Tlicolnios

Contaba nuestro trilero presidente (ahora soy patriota, ahora no lo soy) que siempre preferirá la industria española, la mejor que hay en el mundo, a todas las demás. Y olé.

Hace poco, nos hemos enterado de que los tricornios de gala que se hacen artesanalmente en Sevilla ya no los reclama la administración, que ha decidido comprarlos a China, igual que ha hecho la Chacón con los trajes de nuestros militares. Todo por la patria... China.

Los tricornios sevillanos, una joya artesanal, un negocio familiar de décadas, costaban 24 euros la unidad. Los chinos, los tlicolnios, son más baratos: cuestan sólo 4 euros. ¿Por qué? Como siempre, por la materia prima y por la mano de obra. Los sevillanos se hacen con corcho y respetan la jornada europea. Los chinos con plástico puro y duro y son trabajados por chinos que trabajan como chinos. Es decir: como desgraciados. Y en Sevilla veinte currantes a la puta calle.

Por un lado predican una cosa y por los bajos hacen otra. Un gobierno muy progresista que favorece el infame modelo chino en las compras de la administración. Cojonudo.

Y luego a hacerse fotos y a cantar la Internacional a las minas asturianas. Manda huevos, que diría aquel ministro del "viento de poniente".

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