“Algo me he perdido”, me dije. Y más cuando Cuerda puso como ejemplo de éxito guerracivilista la falsísima El laberinto del fauno, con ese facha con gomina y correajes, que diría Pérez Reverte. El otro ejemplo de Cuerda fue Las trece rosas, más ridícula, falsa y panfletaria aun.
El otro día me preguntaba un conocido: ¿Qué problema hay a que se sigan haciendo películas sobre la Guerra Civil con el mismo derecho con que los norteamericanos hacen pelis sobre su guerra civil?
Por dos razones, le contesté. Una: porque en España no se ha sabido hacer de esta temática todo un subgénero, como supieron hacer los americanos. Y dos: porque Hollywood, desde sus inicios, supo dar OTRA VISIÓN alejada del lugarcomunismo de los liberadores de negros del norte y los salvajes feudalistas del sur. Y esto último en España es imposible porque somos muy catetos y no leemos historia y porque el cine está secuestrado por un grupo de poder ligado al Partido Socialista y su concepción sectaria de la cultura. Lo escribía hace poco Juan Manuel de Prada:
“¿Cuántas películas se han producido en España durante los últimos veinte años que tengan como asunto, principal o afluente, la Guerra Civil? Centenares, seguramente. ¿Cuántas ofrecen una visión que se aparte mínimamente del ‘patrón de juicio’ establecido por la izquierda? Ninguna, seguramente. ¿Hemos de pensar que en España no hay directores ni guionistas que desafíen tal ‘patrón de juicio’? ¿Hemos de creer que no hay millones de espectadores dispuestos a ver una película en la que no se pinte a quien combatían en el bando de Franco como villanos guiñolescos? Sin embargo, no hay productor en España que se atreva a impulsar un proyecto que desafíe el ‘patrón de juicio’ establecido, aun sabiendo que de este modo está reprimiendo el talento de un montón de cineastas; y lo que todavía resulta más rocambolesco, sabiendo que está renunciando a un público potencial de muchos millones de espectadores, que en nuestra democracia ‘de buten’ desempeñan el papel de apestados o frikis”.
O lo que es lo mismo: si se te ocurre hablar de las documentadas matanzas del bando republicano, por ejemplo, del saqueo y quema de iglesias, por ejemplo, de la traición nacionalista, por ejemplo, ¡ERES UN FASCISTA!
Volvamos a Cuerda, que me parece un tipo políticamente deleznable, pero curioso. El periodista le sigue preguntando:
– ¿Hasta qué punto es realmente posible no decantarse por un bando?
– Bueno, empezaron los falangistas. Desde un punto de vista moral, está claro que los principales canallas fueron esos ganadores.
Decir ante un medio serio “empezaron los falangistas”, resumir así, pin, pam, pum, la Guerra Civil es una osadía. En el caso de Cuerda no creo que sea ignorancia. Es mezquinad.
Escrito la noche del 27 de agosto de 2008.
17 comentarios:
¿Durante el gobierno del PP por qué no se impulsaron desde el Ministerio de Cultura proyectos que desafiaran ese patrón de juicio establecido? ¿Dónde estaba entonces ese montón de cineastas deseosos de transgredirlo?
Mira, Iván, aquí hay una cuestión. Cuando volvió la democracia no se debería haber hecho tabla rasa, nos faltó nuestro Nüremberg, y me explico.
El hecho de que los que durante treinta y cinco años masacraron los derechos del país no recibieran castigo pesa mucho, y cualquier cosa que vaya contra esos delincuentes le parece bien a quien sufrió (o es hijo, etc.) su despotismo.
Por supuesto que en tal caso también se debería haber juzgado todo lo malo que hizo la izquierda. Pero nos faltó esa justicia, y esa sensación de impunidad e impotencia ante ella (para mí) es ASQUEROSA (lo que no quita para que diga que las películas sobre la Guerra Civil las han hecho como el culo)
Por otro lado, yo te recomendaría que leyeras el libro en que se basa la película, todo son historias reales noveladas, y no tiene casi nada que ver con Las Trece Pánfilas.
Mks.
Iván, tema delicado...contar las barbaridades de la izquierda hace sospechoso de ser un facha. Y aunque puede ser, porque el sectarismo de los españoles es lo normal, no tiene porqué ser así.
Por otro lado, las cosas que hizo el bando ganador, en cuanto investigas un poco de manera local, sobre el terreno, pueblo a pueblo, no tienen nombre, y ni siquera la avalancha de películas cortadas por el patrón de la izquierda, para mi, las ha reflejado en absoluto en su medida, porque aquí semejantes brutalidades, parece que sólo se les pueden asignar a los nazis.
Para salir de todo este atolladero, yo diferenciaría siempre a las maquinarias de poder de uno y otro bando, de los simples ciudadanos. Por haber sido de derechas o de izquierdas, eso no hace a la gente facha o diablo rojo. Algo inocente que en la guerra, te puede llevar al paredón. Ahora bien, las maquinarias de poder, sean del bando que sean, suelen ser sanguinarias en casos de guerra, y para mi, a los comunistas, anarquistas etc...por haber sido los perdedores, no les fue posible llevar a cabo una represión posterior tan salvaje y sistemática como la que hizo Franco.
También hay que diferenciar la republica, de la república en guerra y los partidos que tomaron el mando entonces.
¿Hubieran los comunistas etc...si hubieran ganado, llevado a cabo la represión brutal que sí hicieron los franquistas?...
Probablemente sí...yo no me fiaría. Pero como no ganaron, para mi, sólo por eso, no se puede hablar en los mismos terminos que de los vencedores. Aunque sea por esa "tontería". No fue igual. No tuvieron posibilidad de la misma manera.
Contaba el poeta Joan Margarit en una conferencia a la que fui:
Neruda abandonó a su hija nacida con hidrocefalía porque era alguién importante y se pudo escapar a otra parte del mundo a vivir experiencias; sin embargo yo, no podía escapar, y eso fue lo que me salvó, y mi victoria.
Ese matiz que no dependió de él, fue lo que no le convirtió en el cerdo que fue Neruda con su hija abandonada.
Fíjate. Ahí está la diferencia.
Yo no me fiaría nunca de un vencedor que tiene a su merced a todos sus enemigos. Ni de mi padre me fio. Pero aunque sea por no haber estado en esa situación, ya esto salva de ser un asesino.
Claro que esto tampoco te hace un santo. Ni te da derecho a andar todo el día exponiendo tu perfección moral y santidad, cosa que la izquierda en este país utiliza a mansalva.
Querido amigo:
Leo desde hace algún tiempo su blog, que extrañamente me ha enganchado. En cierta ocasión estuve a punto de dejar un comentario a una entrada en la que creo que era un poco injusto con Rosa Díez (después de haber sido tantas veces generoso y entusiasta con ella, que tanto lo merece). Pude estar seguro de que si Rosa acude a saraos es porque necesita dar a conocer su proyecto y romper el bloqueo informativo que pesa sobre él, accediendo a las personas que manejan el cotarro. Y, bueno, la elección del vestuario... Ya sabe que Rosa Díez es una persona muy poco convencional, también vistiendo. A mí, personalmente, me encantan sus elecciones indumentarias, por osadas y chic/bohemias. Nada que ver con las petardas del Vogue.
Pero en esta ocasión le escribo para agradecerle la cita y decirle que quedo en deuda con usted.
Un abrazo fuerte,
J.M. de Prada
Bueno, "extrañamente me han enganchado" es una memez. Me ha enganchado porque es inteligente, verdadero e inquisitivo, y destila nobleza. Otro abrazo
Awake tiene razón: nos faltó nuestro Nürenberg. Aunque teniendo en cuenta cómo somos, sabe Dios qué hubiera salido de ahí. Mejor ni pensarlo, y no hay más que tomar ejemplo de lo que ha pasado en Argentina...
Respecto a la diferencia sobre cómo han tratado en los USA el tema de su terrible (sí, también lo fue) Guerra Civil, es curioso que haya aprovechado algunas de mis noches de "asueto" para ver Norte y Sur (sí, la serie del Patrick Swayze) entera. Hacía como 15 o 20 años que no no la veía de principio a fín. Y efectiamente, pueden estar seguros de que si eso mismo se hubiese hecho en España y sobre nuestra guerra, el resultado habría sido MUY pero que MUY diferente. Sólo hay que ver el respeto con que en la serie se trata al bando sureño, y eso que el follón lo empezaron ellos, a cañonazo limpio y a traición.
Al final va a resultar que el único capaz de dar una idea menos sesgada de lo que fue la Guerra Civil habrá sido Forges con su "Historia de Aquí". Y eso que Forges también es izquierdoso, a veces hasta la náusea. Pero en su libro no se corta en "retratar" a gentuza como Lerroux o el mismo Azaña (que también se lleva lo suyo, no crean) tal como merecen...
Y ya. Fin del discurso.
Mi paisano Cuerda me asquea profundamente, por mucho "Amanece que no es poco". De la que se cumplieron 20 años hace poco.
Los Falangistas empezaron?, ¿Cuándo?, si cientos de falangistas estaban en prisión bajo falsas acusaciones medio año antes de que empezara la guerra y la Falange Española prohibida por el gobierno, prohibición que los jueces declararon ilegal pero que el gobierno se negó a revertir.
Por ejemplo Jose Antonio fue detenido y luego juzgado 5 o 6 veces por distintas causas, de las que fue declarado inocente en todas, y que se le mantuvo en prisión por decreto gubernamental.
¿Por qué el gobierno republicano alentaba la quema de iglesias y la matanza de religiosos antes de la guerra?, qué clase de democracia es esa.
La república se convirtió bajo gobierno de la izquierda roja en un máquina de represión brutal antes y durante la guerra.
Y luego es que es como dice manuel g ni siquiera hacen cine fiel a lo que fue la guerra y la posterior represión del bando católico.españolísimo, sino que se dedican a teatralizar situaciones estúpidas y extrapolarlas a la situación actual.
Y como apunte, los falangistas en el 36, eran cuatro gatos que seguian a un señorito chalado.
Resumiendo que en la guerra civil no veo un bando demócrata y otro fascista, veo un bando soviético y otro fascista, y entre medias los españoles.
Cuerda, júbilate ya cojones que tus pelis son una mierda.
Bah, ya estoy cabreado, y yo aquí no vengo a cabrearme.
Luego otro matiz. No me cabe duda que los "rojos" con la guerra desatada o en una situación de tener a su merced al enemigo ideológico, cometerían, y de hecho cometieron, brutalidades de la misma calaña.
Pero hay otra diferencia, especialmente la que se dió en Andalucía: La derecha tenía como enemigo ideológico -aparte de los cabecillas, sindicalistas, políticos de izquierdas etc...- a una gran parte de la población campesina como simpatizante y activa en los movimientos sociales.
La izquierda, mataría con saña a los representantes del "orden", curas, terratenientes, políticos locales de derechas, cabecillas...y poco más...por el contrario la derecha, tenía a los campesinos como parte del problema, y por tanto se cebó en ellos.
Si a esto unimos que los militares tomaron el control rápido, eso hizo que la matanza haya sido mucho peor del lado franquista que del otro. Es decir, no ya sobre los "enemigos" sino sobre la población inocente campesina, obrera, humilde en general. Cosa que con la izquierda no hubiera pasado, o no pasó, porque la configuración de lo que unos y otros veían o tenían como el enemigo era distinta.
Y mera cuestión sociológica. La derecha depende de unas jerarquías, y la izquierda tiene una base activa más ancha.
Voy a decirlo de manera brusca. Los rojos hubieran matado a personas concretas, curas, terratenientes etc... pero a mucha menos gente.
La tragedia del país fue que ganaron los que tenían como objetivo fusilar, como quien dice, a una parte de la población.
En este aspecto, tampoco fue lo mismo.
Yo creo que en el imaginario, e igualmente en el imaginario cinematográfico que influye en gran medida en el general, la guerra civil se suele entender como una cosa de buenos y malos, asunto político, o sentimental, o de otras maneras, y eso hace que se oculte lo principal: la gran matanza sistemática que fue.
Esto es muy difícil de representar. Menos si el enfoque es siempre de una determinada manera. Leyendo artículos, crónicas, datos...de lo que pasó pueblo a pueblo por ejemplo en Cádiz, se me hiela la sangre. Cientos de personas, hombres, mujeres, esposas, inocentes... fusiladas en cada pueblo...por miles en las ciudades. En detalle, en documentos, y de manera acumulativa, el asunto es algo tremendo. Se me representa de la misma manera a otros exterminios que se han plasmado tomando como central el resultado crudo del conflicto, el exterminio nazi sin ir más lejos.
La única manera de acceder a esa visión, para mi, es conocer sobre el terreno, en detalle, cada caso, lo que pasó en cada pueblo, en cada ciudad. Nunca de manera general. De otra manera se oculta en el devenir de lo que suele ser una guerra más o menos "normal".
Cinematográficamente, o en el imaginario, jamás se ha conseguido representar la guerra civil como una gran matanza que fue. De ahí que la gente siga viéndolo ante todo como un conflicto necesario y justificado para unos y para otros (por muchos muertos que hubo “era necesario”) Un asunto de razones. Unos justifican el levantamiento, otros que había que luchar contra el fascismo. En esencia esta lucha maniquea, sigue estando por delante de la enorme matanza, y por tanto las razones de unos y otros tapan el exterminio.
Si el genocidio nazi se ha representada mostrando fisicamente en primer plano de manera central el asesinato de miles de personas como si fuera ganado, aquí la historia se argumenta de manera política ante todo, además de memorística, sentimental etc... mientras que el asunto crudo fundamental de la carnicería, resulta como secundario, o algo confuso, lejano... quizás sólo como la consecuencia normal, asumible, de la guerra. Prevalece siempre la visión como acontecimiento político, como una lucha por ideales etc... y casi nadie pone sobre la mesa la montaña apocalíptica de asesinados (como sí ocurre con otros “genocidios”, donde el genocidio en sí mismo es lo que centra la impresión, y hace palidecer cualquier otra razón, justificación o explicación del asunto).
Los "rojos" ya perpetraban matanzas antes de empezar la guerra. Eran detenidos por la policia y liberados por decreto gubernamental.
Es decir el gobierno se dedicaba a sacar de la cárcel a carniceros, con la única razón de que eran "rojos".
Antes y durante la guerra, los "rojos" se dedicaron a asesinar no solo representantes del sistema, sino también a agricultores no afectos, o a personas cuyo único delito era haber ido a misa.
Se hicieron en los años cuarenta algunas películas (malas) con ese punto de vista.
La vaquilla, la única película decente sobre la guerra civil, tampoco sigue el patrón (anuque los excursionistas al otro lado del frente vengan del lado republicano); y en una comedia divertida, con su guindita metafórica del final.
Creo que el autor de Coños no da en la diana. El problema no es tanto de banderías. El cansancio que provcan las películas sobre nuestra guerra civil nace de que, casi sin excepción, son mediocres o malas. Se parecen enormemente a la valoración histórica que merecen Franco y la república pero no se parecen en nada a lo que pudo pasar en aquel tiempo.
Y es lástima porque una guerra tiene mil historias para ser contadas. Recientemente un conspicuo miembro del "patrón de juicio", Javier Marías, ha publicado una larga novela en tres entregas en la que cuenta muy bien barbaridades de ambos bandos. No eché de menos, al leer aquellas páginas, ningún prejuicio ideológico.
Mi abuelo oaterno llegó a general con Franco. Mi abuelo materno estuvo en la guardia de asalto republicana. Cuando se veían, tomaban café juntos y se descojonaban recordando anécdotas de la guerra. Creo que a ambos les hubiera sudado la polla este debate.
Manuel G: Cuando nos movemos en el terreno de la ucronía todo es posible. Podemos sospechar (por lo que la historia ha demostrado) que con una victoria roja no llegarían ríos de chocolate y alta cultura para el pueblo, sino las purgas, los gulags... yo qué sé, el horror.
Juan Fran: Me gusta eso que dices: "en la guerra civil no veo un bando demócrata y otro fascista, veo un bando soviético y otro fascista, y entre medias los españoles".
Awake: Nos faltó nuestro Nüremberg, sí. Pero no hagamos Nürembergs en el cine por favor...
Prada: Si es usted (que en esto de internet nunca se sabe), encantado de que se haya enganchado a este blog.
El cine no tiene por qué ser veraz, pues es cine, no historia. Lo que nunca debiera ser es aburrido, eso es pecado mortal y hoy día se peca mucho en este sentido, padre Reguera. Todos sabemos que El triunfo de la voluntad es propaganda nazi, pero una película para quitarse el sombrero. O el acorazado Potemkin pura apología comunista, pero cine con mayúsculas. ¿Importa la veracidad? No, importa el cine. El laberinto del fauno es una película que es un cuento de hadas, donde los buenos son muy buenos y los malos muy malos, pero –en mi opinión-, es buen cine, que es lo que me importa. No así las 13 cosas –perdón, rosas-, que es un paquete insufrible y no por sectario, sino por aburrido.
El talentoso –que no se ría nadie- Cuerda, puede hacer la película que le venga en gana, que apuesto a que será mala de cojones y ojalá me equivoque, pero que no intente darnos lecciones de historia, que ya somos mayorcitos.
¡Cuánto tiempo, Wallander! Me alegra leerte. A mí El laberinto del fauno me parece un truño, como ya sabes. Y tienes razón en eso de que, sobre todo, importa el cine.
SOBRE LA PELI DE CUERDA:
La crítica a la Iglesia es durísima. Cuenta las perversiones sexuales de un joven diácono, cosificadas en las sinuosas caderas de Maribel Verdú, quien interpreta a la atormentada mujer de un republicano al que esconde en su propia casa.
El film entrará por la puerta grande en la próxima edición de los Premios Goya. Las bondades de la excelente producción y el trabajo de los actores se ocuparán de eso. Pero nadie podrá evitar que Los girasoles ciegos pase a engrosar, como una de tantas, ese interminable listado de títulos encaminados a legitimar la sempiterna división entre buenos y malos que, por muy cierta que fuese, resulta a estas alturas tan reduccionista como redundante.
-EL CONFIDENCIAL-
Hombre, Iván, igual de aquí a unos años te ganas una columna en ABC.
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