martes, junio 07, 2005

La calle es de todos




Josep Pernau escribe algo sobre la manifa contra la negociación del sábado con lo que estoy muy de acuerdo. Para empezar, titula su artículo RÉCORD DE ROPA DE MARCA EN UNA MANI. Promete, ¿no? En resumen, Pernau dice en El periódico de Cataluña:

“Nunca tantas personas viajadas en coche oficial habían asistido a una manifestación. Ha sido en la que se ha gritado contra el diálogo como camino para acabar contra el terrorismo, pero mucho más contra el Gobierno, como si el presidente Zapatero y sus ministros se hubieran echado al monte con la metralleta colgada del hombro. Manifestación de protesta, pero reivindicativa también, porque un lema no escrito presidía: Los muertos del terrorismo son nuestros. Pudieron llorarles otros, pero los manifestantes del sábado se los quedan”.

“Y, sin ningún género de dudas, este mérito corresponde al expresidente Aznar. (…) ¿Quién no le recuerda, durante los preparativos de la guerra de Irak, en el papel de apóstol incansable de descalificación de manifestantes que pontificaba y sentaba doctrina sobre la inutilidad de ponerse detrás de una pancarta y compartir el grito de protesta con el resto de asistentes?”


Pancarteros, como dicen los expertos insultadores de la COPE, los hay en todas las familias. Y ahora los hay hasta en las familias bien. En el fondo me alegro, la calle es de todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo soy de los que opinan que la inmensa mayoría de los políticos son basura, así de claro: lo de Aznar y el PP en sus diatribas contra el gobierno actual no tiene nombre. Pero tampoco es menos cierto que atreverse siquiera a plantear una oferta de negociación con una pandilla de asesinos, aunque tengan que dejar primero las armas para ello, es un insulto a la memoria de las víctimas, una ofensa para aquellos que viven bajo la amenaza del terrorismo, y una traicción al Estado, así de claro.

Primero que dejen las armas. Y luego ya se verá si se negocia con ellos. Que esa es otra: deberían plegarse a nuestras exigencias sin condiciones, y no nosotros a las de ellos, como parece que así va a ser.