no hace falta hacer nada de lo que comentas para darse cuenta de lo rentable que le ha salido ser amigo de quien es.
Y la amistad es algo bonito y limpio, pero cuando hay dinero público en medio ya no me lo parece.
Bueno, si digo que Esperanza Aguirre es un cáncer político y una escoria, tanto en lo personal como en lo meramente político, no descubro nada nuevo. Pero como siempre, la culpa de lo que está pasando en Madrid la tienen los imbéciles que la han votado. Y que volverán a votarla en las próximas elecciones, y si no al tiempo. Nada nuevo bajo el sol, vaya.
El cambio de chaqueta de Garci en pos de unas suculentas migajillas recuerda al de otro de nuestros insignes politicastros: Fernández Ordóñez. Este ex ministro "sociata", ya fallecido, fue objeto de una brutal sátira por parte de los tíos de A Palo Seko, que le dedicaron una canción de su primer disco (1992, con el cadáver de este señor aún caliente) cuyo estribillo decía "Primero fascista / Luego centrista / Ahora socialista". La canción fue censurada, claro ;-).
Habría que componerle una semejante al amigo Garci. Quién le ha visto y quién le ve. Parece Pío Moa pero en cinéfilo, oigan :p.
He leído a Garci en prensa, lo he visto en su programa de cine en televisión, y lo escucho en la radio en el programa de "Cowboys de medianoche", y nunca le he oído hablar de política, así que eso de que es el Pío Moa cinéfilo no se de donde sale. ¿Cambio de chaqueta? puede ser, como muchos, y la primera Rosa Diez. ¿De derechas? Puede ser, como muchos, empezando por Pumares.
Leo: He leído por ahí que Garci no es de los de la ceja, es de los de los calcetines.
Juan Antonio: Garci, creo recordar, pidió el voto para el PCE y se rodeaba de rojetes. Luego están los amigos que, en los 80, le ayudaron a lograr un Oscar por esa cursilada llamada "Volver a empezar". Ahora es colega de personajes como Cascos, Aznar o Aguirre.
No es un pecado cambiar de amigos y de ideas, pero repito: SUS PELI SE LA HA PAGADO (ENTERA) UNA DE SU CUERDA Y CON DINERO DE TODOS.
ANTONIO: Para ser un chaquetero político y "medrar" en política no es necesario estar metido en el ajo ;-). Lo de comparar al elemento que nos ocupa con Pío Moa era una coña relativa al "escoramiento radikal" que puede experimentar más de un listillo con tal de vivir bien sin dar un palo al agua: Recordemos lo que era Moa hace 30 años y lo que es hoy, siguiendo el ejemplo que ha puesto Iván con Garci, solo que sin tiros (ni asesinatos a martillazos, literalmente) por medio. Únicamente con atentados fílmicos :p.
Fernández Ordóñez, elque fue ministro, fue un buen político. Tenía buenas ideas y no le importó empezar en el INI de Franco, seguir con la UCD y acabar siendo un ministro de Asuntos Exteriores ssocialista. Como esto último no acentuó nuestra proverbial vergüenza de ser españoles a diferencia de Castiella, Ana de Palacio o Moratinos. Una buena parte de los políticos de la transición procedía de los segundos escalones de gobiernos de Franco. Fernández Ordóñez había sacado una oposición y era ambicioso.
Ojalá todas las ambiciones se emplearan así: organizó el INI, implantó el impuesto sobre la renta, instó la inclusión del divorcio en el Código Civil.
Nunca fue sectario. Algo muy frecuente en quienes escogen para sus vidas la infrecuente senda ideológica que parte de la derecha y llega a la izquierda. Espíritus raros y finos a los que lamento no poder pertenecer.
Tal como están los partidos el transfuguismo podría ser una posibilidad subversiva. Si alguna vez me meto en la política será con intención de traicionar a mis compañeros de partido.
Francisco: Muy bueno eso de "la infrecuente senda ideológica que parte de la derecha y llega a la izquierda".
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