jueves, diciembre 17, 2009

Ni Caso

Hace unos días, Ángeles Caso, ganadora del Planeta, escribía en el diario Público: “Cada vez cunde más la idea de que la cultura debe ser gratuita y que, por lo tanto, uno debería poder descargarse en su ordenador y disfrutar de músicas, pelis o fotos. Si alguien coge productos de un supermercado sin pagarlos sabemos que está obrando mal. Los creadores tenemos como los demás la mala costumbre de comer, vivir bajo techo y vestirnos. Las descargas ilegales hay que perseguirlas. No sé cómo, pero debemos hacerlo si no queremos que desaparezcan todas esas músicas, pelis o libros que tanto ansiamos”.

Qué cansado estoy de que gente como la Caso me llame ladrón por intercambiar discos, pelis o libros, afición que practico desde que cogía prestados tebeos o grababa caros vinilos de amigos en baratos casetes. La de Caso, por desgracia, es una opinión extendida. Últimamente he leído chorradas similares a uno que se apellida Herrero, productor, y a otro que se apellida Hidalgo, guionista. Los dos me llamaban chorizo o pirata.

Confunden, mostrencos, cultura con industria cultural, una industria que ha timado a consumidores y a millones de creadores musicales, cinematográficos o literarios durante años, dejando que los intermediarios o distribuidores se forraran a costa de los currantes.

Hasta hoy, la industria ha moldeado los gustos de la gente. Ahora la gente se baja y comparte de todo. Y selecciona, y descarta morralla. Dice la señora Caso que corremos el riesgo de que “desaparezcan todas esas músicas, pelis o libros que tanto ansiamos”. No, mujer, puede desaparecer Bisbal. O usted. Han sido décadas de estafarnos con discos, pelis o libros infumables a 20 euros. Y se acabó. Yo, por ejemplo en Spotify, escucho gratis -y a veces compro a un precio muy asequible- discos magníficos de músicos que se ganan la vida con bolos o se dedican a otras prosaicas cosas, como usted publicando sus hemorragias mentales en Público.

A ver si nos centramos de una vez: cultura no es industria. Comparar esto con chorizar productos en un super es insultarnos. Las lechugas no se pueden reproducir y distribuir infinitamente con coste cero. Se inventó una bestia parda llamada internet y ese invento permite un intercambio cultural como nunca se ha vivido. No haberlo inventado. Pagamos un vergonzoso canon por una impresora, un escáner, un disco duro o un DVD. ¿Vamos a pagar DOS VECES por lo mismo? ¿Nos toman por retrasados mentales, nos insultan y encima con la conexión más abusiva de Europa?

“Vendrán distintos modelos de negocio, formatos y circuitos de distribución. No necesariamente hechos por las mismas personas, sobre todo sin son incapaces de adaptarse a los tiempos”. Esta gran verdad la ha dicho, hablando de cine, Ignasi Guardans, ¡fichado por la Sinde! Qué lío. Caso & company: modérense, respétennos, recíclense, busquen otro modelo de negocio o palmen.
Escrito el domingo 13 de diciembre de 2009.

8 comentarios:

Juan Antonio dijo...

Que levante la mano quien se haya bajado de la mula un libro de Ángeles Caso o un disco de Ramoncin.

Ohhhh! no veo a nadie con la mano levantada. . . . .

Leo dijo...

Juan Antonio: Jajajaja.

Tal como dice Iván, suena ya muy cansino (además de tratarse de un argumento muy pueril) lo de comparar Internet con un supermercado. Eso es loq ue querrí toda esta gente que fuera, pero me parece a mí que va a ser que no... Muy mal acostumbrados están estos elementos, comportándose como intermediarios en el comercio de fruta...

Ójala quede en el mundo una pizca de justicia poética, y en unos añitos podamos ver a toda esta chusma haciendo lo único para lo que realmente sirve: fregar escaleras, barrer calles y vaciar cubos de basura. Y los que no sirvan ni para eso (la gran mayoría, a decir verdad) pues a dormir bajo cartones.

Dani dijo...

Otra que dijo ídem en XL Semanal fue Carmen Posadas, la ex esposa de yuppie metida a escritora, ¡qué asco!

Anónimo dijo...

Yo de lo que estoy hasta los huevos es que utilican la palabra pomposa de CULTURA para referirse a pelis, libros y discos.
Yo no soy ningún intelectual por llevar toda mi vida viendo pelis o leyendo libros.
Yo cago y meo como todo el mundo

napalm dijo...

La caída meteórica de la industria va a significar en realidad que nadie va a poder ganarse la vida a cuenta de vender discos (que sí de cantar) o de escribir libros o de hacer penículas. Como los pintores o los escultores, que raramente se ganan la vida dejandose la vista delante de un lienzo, a estas artes sólo accederan los que no busquen el lucro a toda costa, los que realmente necesiten escribir o hacer pinículas o cantar, en definitiva, la gente con convicción, con dedicación, con emoción.

Natxoman dijo...

Una cosa es el intercambio que tu comentas y otra los nuevos o (nulos) hábitos de consumo. Las nuevas generaciones se bajan todo de la mula, consumen música, cine y televisión a gasto 0. Y eso, afecta a muchas personas, no sólo al dueño de Virgin y a Enrique Iglesias. Yo creo es es vamos hacia una situación insostenible creada por las reglas del capitalismo. Nos inculcan la idea de no poder vivir sin tantos productos. Y quieren máximos beneficios a mínimos costes. Nosotros somos dignos aprendices de esos postulados. Queremos el Pc con grabadora, adsl y toda la música al alcance gratis.

Explorador dijo...

A mí me parece una idea defendible, natxo, pero es que la ley hoy dice que eso no es delito, así que si quieren luchar contra eso, que actúen de forma clara: lo que hacen ahora es permitir con una mano y amenazar con la otra.

Morgray dijo...

No, Explorador, lo que hacen ahora es permitir con una mano y COBRAR con la otra.

Estoy de acuerdo con la idea de que los cambios que estamos viviendo traen consigo una "selección natural" de los "creadores", como les gusta llamarse a sí mismos. Por una parte, quedarán los Artistas, los de verdad, que sí venderán discos y demás material. Por otra quedará la morralla, que tendrá que ganarse la vida a golpe de actuación, como fue toda la vida, por cierto.

Lo que pasa es que es muy cómodo grabar un disco en una semana y luego levantarse cada día a ver cómo aumenta mi cuenta bancaria.

Y otra puntualización para Iván: no nos cobran dos veces por lo mismo. Lo hacen más de dos. Si yo me compro un disco (y suelo comprarlos, muy selectivamente, eso sí) y lo copio para conservar el original (me gusta cuidar los discos, luego lo paso a MP3 para el coche, aparte decido comprarme un Ipod o similar, pongo una de las canciones como tono en el móvil y finalmente imprimo la letra de las canciones por mi impresora... ¿Cuántas veces estoy pagando? ¡Estos vampiros cobran por TODO lo que he mencionado!

No tienen vergüenza.