miércoles, octubre 07, 2009

Tres preguntas y una prioridad

Pongamos un ejemplo sencillo, tan viejo como el oficio más viejo: un hombre está solo y ha decido disfrutar de un poco de sexo. Y ha decidido hacerlo pagando. Allá cada uno. Este señor está cachondo y ha comprado el periódico (pongamos El Mundo o El País) para encontrar, en los anuncios de putas, una que se acueste con él. Una hora en su casa por 100 pavos.

Pregunta 1: ¿qué pinta en su edredón una ministra? La situación era tan normal hasta hace siglos, hasta que Bibiana Aído, madre priora del orwelliano Ministerio de Igualdad, ha sentenciado que censurar los anuncios de contactos “es una prioridad” para su gobierno, como si el Gobierno no tuviese suficientes prioridades con la que está cayendo en las cuentas del reino.

La disfracen como la disfracen ministras alférez o hipócritas de tertulia nocturna, la mayoría de la prostitución es libre y voluntaria y no es el de los clasificados, como el puterío, un tema tan moral como económico. Recordaba PR Noticias que Bibiana no cuenta con que los periódicos, tocados por la crisis, dependen de los instintos primarios de sus lectores. Estamos hablando del 3% de sus ingresos publicitarios. 15.000 euros diarios en plena crisis publicitaria. Sólo para El País, el diario de progres y “progras”, estos anuncios suponen el 3,2% de los 170 millones de euros de sus ingresos.

Frente a las prioridades de la ministra, Pedrojota y Cebrián se van a poner de acuerdo por primera vez en su vida gracias a las putas y a los chaperos: no se plantean eliminar esta publicidad. Público, panfletito del régimen zapateril, se ha mostrado a favor de la cruzada de Bibiana. Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas (ya el nombre da cague), ha declarado que es necesario “tomar medidas coactivas” contra los periódicos. Castración, propongo.

Hubo una ministra, Elena Salgado, que orquestó una cruzada contra el vino, una prioridad. Ahora Trinidad Jiménez amenaza con otra prioridad: la campaña final contra los que fumamos. Pregunta 2: ¿por qué detrás de estos sofocones burgueses siempre hay señoras? Pregunta 3: ¿Por qué las progres están tan obsesionadas con nuestras pulsiones y decisiones privadas?

Escrito la noche del 6 de octubre de 2009.

3 comentarios:

Dani dijo...

Están en contra del sexo de pago porque denigra, pero no de la prostitución, eso está claro. Tanta mierda dada de antemano, tanto ssectarismo, sólo les perjudica a ellas, que con la bandera feminazi a cuestas, quieren abolir el oficio más antiguo del mundo y ponerlas a todas a limpiar escaleras, ¡qué civismo, qué cinismo!

Manuel G. dijo...

El otro día en el Magazine de El Mundo un experto en relaciones de pareja decía que, en las relaciones con los hombres, "las mujeres lo que buscan son "recursos". Ha sido así desde por lo menos 1 millón de años. Si un hombre se deprime y no quiere trabajar, la mujer lo dejará. No todas las veces, pero en general sí."...jaja

¿Y si hubiera muchas cuestiones que la sociedad quiere tapar a toda costa porque precisamente se descubre lo que somos y porque el ser humano necesita cierto camuflaje para poder vivir?

Las "señoras" tienen que mantener la visión "decente" de la vida y de la mujer que les da cobertura...¿para desplumar y esclavizar a sus maridos a cambio de favores femeninos?

Leo dijo...

Los progres no dejan de ser nazis. De izquierdas, pero nazis al fin y al cabo.

Ya he dicho un millón de veces en este blog que no hay peor inquisidor que el judío converso. Y es una verdad como un puño: la prueba es el rechazo que genera en muchos tíos el tener a una mujer como jefa, sin ir más lejos ;-).

Resulta curioso que el afán de igualdad de nuestra sociedad esté generando precisamente lo contrario de lo que quiere fomentar: más rechazo recíproco entre las pates afectadas, más reaccionismo y enfrentamientos.