jueves, febrero 26, 2009

El gentucismo acecha

Escribe hoy Tertsch:

Les ha reventado la cafetera, el ordenador y la máquina de tabaco. ¡Vaya por Dios! Se llama Emilio Gutiérrez, no le conozco y debe de ser uno de los pocos de su edad que no se ha tuneado el nombre para ser Jemilio o Txutierrez. Cierto, no todos lo hacen por gusto. Se hace por miedo. Papá y mamá quieren que el niño vaya a la ikastola integrado. Y por eso dan ellos el primer paso para ese principio de la vida en cobardía.

Emilio se sigue llamando Emilio y Gutiérrez. Y pensó el otro día que estaba hasta las pelotas. Vendrán muchos cursis a decirnos que uno no se puede tomar la justicia por su mano y que su maravilloso grito de guerra de «ojo por ojo» les parece peligroso. Lo siento mucho. Creo que si hubiera habido en las últimas tres décadas más Emilios Gutierrez en el País Vasco, quizás no hubiéramos llegado a sumirnos en el lodazal moral, en la sociedad cobarde, chata y miserable que hoy tenemos en sitios que tanto amamos.

El artículo de hoy de Don HERMANN TERTSCH es, sencillamente, redondo. LEELO AQUÍ.

6 comentarios:

Leo dijo...

Gran artículo, pozí. Hay que reconocerlo aunque el autor no sea santo de mi devoción.

Es hora de entonar todos juntos el estribillo de aquel temazo de Eskorbuto: "A la mierda / a la mierda / a la mierda el País Vasco / A LA MIERDA YA".

Electroduende dijo...

http://www.soitu.es/participacion/2009/02/26/u/bosco_1235656551.html

Anónimo dijo...

"Y les ha reventado la cafetera, el ordenador y la máquina de tabaco. ¡Vaya por Dios! "

Algo falla cuando los políticos deploran el comportamiento del chaval, aunque lo comprenden, equiparándolo en cierta manera a la violencia terrorista.

¡Vaya por Dios! ¡Si ha roto los cristales!

Lo que ha hecho el chaval es una tonteria, una minucia que apenas merecería comentario, si no fuera porque el chaval se juega la vida. Eso es lo importante, y por eso nos impresiona a todos.

Pero parece que ha hecho algo comparable a lo que hace los terroristas.

"A esto lleva el hartazgo"...decía Ibarreche.

Si, hay peligro de guerra civil: los comandos de eta, los guerrilleros callejeros, los chantajistas del impuesto revolucionario... contra el joven rompecristales.

Es muy ridículo.

Anónimo dijo...

Un búfalo no pensaría con más claridad.

Leo dijo...

FRANCISCO: No te lo tomes a mal, pero que no te toque a tí que una cuadrilla de hijos de puta te destroce la casa dos veces, que alguien de tu familia más próxima tenga que llevar escolta por causa de sus ideas políticas, y que por añadidura los susodichos hijos de puta se rían en tu puta cara, viviendo encima a cuerpo de rey con los impuestos que TÚ pagas.

De acuerdo, esa reacción rabiosa tal vez no sea la más adecuada, pero tú carga durante años con todo lo que he comentado antes y ya me dirás cómo reaccionarías, majo ;-).

Como llevo diciendo desde hace días a cuenta de eso, la pena es que sólo fuese uno el que se presentó con la maza. Hay casos en que responder según la ley del Talión está plenamente justificado (sí, lo habéis leído bien), y este sería uno de ellos.

Anónimo dijo...

No me ha tocado y no me gustaría que me tocase.

Pero hay algo que me da más miedo aun. Ser uno de los hijos de puta que destroza la casa dos veces, amenaza al que se le pone por delante y colabora para que a otro le peguen un tiro en la nuca. O que mi hija, mis hermanos, mis amigos lo fueran.

Porque tengo claro lo que no quiero es por lo que me parece que la forma de razonar de Tertsch es propia de la paleohumanidad.

Cómo no voy a sentir simpatía por el coraje de ese hombre. Gutiérrez no ha hecho gran cosa de malo (romper unos cristales,una máquina de tabaco y una cafetera) y su gesto es de un coraje insólito: el solitario que decide enfrentarse con una maza a quienes llevan años viviendo en el mundo de la amenaza virtual (la de los españoles a los vascos) y en el de la real ( la de ellos hacia sus vecinos).

Pero esa simpatía se para en seco ante él y no se extiende a lo que ha hecho. El de la herriko tabera es además de un infame abertzale dueño de un bar. Y esas innstituciones, los bares, me inspiran respeto y afecto. Lo que ya es de aurora boreal es poner su desquicie como ejemplo. ¿Contra qué se supone que luchamos?



Si, como pide Tertsch, muchos más hubieran cogido la maza, piensa en la cantidad de sufrimiento extra que hubiéramos contemplado.