
Una pupila del señor Sánchez también dijo, en una mediática ocasión, que le encantaba leer en los hoteles, y que le gustaba dejar las novelas que había leído para que el siguiente que ocupase su habitación disfrutara de la misma literatura que ella disfrutaba. Es decir: que pareció gustarle la farsa dragoniana y la expandió, quedándose tan pancha, como el televisivo autor.
Hace pocos días, de vinos con un gran colega que es recepcionista de hotel, recordamos aquellos bulos de los dos autores y “comunicadores”. Mi amigo, muerto de risa, me dijo que aquella era una de las mayores gilipolleces que había escuchado. Y me recordó que en un hotel existe una cosa (apunten, señores autores de prestigio, para sus obras y sus sainetes televisivos) que se llama servicio de habitaciones.
Cuando ese servicio descubre algo, lo que sea, del cliente que ha dejado la habitación, ese algo es depositado en recepción. Y ese algo que se deja un tiempo allí, o se lo ojea el recepcionista o se tira a la basura, algo que se puede hacer sin remordimiento, tipo Umbral, con ‘El sendero de la mano izquierda’.
Esctrito la noche del 12 de noviembre de 2008
4 comentarios:
Dragó es ansí, seguro que llamó antes asegurándose que el que llegara fuera también un letraherido. Por cierto, que en su programa de TM, llevó el otro día a un trasunto de Boris Izaguirre, Jaime Baily creo que se llamaba, con el que habló de la marihuana en pastillas.
Dani: Por mí como si habla de supositorios. Es una pena que sea tan cargante, con lo majo que suele ser su programa a veces.
Vamos, que Dragó miente como un bellaco ;-). O eso o que se aloja en hoteles cutres o en pensiones de esas que alquilan habitaciones por horas....
Dragó nunca ha sido santo de mi devoción; y menos desde que una noche, en su antigua tribuna onanística de Telemandril, comentara que no entendía por qué los de la Plataforma por la Vivienda Digna iban por ahí montando los follones que montaban (ni que fueran una guerrilla maoista), porque él también había tenido que currárselo mucho para tener casa propia. Valiente hijoputa.
Leo: Se puede decir más alto, pero no más claro. Para la historia de la tele queda su informativo "de autor", que empezó bien, pero también sus babosas entrevistas a gente como Aznar, Aguirre o Ana Botella.
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