lunes, abril 18, 2005

Ultras de pluma y cachiporra

José Fernando Cantalapiedra, Jefe Nacional de Falange Española, ha excusado la vergonzosa agresión a Carrillo en una librería Crisol en donde yo solía comprar mucho cuando vivía en Juan Bravo. Aun asegurando que "se expulsará" a los que cometieron el brutal ataque, ha dicho el ultra que “es normal que la gente proteste y reaccione así, porque Carrillo es un genocida y un asesino”.

También comparó el incidente ocurrido en la librería madrileña con las manifestaciones que se produjeron el 13 de marzo de 2004 ante las sedes del PP. En su lista de enemigos de la patria - recordada en una de esas manifestaciones con muchos brazos a lo Teléfono Rojo- también están “los separatistas, los comunistas, los drogadictos, los homosexuales, los inmigrantes y Zapatero”. Casi ná.
A todo esto, Alfonso Ussia escribía esto en La Razón a propósito de las elecciones vascas:

"¿Se procederá al desgajamiento de España? Por mi parte, intentaré impedirlo. Pero soy poca cosa. Sucede que hay millones de españoles como el que firma que aman a España por encima de todo y juraron voluntariamente lealtad a su Bandera".

"Yo no juré lealtad al mundo, ni a Europa. Lo hice a España y a su Bandera, y he vuelto a repetirlo hace unos pocos años. Mi juramento es sagrado y vigente. Otros millones de juramentos se reunirán si las circunstancias reclaman sus lealtades. Que no se olviden de esto los que quieren destrozar a España. O permitirlo".

Ultras de cachiporra y ultras de pluma, apañados estamos. Como remate, esto decían algunos de sus lectores en P.Digital:

“Cada día se alienta la locura separatista, se genera odio y se programan asesinatos. La revolución separatista avanza y el final de las revoluciones es la guerra si no hay quien las pare a tiempo. Darles escaños a los revolucionarios no es otra cosa que legitimarlos y engordarlos”.

“El primer objetivo es romper España para después intentar unir los trozos en un Estado Federal pequeño e insolidario, en el que los peces grandes (Cataluña, Vascongadas) se coman (exploten) fácilmente a lo pequeños. El siguiente paso, la Tercera República (y el Rey de España sin enterarse). El último, la II Guerra Civil. Y los votantes del PSOE mirando para otro lado para no enterarse. ¡Qué pena Sr. Ussia!”.

“Cada día me cuesta menos trabajo detestar a los que no tienen ni Patria, ni Bandera ni madre conocida y les molesta que los demás tengamos las tres cosas”.

Qué miedo, ¿no?

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me sorprende, puesto que no es ningún secreto que las posiciones ultras avanzan en España con cada nuevo inmigrante que pisa ilegalmente alguna playa del sur del país. A este respecto me acuerdo perfectamente de lo que un día, hace ya más de 10 años, me dijo un amigo mío norteamericano, conservador y de Texas para más señas, respecto a lo poco racistas que éramos los españoles (él lo era y bastante por cierto):

"Ya cambiaréis de opinión cuando veáis las calles de vuestras ciudades llenas de negros y moros".

El caso es que no le faltaba razón.... Yo no comparto los postulados ultras de Ussia y compañía, pero tampoco estoy en absoluto de acuerdo con la política de "puertas abiertas" del amigo ZP. Inmigrantes sí, porque son necesarios, pero en su justa medida. Lo mismo se puede decir de los nacionalismos: una cosa es reconocer la identidad cultural de las diversas regiones de España y otra muy diferente es darle al personal lo que le salga de los cojones. Y a cuenta del Estado que tanto aborrecen, faltaría más.