
“La joya de la corona, sin discusión, es el tontolpijo. Ése se sitúa por mérito propio en la parte alta del escalafón. En esencia, el tontolpijo es un tonto que suele dárselas de listo. Que no se entera de lo tonto que es, y encima se cree divino de la muerte. Un capullín puesto de perfil, o sea. Sabidillo y frivolón al mismo tiempo, con pujos de cantamañanas. Un tonto al que a menudo podríamos definir como políticamente correcto. O sea: un gilipollas”.
El encantador Luis Carandell escribió, en los años sesenta, un Diccionario Madriñelo-Castellano en el que se ocupaba de la palabra Gilipollas y sus variantes:
Gilipollas: insulto que sugiere una variada gama que va desde la timidez y la intención hasta la fatuidad y la seriedad desproporcionada a las circunstancias. O sea, que es un gilipollas.
Giliflautas: Variante del anterior.
Gilipichas: Variante ligeramente más ofensiva.
Gilipuertas: Variante para uso de personas más finas.
Gilitonto: Insulto entre niños.
4 comentarios:
La verdad es que el diccionario de la RAE se queda bastante cortito, no es muy bueno, parece hecho "para ir apañándose".
Gilimemo
AAaaaaaaaaaaah!!! Ahora me entero.
"¡Tantos gilipollas y tan pocas balas!".
Ford Fairline
:p ;-).
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