martes, junio 03, 2008

La clave de la independencia

“Según transcurrían los minutos y avanzaba la entrevista, el aroma del tabaco que exhalaba aquella pipa, y que cargó de nuevo otras dos veces, comenzó a extenderse por todo el despacho. La agarraba como quien agarra un cigarrillo, entre el índice y el anular, sin dejar espacio a la ambigüedad, entre calada y calada, en ninguna de sus respuestas. No tenía miedo de que no fuera la correcta, ni miedo a la posible mala interpretación o consecuencia. Hablaba por entre una gruta excavada en su barba, pintada con brocha de escarcha, que diría Javier Krahe”.

Así definió Juan José Aparicio a José Luis Balbín en nuestro libro dedicado a Carlos Pumares, cuando todavía teníamos la esperanza de hacer libros de entrevistas a grandes humanistas o personajes únicos. Hasta hartarnos de buscar. Ninguno de los dos olvidaremos el encuentro con Balbín y su pipa en la apartadísima sede de su revista La Clave, en el Polígono Industrial Las Mercedes, propiedad de la Familia Cort.

Cuando acabó el encuentro, Balbín se ofreció a llevarnos al centro en su viejo Jaguar. Y fue allí, mientras conducía, donde nos confesó, ya sin la grabadora encendida, que publicar algo fuera de las grandes corporaciones mediáticas era una locura y que su revista estaba herida de muerte.

Ya circula por la red la pésima noticia. El semanario La clave parece tener los días contados: la antes citada Familia Cort, principal accionista, no quiere seguir perdiendo dinero con una publicación deficitaria. Se rumorea que antes de cerrar definitivamente, la revista podría convertirse en mensual o en una publicación digital, pero sólo son rumores.


PR noticias ha publicado que “algunos grupos regionales encabezados por José Luis Ulibarri, José Miguel Méndez Pozo y Félix Abánades están tras la pista del rotativo”. Dice también que “a estos editores de provincias que no tienen caché nacional, les vendría bien una publicación como La Clave para tener visibilidad nacional y ganar influencia entre círculos políticos fuera de sus provincias”. Es decir: adiós a la independencia de Balbín.

¿Y quiénes son estos señores? José Luis Ulibarri es el dueño de Diario de León y de TV de Castilla león, José Miguel Méndez Pozo posee el Grupo Promecal, de Burgos, y Félix Abánades es dueño de una inmobiliaria que tiene varios medios de comunicación en Castilla La Mancha y una participación en Antena 3.

Balbín, su pipa y su revista eran de los pocos fortines independientes que quedaban en el ponzoñoso periodismo nacional. ¿Información? ¿Noticias? ¿Medios de comunicación? Tenemos muchos. ¡A toneladas! ¿Pero cuántos informadores libres o decentes? Si no dependen del poder político de turno, obedecen al poder económico de siempre. O a los dos. Ya lo escribió Bradbury, recuperado por Aparicio en el libro sobre Pumares:

“Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos “hechos” que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse”.

4 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Se me viene a la cabeza.la mítica sintonia compuesta por el inolvidable Carmelo Bernaola.Sintoma de que era viernes y tenia yo dos dias sin colegio alejado de tablas y pupitres.Tambien esos tres monos que simbolizaban cada cual una cosa dibujados por el genial Alfonso Ortuño.Una epoca ochentera que a veces nos brindaba soplos de libertad en una casi recien estrenada España democrática.Hoy,en este confuso siglo XXI y en la España del "talante" de hoy,impensable un programa en la 2,como lo fué el de Balbín.Eran como el Guadiana.

Anónimo dijo...

Juan Carlos No se que tenía esa música, pero invitaba al espectador a permanecer el silencio, escuchando el debate. Me gustaría saber donde puedo encontrarla en mp3.

Personalmente, con la clave aprendí a desconfiar de los políticos por una cosa subjetiva y muy simple: Los contertulios se presentaban bajo una etiqueta con su profesión o especialidad, salvo los políticos, que aparecían tras las siglas de un partido. Consideré entonces que estos últimos no hablaban según sus conocimientos sino siguiendo las directrices de un partido.

IVAN REGUERA dijo...

Juan Carlos: No sabía que aquellos monos eran de Ortuño. Hace poco revisé lo que hay de La Clave en Youtube y te quedas perplejo de la CALIDAD de los tertulianos. Esa excelencia, que diría Ferrand.

Cacaseno: Eso mismo nos dijo Balbín. Ahora los "debates" de la tele se llenan de políticos y ¡¿qué va a decir un político?!

Leo dijo...

A mí me dio por eso mismo (revisar Yotube en busca de TV española de calidad) las últimas veces que estuve haciendo turno de noche en el curro. Entre eso había cosas de La Clave, por supuesto. Y bueno, creo que no es necesario comentar nada más.

Que Balbín es un "marginado" dentro del guirigay mediático español podría dar idea incluso la propia sede de su revista, no muy lejos de donde se encuentra la sede del ABC. Sólo hace falta comparar, circulando de noche por la N-II, los rótulos luminosos que "presentan" a cada medio: El de La Clave apenás se distingue en la oscuridad, mientras que en la sede de ABC el rótulo de Vocento se ve más incluso que el del propio periódico O_o.

A este paso, la palabra "independencia" tendrá que ser borrada del diccionario, y sólo será usada en las Vascongadas o en los Balcanes, huelga decir en referencia a qué.