jueves, febrero 19, 2009

TIEMPOS MODERNOS

En todos estos meses, desde que empecé a hablar en este blog del respeto que me merece gente como Rosa Díez, Fernando Savater, Fernando Maura, Álvaro Pombo o Mikel Buesa, desde mis encuentros con ellos en la calle, en sus humildes debates ciudadanos o en menesterosos mítines, ha pasado de todo.

Rosa Díez ha subido espectacularmente en las encuestas. En el país vasco, los listos del PSE, Patxi López a la cabeza, y los despistados del PP vasco, Basagoiti a la cabeza, están de los nervios. Algunos medios de comunicación han empezado a hacer caso a Rosa, y lo más alucinante: la mayoría de la gente que me rodea me ha confesado alegremente que van a votar a UPyD. Me pasa como al Dragó, que decía lo mismo hace poco.

Y escribo “alegremente” porque a día de hoy decir que se vota a UPyD se hace con orgullo, con relajación, con tranquilidad, serenamente. No es como decir “soy del PP” o “soy del PSOE”. Cosa curiosa. Seguro que muchos me entienden. Y todo esto no sólo lo experimento con amigos o familiares,
también se lo empiezo a leer o escuchar a periodistas, antes mudos, que confiesan abiertamente que su opción será UPyD.

Ahora los que votamos convencidos a Rosa y los suyos, y los que aun se lo están pensando, no debemos plantearnos el voto como el apoyo a un partido bisagra. De bisagra, nada. Aunque ejerza de ello, UPyD es un partido como la copa de un pino, moderno, regenerador, valiente. Olvidemos el voto útil y votemos por convicción a un programa y también contra el bipartidismo, contra la asquerosa partitocracia española.



Mientras los medios hablan de cacerías a lo Berlanga y espías a lo Ibáñez, mientras uno destapa o denuncia la corrupción del PSOE y el otro la del PP, Rosa ha sabido currarse la red, ha sabido manejarse en internet como no lo han sabido hacer los grandes partidos nacionales o los nacionalistas. Y aun no hemos analizado la importancia europea que tiene que en un país nazca un partido nacional en medio de los dos grandes. Me parece la de Dios.

“Un día un corresponsal extranjero preguntó a Savater: ‘¿En qué momento exactamente tomaron ustedes la decisión de constituir el partido político? Él respondió: ‘No lo sé. ¿Recuerda usted la película Tiempos modernos de Charlot? ¿Recuerda la escena del camión que lleva unas vigas y se le cae el trapo rojo que se suele colgar de las vigas para anunciar peligro? Charlot pasa por ahí, y, como es tan educado, coge el trapo y sale corriendo detrás del camión para volver a colocarlo. De pronto, mira para atrás y ve que hay miles de personas corriendo tras él’. Esto es lo que nos ha pasado a nosotros. Hemos cogido la bandera y al mirar hacia atrás vemos a miles de personas que quieren seguirla”.

Lo cuenta Rosa Díez en su último libro, ‘Merece la pena’. El ensayo tiene sus luces y sus sombras. Al fin y al cabo, Díez es una política, con todo lo bueno y lo malo que esa condición conlleva. Pero, sobre todo, tienen luces. Su libro y ella. Muchas luces.
Por eso sigo en esto. Y ojalá dure. Por eso ayer fui con mi voto a correos.

Escrito la noche del martes 17 de febrero de 2009.

9 comentarios:

Awake at last dijo...

Creo que fui yo la que te dije hace mucho que Rosa podría incluso llegar a ganar las elecciones por cubrir el hueco que faltaba en el centro, :-P

Mks.

IVAN REGUERA dijo...

Awake: Lo recuerdo perfectamente. Y parecía una locura lo que decías.

Tiempo al tiempo. La misma coherencia y mucho curro les hace falta todavía. Veremos.

Anónimo dijo...

Soy yo otra vez, el de Groucho Marx. Disiento de Awake, no creo que Rosa Díez y UPyD sean "el centro", ni mucho menos. Para empezar, el mundo de las ideas políticas no es unidimensional, es mucho más complicado. Ni siquiera creo en los conceptos de derecha e izquierda aplicados al mundo actual (estos conceptos proceden de la época de la Revolución Francesa). Lo que se entiende habitualmente como "centro", al menos en la España actual, es la falta de convicciones firmes, y el consecuente navegar entre dos aguas, es el "no mojarse", el no arriesgarse. Es Gallardón, para entendernos. Y, fijaos bien, lo que más caracteriza a Rosa Díez y a UPyD no son sus ideas socialdemócratas, sino su oposición frontal al nacionalismo, que es mucho más notoria que en el caso del actual PP, el cual, en muchos aspectos, ejerce de comparsa de las iniciativas liberticidas del nacionalismo. Y, aunque Savater, unos de los padres fundadores de la criatura, ya ha proclamado que España "se la suda", esa oposición al nacionalismo, junto con la oposición implacable a Zapatero, es lo que está haciendo que muchos potenciales votantes del Partido Popular se decanten por UPyD, a pesar de sus ideas típicamente socialdemócratas, su laicismo y todo ese rollo.
Un saludo.

IVAN REGUERA dijo...

Strelnikov: Díez explica en su libro lo que realmente quiere decir Savater con ese "se la suda".

No tiene nada que ver con la patria, que se la trae floja como a mí, sino con el ESTADO, que es lo que se está descojonando con tanto chalaneo con los nacionalistas o los autonómicos.

Dicen que UPyD está demasiaco centrado en su lucha contra el nacionalismo. Puede, pero es uno de los problemas más gordos que tiene España.

Y eso es lo que los medios repiten, pero UPyD está también enfocado en regenerar la política, que buena falta le hace si vemos hacer y deshacer a los estalinistas del PSOE y a los señoritos trincadores del PP...

Saludos.

Anónimo dijo...

Nunca maliterpreté a Savater. Sabía perfectamente a qué se refería, y precisamente por eso me disgustó, aunque no me sorprendió demasiado, porque he leído algunos de sus libros, le he oído hablar innumerables veces, e incluso he charlado con él. Esa devoción por el Estado es muy jacobina (y, a pesar de mi nick, yo soy más bien liberal), pero sin un sentimiento de apego a la Nación, o a la patria, difícilmente puede uno representar una esperanza para un país, ni defender sus intereses. La cuestión ahora es si UPyD en general comparte esa actitud, o es solo un rasgo característico de Savater.

Bien, dicho esto, y aunque haya aspectos que no me convencen, considero sin embargo que la alternativa que representan Rosa Díez y UPyD va al menos en la dirección adecuada, mientras que los demás van a peor. Hay que recordar que Rosa Díez fue consejera del Gobierno Vasco con los nacionalistas. Quién te ha visto y quién te ve.

Confieso que llevo un tiempo mirando con lupa a UPyD porque me planteo la posibilidad de votarlos en las próximas elecciones generales, pero no soy propenso a entusiasmarme con los políticos. Soy bastante escéptico. Además, los liberales no tenemos a un partido que nos represente, y tenemos que conformarnos con elegir el mal menor.

Aprovecho para decir que no todos son stalinistas en el PSOE. También hay muchos señoritos trincadores, incluso personajes que parecen sacados de una sátira del franquismo (como el mismo Bermejo). Alguna vez he comentado entre risas con un amigo que el Don Pablo de "Cuéntame" probablemente se habría hecho del PSOE llegado el momento, en cuanto viera que era ahí donde se cortaba el bacalao.

IVAN REGUERA dijo...

Strelnikov: Don Pablos sociatas, por descontado.

Yo creo que, a día de hoy, en UPyD hay un poco de todo y que todos veremos cómo cristalizan el partido y sus representantes en los parlamentos. Promulgan la democracia interna... ya se verá.

Y yo si que me entusiasmo, soy de esos. Y echarles una mano en la red me parece muy necesario.

Dani dijo...

Muy buena la anécdota de Chaplin en "Tiempos modernos", de alguna forma UPyD ha sabido hacerse eco de protestas populares que otros ni intuían. Veremos que hacen a partir de ahora y habida cuenta del éxito o fracaso de su propuesta

Anónimo dijo...

Sin un sentimiento de apego a un país difícilmente puede uno representar a un país y defender sus intereses, dice Strelnikov. Creo que no es verdad.

Como liberar, supongo que asumirá la existencia de agentes económicos colectivos. Las empresas por ejemplo, que se presentan en el mercado como individuos pero están formadas por bastantes personas, cuyos intereses individuales no son coincidentes. A las empresas se les permite jugar ese papel porque su interés final es tan sencillo como idiota: ganar dinero. Lo que hacen las personas que trabajan para esas empresas está bien si a las empresas les hace ganar más dinero. Salvo en Japón, que yo sepa, los tipos que dirigen las empresas no tienen por qué tener un sentimiento de "apego". Eso supondría, por ejemplo, que un ejecutivo de un banco que se va a otro de la competencia es un "traidor" o algo semejante. No. Las empresas, en este sentido, tratan de extender su único norte a las intenciones de quienes las rigen. Lo que les mueve a estos tamién es ganar más pasta. No veo nada evidente que un sentimiento de apego por la organización sea condición necesaria para conducirla.



Decía también Strelnikov que alguien que no sienta apego patriótico no podrá defender "los intereses de un país".

En primer lugar, no está nada claro qué son los intereses de un país.

Tengo muy claro que no son los intereses de ENDESA o REPSOL (aunque bien que se ocupan estas organizaciones de difundir esa idea).

Porque la finalidad de los estados, tal y como nuestras Constituciones nos las cuentan, son mucho más complejas que ganar pasta. Por ejemplo, nuestra Constitución dice en su artículo 1.1 que nuestros valores máximos son la justicia, la libertad, la igualdad y el pluralismo político.

Hay quien piensas que todo esto son zarandajas y que el objetivo real de un Estado es volverse más poderoso en las relaciones internacionales. Pues bien, justamente esa antigua idea llevó a la Guerra de los Treita Años, a invadir Polonia, a colonizar África, etc., etc. En la actualidad esa misma idea conduce a reforzar el control energético, a la carreras de armas y sigue provocando -todavía- algún conflicto territorial.

Quienes consideramos que a estas alturas de la Historia esa idea es una soberana estupidez y que el dominio nacional no conduce a ninguna parte, somos "internacionalistas". Vivimos en un país, por ejemplo, España pero no creemos que tengamos un vínculo con nuestos connacionales que pase de lo azaroso.

¿Por qué no podemos aspirar a gobernarlo?

Puede que lo tengamos más difícil, porque el prejuicio nacional está arraigado, pero merece la pena intentarlo.

Jean Mallart dijo...

Por favor, retire la imagen de Magenta Power. Soy el autor de la misma y no quiero que se relacionen la imagen o mi logotipo personal, presente en la imagen, con ningún partido político. La creé para protestar por una maniobra de la empresa Deutsche Telekom/T-Mobile para apropiarse en exclusiva del uso corporativo del color magenta, no para apoyar a UPyD ni a ningún partido político.

Espero que lo entienda. Gracias.