martes, junio 16, 2009

Diferentes ante la ley

Hace poco se supo la noticia. Un sevillano ha permanecido casi un año en la cárcel por culpa de su ex parienta, que interpuso nada menos que ocho denuncias falsas por malos tratos. La tipa se autolesionó para que entrullaran al pobre desgraciado. “La Ley Integral contra la Violencia de Género protege totalmente a la mujer, dándole mucha fuerza y deja indefenso al hombre”, ha declarado.

Hace pocos años aumentaron ferozmente las denuncias por violencia doméstica de mujeres. Alguna feminista trasnochada o rezagado mental podría defender este aumento aduciendo que ahora las hembras también cascan al macho y la cosa ha cambiado, democráticamente, igualitariamente, a casos de víctimos y verdugas. En 2004 llega el bolero ZP al poder y todo muta. A peor, cómo no. En vez de optar por proteger a todos por igual, el presidente, sus plataformas mediáticas y sus hacedores de leyes prefieren optar por otra jugarreta publicitaria.
En la era ZP prima el sexo del agredido y no la convivencia o el parentesco entre los que litigan.

En su debido momento, la RAE expresó con preocupación que la ley estaba mal concebida: se debe llamar violencia doméstica, no “de género", porque son los animales y las cosas los que tienen género y las personas las que tienen sexo. Pero, ¿qué más da otra perversión orwelliana del lenguaje?

Las denuncias de ellas se multiplican y las sentencias a su favor en casos de divorcio son legión, igual que las gangas legales que logran con sus acusaciones. Y a esto se suma la aterradora “información” de los medios. Propagandística, sexista, manipulada, distorsionada, amarillista y reduccionista.

Hace días leí lo que dice la ley, y le invade a uno un auténtico horror al comprobar cómo se puede llegar a pisotear a ciudadanos (frente a las ciudadanas) en nombre, precisamente, de la ley. Dice así:

LEY ORGÁNICA 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género: Las lesiones (…) podrán ser castigadas con la pena de prisión de dos a cinco años si la víctima fuere o hubiere sido esposa, o mujer que estuviere o hubiere estado ligada al autor por una análoga relación de afectividad, aun sin convivencia.

Artículo 39. Protección contra las coacciones. (…) Se añade un apartado 2: El que de modo leve coaccione a quien sea o haya sido su esposa, o mujer que esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad, aun sin convivencia, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año.

Escalofriante.

Escrito el domingo 14 de junio de 2009.

1 comentario:

Leo dijo...

El otro día lo comentaba con un colega: hemos pasado de la "dictadura del patriarcado" a la del matriarcado. Las feministas se han desligado de los yugos que las han aprisionado durante siglos, demostrando que los extremismos, sean del tipo o género que sean, son siempre eso: extremismos.

Me viene a la cabeza una pasaje de "Grita Libertad" que va al pelo para el tema que nos ocupa: uno de los seguidores de Steve Biko aboga por el uso de la fuerza por parte delos negros para asaltar el poder, utilizando contra los blancos la misma medicina racista que éstos han estado usando contra ellos desde la instauración del Apartheid, para que sepan lo que es sufrir eso. Biko, sin inmutarse un pelo, contesta simplemente que "si cuando tomemos el poder nos comportamos igual que los que están ahora en él no habremos cambiado nada. Sólo pondremos a un negro en el lugar de un blanco". Pues eso ;-).